Si alguien te dice que no hay dinero en el mercado, no le creas. Dinero hay. Aunque eso sí, guardado en las manos de unos pocos. Si le echas un vistazo, por ejemplo, al Instituto de la Empresa Familiar, que reúne a un centenar de grandes compañías que facturan la friolera de 166.224 millones de euros –con una media por empresa de unos 1.400 millones de euros–, el 30% de ellas cuenta con family office.
Si buscas inversores para tu proyecto, una opción que deberías valorar es engatusar a uno de esos family office, que son firmas que gestionan las inversiones de grandes patrimonios. Somos conscientes que acceder a ellos es muy difícil, porque todo se mueve por contactos. Además, por regla general, no suelen invertir en startups, aunque empieza a surgir una pequeña corriente de invertir en proyectos de Internet.
“En teoría, un family office, que últimamente se ha puesto muy de moda, ayuda a una familia o a varias a gestionar su patrimonio, ya sea financiero, empresarial o inmobiliario. Hay dos figuras: el single family office, que sólo atiende a una familia, y el multi, a varias”, explica Jorge Coca, socio director de Wealth Solutions, un multifamily que gestiona el patrimonio de unas 30 familias.
“Aunque hay muchas empresas que dicen llamarse así, la esencia de un family office es una oficina que, o bien trabaja para una sola familia o para varias, y gestiona todo lo relacionado con su patrimonio y con los miembros de la familia. Y esa gestión se sustenta sobre cuatro pilares: inversiones inmobiliarias, inversiones corporativas como empresa familiar –si la hay– o de participaciones en sociedades con paquetes de acciones significativos; inversiones en productos financieros y los servicios a la familia, donde se incluyen desde los protocolos familiares si los necesitan, la fiscalidad, las relaciones intrafamiliares, testamentos, sucesiones, etc.”, señala Xavier Mariana, socio fundador de Cluster Family Office, que nació como single, a la que se unieron después dos familias más y ahora trabajan para unas 30. Según este experto, “en España no seremos más de media docena con servicios similares. A diferencia de los EAFI, que son empresas de asesoramiento financiero, y de las que puede haber un centenar –aunque alguno se llame family office–, pero tienen un perfil meramente bancario”.

El club de los cien
Algunos estudios sitúan en los 100 millones de euros de patrimonio como punto de partida para que compense tener un single. “Aunque hay familias que con 30 o 40 millones ya se montan su propio family office, aunque luego depende de la estructura que quieran tener. Hay family office que son sólo una persona y una secretaria y si quieres un equipo de 10 personas, obviamente, costará más mantenerlo. En el caso de un multi, nosotros atendemos a grandes familias a partir de 10 o 20 millones de euros. Y algunas familias que pueden tener 500 millones de patrimonio cuentan con dos o tres personas contratadas y a nosotros nos utilizan para gestionar su patrimonio financiero”, aclara Coca.
“Se suele considerar un family office cuando su capacidad de inversión está por encima de los 20 millones de euros. Por debajo de ese nivel, son inversores que hacen gestiones más personales de su patrimonio. Aunque también es cierto que hay inversores que se agrupan y coinvierten. Existen firmas que se dedican a gestionar las inversiones en grupo de esos inversores privados”, destaca Jesús de Benito, miembro de la Red de Inversores Privados de IESE Business School, director de la plataforma InvestBan y estrecho colaborador en el área de creación de empresas de la Universidad Politécnica de Madrid.
Si alguien te dice que no hay dinero en el mercado, no le creas. Dinero hay. Aunque eso sí, guardado en las manos de unos pocos. Si le echas un vistazo, por ejemplo, al Instituto de la Empresa Familiar, que reúne a un centenar de grandes compañías que facturan la friolera de 166.224 millones de euros –con una media por empresa de unos 1.400 millones de euros–, el 30% de ellas cuenta con family office.
Como apuntan estos expertos, una fina línea separa a los family office modestos de los inversores privados que, bien actúan de forma individual o en coinversión con otros inversores. Y es a éstos a quienes sí puedes dirigirte para venderles tu proyecto.
Su acceso es más fácil, porque están familiarizados con inversiones en startups y en empresas en diferentes fases de desarrollo, y porque se mueven en canales pro-inversión, como las citadas redes de business angels de escuelas de negocio y de instituciones públicas privadas, o los fondos de inversión de venture capital, entre otras.