Todo lo que hace o dice George Soros tiene una enorme repercusión. No en vano, el magnate estadounidense de origen húngaro es uno de los empresarios que despiertan más interés, como contábamos hace poco.
Por eso, los rumores y especulaciones acerca de lo que ocurriría con su imperio económico cuando decidiese jubilarse siempre han dado mucho juego.
Pero ahora todo eso se acabó. Según informa Europa Press, haciéndose eco de una entrevista publicada en The Wall Street Journal, Soros ha designado a su hijo menor Alexander, de 37 años, para que tome el control.
Hay que recordar que ya fue nombrado en diciembre del año presidente de Open Society Fundations (OSF), el vehículo creado por el millonario para gestionar el patrimonio familiar, que se estima que podría alcanzar una cifra en torno a 25.000 millones de dólares.
En su entrevista con The Wall Street Journal, la primera concedida desde que asumió dicho cargo, el heredero afirma que es “más político” que su padre. Además, asegura que tiene “ideas parecidas” a las de su padre.
También indica que OSF, centrada en labores filantrópicas, aumentará su apoyo al derecho al voto y al aborto. Asimismo, reconoce su preocupación ante la posibilidad de que el expresidente Donald Trump sea reelegido.
Llega incluso a sugerir que la familia contribuiría en las elecciones presidenciales de 2024, a través del superPAC de Soros, el comité destinado a recaudar fondos para acciones política y que ahora también preside Alex.
“Por mucho que me hubiese encantado sacar el dinero de la política, si la otra parte lo hace, también lo tendremos que hacer nosotros”.
Así pues, parece que la llegada de su heredero no va disminuir las polémicas en torno a la figura de George Soros, que siempre ha mostrado una gran implicación política. De hecho, hay quienes lo ven como la ‘encarnación del mal’.
Éste es el caso de Elon Musk, que publicó un tuit diciendo que el empresario le recuerda el supervillano Magneto, una pataleta después de que el vehículo de inversión controlado por el millonario vendiera su paquete accionarial en Tesla.
Meses antes ya había acusado al magnate de apoyar económicamente la campaña para la elección como fiscal de distrito de Nueva York de Alvin Bragg, quien lideró la investigación contra Donald Trump por los pagos a la actriz porno Stephanie Clifford, conocida como Stormy Daniels.
Pese al alineamiento en las ideas de George Soros y su hijo, Alex no siempre ha sido el favorito para la sucesión. El Economista explica que el inversor no le veía como heredero de su cetro. Incluso llegó a sugerir que su imperio quizá no quedaría en manos de sus hijos. “Yo no quería que la fundación la tomara uno de mis hijos, por una cuestión de principios. Pensé que debería ser manejado por alguien más adecuado”, afirmaba en una entrevista recogida por El Economista.
En algún momento llegó a sonar el nombre de su hermano Jonathan como presidente de OSF. Con 52 años edad, abogado y con experiencia en finanzas, trabajó durante un tiempo en la fundación y estabilizó el fondo de cobertura de Soros en épocas difíciles.
Sin embargo, finalmente ha sido su hermano pequeño quien se ha impuesto en este proceso sucesorio. Aunque el camino no ha sido sencillo. El Economista indica que Alex trabajó a tiempo parcial en la fundación entre 2004 y 2006, uniéndose a la junta directiva de OSF posteriormente. Sin embargo, no causó buena impresión. “Solía venir a las reuniones, pero apenas hablaba”, apuntaba Aryeh Neier, presidente emérito de OSF, en unas declaraciones a The Wall Street Journal recogidas por El Economista.
Estos vaivenes sucesorios no son tan extraños en los grandes grupos empresariales y las familias adineradas, dando lugar a procesos complejos y, en ocasiones, algo peculiares. Por ejemplo, hace no demasiado tiempo nos hacíamos eco del curioso casting que están protagonizando los hijos de Bernard Arnault, dueño del grupo LVMH.
Casi como si se tratase de la serie ‘Succession’, el empresario reúne a sus hijos una vez al mes para almorzar en un comedor privado en la sede del grupo. Y esta comida, que dura exactamente 90 minutos, repasa diversos temas y pide consejo a cada uno de sus vástagos.