FEPYME (Fondo de Emprendimiento y de la Pequeña y Mediana Empresa) es un fondo sin personalidad jurídica adscrito al Ministerio de Industria y gestionado por la Empresa Nacional de Innovación S.A. (ENISA).
La finalidad
FEPYME fue creado inicialmente por el Real Decreto-Ley 8/2024 y su funcionamiento y gobernanza se regulan de forma específica en el posterior Real Decreto 681/2025. Su finalidad es la de conceder préstamos participativos a startups y pymes innovadoras con un esquema compatible con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), conocido como Next Generation EU, dotado con 750.000 millones de euros para el conjunto de los Estados Miembros.
La dotación inicial del FEPYME se ha fijado en 303 millones de euros que deben ser invertidos antes del 31 de agosto de 2026. Posteriormente, podrá nutrirse de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y de la reinversión de reembolsos. ENISA actúa como gestora del fondo, liderando el Comité de Inversión, órgano principal que aprueba las operaciones. Existe también una Comisión de Evaluación, Seguimiento y Control, que incluye representantes de ENISA y el Ministerio de Industria y Turismo (MINTUR), que se encarga de supervisar el funcionamiento general del fondo.
“Se trata de la nueva ‘arquitectura’ con la que el Estado canalizará a partir de septiembre de 2025 los préstamos participativos de ENISA. El mecanismo ordena la disponibilidad del dinero, la gobernanza y los procesos para que ENISA pueda firmar operaciones de forma continua, evitando la vieja estacionalidad de ‘abrimos línea-cerramos línea”.
La explicación corresponde a Patricio Hunt, emprendedor e inversor enfocado en startups tecnológicas que, a lo largo de su carrera profesional, ha trabajado con más de 400 startups. En 2004, Hunt fundó Intelectium , boutique de asesoramiento e inversión en Barcelona, para impulsar a startups en fundraising, estrategia de innovación y crecimiento y atracción de talento. A él recurrimos como fuente de información para que nos explique todo lo relacionado con FEPYME.
Lo que cambia
Siguiendo con el mecanismo FEPYME, a juicio de Hunt, su puesta en funcionamiento es importante si se tiene en cuenta que “durante los últimos años, los procesos de ENISA han evidenciado no estar acorde a las necesidades de las startups tecnológicas ni de las pymes innovadoras”. Con este mecanismo sustituyendo al ‘clásico’ de Enisa cambia:
Fin de la estacionalidad
Justifica Hunt su afirmación aludiendo a la complejidad de los procesos anteriores, vinculados a convenios con distintos ministerios y con cargo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y su difícil aprobación, circunstancias que dilataban el desembolso del dinero. “Operaciones que se habían aprobado en el período enero-abril, debían ser revisadas acorde a la evolución de las compañías que, al no recibir el dinero en el momento en que lo necesitaban, tenían que reformular sus presupuestos, con los riesgos operativos que ello conlleva”, afirma.
Mayor escalabilidad
Apunta también Hunt que, aunque “FEPYME no inventa el préstamo participativo sí lo hace más escalable y continuo. En un mercado con bancos más prudentes y un venture capital más selectivo, eso es oro: reduce el coste de retraso (perder tracción por falta de caja) y aumenta el apalancamiento privado (crowding-in). Si el “time-to-cash” cae por debajo de 90 días de media desde la solicitud completa y la ratio de apalancamiento privado ≥1:1, el mecanismo habrá cumplido con el cometido de su creación”.
Mayor número de operaciones
Asimismo, partiendo de la dotación inicial de 303 millones de euros, considera Hunt que “si el ticket medio real se mueve entre 200-400.000 euros (lo razonable en la práctica para fases seed/early crecimiento) hablamos de un rango de entre 750 y 1.500 operaciones aproximadamente.
Cabe recordar que, en el año 2024, ENISA aprobó 508 préstamos participativos por un total de 83,6 millones de euros, con un importe medio de 164.570 euros, destinados a startups y pymes innovadoras. Crece, entonces, de forma notable no solo el número de operaciones sino también el presupuesto.
