España se está convirtiendo en un atractivo para las empresas internacionales dedicadas al sector fintech. Así lo demuestran los datos, después de que la multinacional sueca Klarna, especializada en aplazamiento de pagos, haya anunciado la creación de un centro tecnológico en Madrid, donde empleará a 500 trabajadores.
Además de esta compañía, otras fintech extranjeras también llevan tiempo manteniendo -y haciendo crecer- sus sedes españolas. El neobanco alemán N26, con oficinas en Madrid y Barcelona, la brasileña Creditas o la británica Checkout también cuentan con presencia en el país, tal y como informa un reciente artículo.
Entre las causas de este auge de fintech internacionales en España, el buen clima y la disponibilidad de talento son algunas de las más importantes. Además, la comparación salarial con otros países europeos -en España hay sueldos más bajos- es la guinda del pastel para que las compañías tengan al país como uno de los principales centros de actividad.
Esta buena noticia se sitúa al lado de las informaciones que nombran a Málaga como una de las capitales europeas para los emprendedores. En el caso de la ciudad andaluza, grandes tecnológicas como Google ya han anunciado importantes inversiones, como la creación de un centro de excelencia en ciberseguridad, una apuesta del gigante tecnológico que también servirá como aceleradora de empresas, dentro de una estrategia que tiene un presupuesto de 530 millones de euros en los próximos años.
Las fintech revolucionan el sector financiero
La masiva llegada de empresas del sector fintech a España va de la mano con el gran momento que vive el sector. Estas compañías, que buscan unir tecnología y finanzas, llevan años arrojando grandes beneficios, incluso por encima de la media del sector. En ello tiene que ver un gran conocimiento de su cliente -que suele ser más joven- y su excepcional uso de la tecnología para optimizar todas las facetas del negocio.
Un claro ejemplo es N26, un neobanco alemán con licencia bancaria europea que ofrece sus servicios en todos los países de la Eurozona. Al operar únicamente a través de Internet, la apertura de una cuenta es un proceso simple y totalmente online, con pocos trámites y sin papeleos, mejorando de esta manera la experiencia de usuario. Su propuesta de valor ha tenido tan buena aceptación que en solo 8 años han llegado a tener 5 millones de clientes en todo el mundo.
Además, el cliente debe estar en el centro del negocio financiero. Este nuevo ecosistema tecnológico en el que estamos inmersos exige poner el foco en el cliente. Hay que cuidarlo, saber qué necesidades tiene y hacer todo lo posible por cumplir sus expectativas. El éxito de cualquier fintech depende de que estas necesidades estén satisfechas.
Estos factores están consiguiendo que las empresas de fintech crezcan exponencialmente, tengan acceso a la financiación y se postulen como el único futuro viable para el sector financiero. Por eso, que estas compañías pongan su foco en España es, sin duda, una gran noticia para el ecosistema nacional.