Lo que no cambia
Exceptuando la disponibilidad continua de fondos a lo largo del, entiende Hunt que, en la práctica y de cara a los emprendedores, FEPYME no representa un cambio sustancial.
Las mismas condiciones. “Las ayudas siguen consistiendo en préstamos participativos entre 25 K€ y 1,5 M€, con interés variable (participativo) y sin garantías personales, y con el tope de que el préstamo no puede superar los fondos propios de la empresa. Son ‘condiciones de mercado’y, por tanto, no se consideran ayudas de Estado. Los plazos tipo se mantienen sin cambios. Por ejemplo, para la línea general de “Startups y pymes” los préstamos tienen una duración de hasta 7 años y hasta 5 de carencia; para préstamos superiores a los 300 K€ se exigen cuentas auditadas”.
FEPYME vs CDTI/NEOTEC
Otra de las observaciones que añade el CEO de Intelectium es que “para un país de nuestro tamaño y apetito emprendedor”, FEPYME sirve “para despegar el mecanismo y absorber dealflow de calidad”, pero no da para financiar a todo el mundo. “Los inconvenientes: al ser ‘condiciones de mercado’ y no una subvención, no resuelve por sí solo los gaps de Empresas de Base Tecnológica (EBTs (muy tempranas o deeptech sin tracción; ahí el instrumento natural sigue siendo CDTI/NEOTEC”.
Así mientras que ENISA mantendrá su instrumento clásico de préstamo participativo, aunque FEPYME le de estructura de fondo con dotación plurianual del PRTR, firma continua y gobernanza específica; CDTI seguirá siendo I+D empresarial y NEOTEC una línea del CDTI para subvencionar a Empresas de Base Tecnólógica (EBTs) con vocación de crecimiento.
¿Qué empresas pueden beneficiarse de FEPYME?
Subraya Patricio Hunt, que el mecanismo FEPYME beneficia a “pymes innovadoras y con tracción (no sólo startups digitales), con equipo serio y caja ordenada, que necesitan músculo para comercial, producto o industrialización ligera”.
En la práctica, y a juicio de este experto, esto se traduciría en: empresas que operan con Software as a Service (SaaS), orientadas al mercado corporativo (B2B); con primeras MRR (Ingresos Recurrentes Mensuales) sanas; health-tech y biotech light en fase de pre-validación comercial; climate/cleantech con ingresos iniciales; industria 4.0; audiovisual/ICC con pipeline claro y bien definido, y todo lo vinculado a tecnologías del lenguaje (NEL) que el Real Decreto menciona explícitamente.
Exclusiones
Cabe recordar, también, que FEPYME deja fuera de su área de influencia a sectores como el inmobiliario, el financiero o los combustibles sólidos, decisión que el CEO de Intelectium justifica por dos motivos. El primero, corresponde al mandato estratégico: “ENISA, históricamente, no financia inmobiliario ni financiero porque su misión no es apalancar activos/estructuras financieras, sino impulsar la innovación empresarial”.
La asegunda razón que apunta es el marco europeo. “Los fondos PRTR exigen DNSH (no causar perjuicio significativo al medioambiente). Financiar actividades ligadas a combustibles fósiles choca con ese principio y con la Taxonomía”.
Requisitos clave para beneficiarse
Patricio Hunt enumera también una serie de requisitos clave que una empresa debe cumplir para ser elegible como beneficiaria de FEPYME. Son los siguientes:
Ser una pyme con proyecto viable e innovador “(de verdad, no buzzwords)”.
Fondos propios mayores o iguales a la cantidad del dinero prestado. En este punto resalta Hunt la importancia de “tener encaminada la ampliación de capital antes o como mínimo en paralelo con la presentación de la solicitud”.
Cofinanciación: Que el plan de crecimiento de la compañía no dependa sólo de ENISA.
Auditoria. En caso de solicitar más de 300.000 euros, es necesario presentar una auditoría. “Es altamente recomendable que la empresa tenga las cuentas listas y auditadas para propiciar una due-diligence amigable”. Incluir los principios de DNSH referidos anteriormente desde la concepción del proyecto. Recuerda Hunt que DNSH es un principio de la UE que exige que un proyecto no dañe de forma relevante ninguno de estos seis objetivos: mitigación del cambio climático; adaptación al cambio climático; uso y protección de recursos hídricos y marinos; economía circular; prevención y control de la contaminación, y biodiversidad y ecosistemas.
¿Cómo estar preparado?
Concluye Hunt ofreciendo una checklist de preparación, una especie de ‘receta’ personal para guiar a aquellas empresas que quieran participar en el programa. Son estas:
Cap table (tabla de capitalización) y gobierno sin zonas grises: Cuestiones como que la compañía pertenezca a una sociedad con sede en otro país, o que exista un ESOP (Plan de Propiedad de Acciones para Empleados) no documentado, pueden complicar la aprobación y generar que Enisa requiera más documentación, alargando los tiempos de aprobación.
Unit economics y ruta a EBITDA explícita: Definir unit economics por producto/canal, algo que nos permiten monitorizar lo que nos cuesta vender una unidad de nuestro producto o servicio en cada canal de venta y la rentabilidad que nos genera.
Roadmap con hitos financiables y métricas-gatillo: “En este punto recomienda convertir “el uso de fondos en 4-6 hitos trimestrales financiables (dueño, presupuesto, KPI y fecha)”. Lo siguiente es definir una serie de “métricas-gatillo para abrir/cerrar grifos”. A grandes rasgos, la recomendación se basa en tener un plan de contingencia claro y predefinido para tu negocio. Se trata de usar distintas métricas para saber cuándo es el momento adecuado para tomar ciertas decisiones importantes, como invertir más dinero o, por el contrario, ser más cauteloso.
Política DNSH integrada. Integrar DNSH desde el diseño con una matriz de riesgos/mitigaciones en los 6 objetivos antes citados. Conviene aquí reseñar evidencias operativas como: energía renovable, cláusulas verdes en compras/proveedores, gestión de residuos y e-waste, optimización de huella en cloud. Aconseja también adjuntas una checklist y datos base con consumos, contratos y certificaciones así como nombrar a un responsable interno y periodicidad de revisión/auditoría.
Plan B si hay retrasos mayores o iguales a los 9 meses después de firmar para evitar quedarse sin dinero antes de tiempo. Ello exige un monitoreo constante del dinero disponible para acometer acciones a tiempo como pueden ser, por ejemplo, recorte de gastos o entrar en negociaciones de préstamos temporales.
¿Cuándo sabremos si el fondo ha sido eficiente?
Preguntamos también a Patricio Hunt sobre qué indicadores habría que tener en cuenta, a su juicio, para afirmar en el plazo de 2 o 3 años que el mecanismo FEPYME ha sido un éxito y estos son los “indicadores claros y medibles” que facilita:
‘Time-to-cash‘ medio menor 90 días desde la presentación de la solicitud con el expediente completo hasta el desembolso efectivo del préstamo.
‘Crowding-in‘: Cada euro público invertido atrae otra inversión idéntica o mayor de inversión privada.
Tasa de supervivencia a 24-36 meses mayor o igual al 70% de los proyectos en cartera FEPYME, ajustada por sector/etapa.
Productividad: crecimiento agregado de ventas y empleo en beneficiarias vs. control (propensión por score-matching).
Desestacionalización: operaciones firmadas mes a mes sin picos artificiales de fin de año.
Cumplimiento DNSH sin reparos de auditoría ex-post.
La virtud y el talón de Aquiles
Concluye Patricio Hunt resaltando que FEPYME no es otro programa, “es poner a ENISA en modo always-on, con reglas más claras y un buen encaje con el marco europeo. Su mayor virtud es de operación (flujo continuo) y de señal (previsibilidad)”.
Como talón de Aquiles señala que “será la ejecución: tiempos, saturación y seguimiento post-desembolso. Si se cuida el Service Legal Agreement, se mide el crowding-in y se protege el rigor del análisis (sin “aprobar por gastar”), el mecanismo habrá hecho justo lo que le pedimos a una buena política pública: acelerar proyectos que ya estaban bien encaminados y que, sin esa palanca, habrían tardado mucho más en despegar”.