x
Contenidos exclusivos, revista física
y muchas más ventajas

Facilitar el inicio de actividad

¿Qué cambios contribuirían a mejorar la situación del trabajador por cuenta propia? Analizamos la situación del autónomo español y la ponemos en relación con otros países.

27/08/2012  Isabel García MéndezGestión

Facilitar el inicio de actividad

Según el Informe sobre Creación de Empresas y Autónomos en la Unión Europea, elaborado por CEAT, “los costes de iniciación de la actividad autónoma en España se situaría en la franja inferior junto a países tan dispares como Alemania y Suecia o Estonia y Rumanía, con un coste inicial que ronda los 100 euros”, como señala Pedro Barato, presidente del citado organismo.

Ahora bien, hay países de los considerados tradicionalmente ricos que todavía tienen costes más bajos, como Reino Unido (33 euros) o Francia (84 euros). En el caso de Dinamarca, incluso, no se paga nada para arrancar. Ahora bien, los datos cambian cuando se habla del tiempo para arrancar, donde sólo nos precede Polonia (23 días). Detrás de nuestro país, con 17,5 días, se sitúan Grecia, Luxemburgo, República Checa y Suecia.

En el resto de la UE sólo se tarda, como mucho, una semana. De nuevo destaca la escasa tardanza en Francia, 4 días; Reino Unido, con 6, o Alemania, con 3. La reciente supresión de las licencias de apertura al comercio minorista va en la buena dirección, pero todavía falta reducir trabas burocráticas y, como denuncia Salvador García Torrico, presidente de CONAE, “simplificar la legislación de muchas actividades, porque aquí en España, para montar una web, el autónomo se ve abrumado por la confluencia de varias normativas, como la ley de Protección de Datos, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, además de las específicas de su actividad”. Y si se trata de crear una start up las cosas están más complicadas.

Facilitar el inicio de actividad

Morosidad y acceso a la financiación

Aunque la incidencia de la morosidad en la caída de la actividad de los autónomos ha descendido en el primer trimestre de 2012 frente a diciembre de 2011 (19,2% frente al 22,5% del año pasado), sigue siendo uno de los grandes problemas del autónomo español, hasta el punto de afectar al 56,4%. Tal y como recoge el Barómetro del primer trimestre de 2012 del Observatorio de Trabajo Autónomo de ATA, el 59,7% de los autónomos tarda más de seis meses en cobrar sus facturas, y de ellos, más del 19% tarda hasta 361 días en cobrar.

Plazos de pago
Según un estudio realizado por la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad e Intrum Justitia, los plazos de pago en España para la Administración Pública suben hasta los 153 días y los 99 para las empresas. A mucha distancia de Alemania (35 y 37, respectivamente), Reino Unido (47 y 46) o Francia (64 y 59). Si, siguiendo con el mismo estudio, comprobamos el tiempo necesario para resolver una deuda, vemos que en Francia se resuelven en 331 días, en Alemania en 394 días y en el Reino Unido, en 399 días. Bastantes menos que los 515 días de media en España.

Para que nos hagamos una idea, el país donde más se tarda en cobrar, Italia (con 180 y 103 días para la Administración Pública y la privada, respectivamente) es también el país donde más se tarda en resolver una deuda, 1.210 días. Para solucionarlo, los autónomos exigen que se aplique con más rigor la Ley de lucha contra la morosidad, estableciendo sanciones más firmes y acortando los plazos de cobro. La Directiva Europea contra la morosidad que tiene que entrar en vigor en marzo de 2013 establece plazos de pago de 30 días para la Administración Pública y 60 días para la empresa. “Es necesario ser muy inflexibles en la aplicación de estas medidas y con las sanciones para recuperar la confianza en las transacciones comerciales. En EE UU se cumplen los plazos a rajatabla, por eso no hay problemas”, insiste García Torrico.

También es necesario facilitar el acceso a la financiación, que se ha visto recortada con la crisis, hasta el punto de que según recoge el barómetro de ATA, más de la mitad de este colectivo ha visto denegada su solicitud de crédito por parte de las entidades financieras. Si bien este es un problema bastante extendido entre los autónomos a nivel mundial, es cierto que la obligatoriedad de responder por las pérdidas con los bienes presentes y futuros limita la capacidad del autónomo para afrontar las quiebras de sus actividades. Además, aquí faltan ayudas financieras para los autónomos.

En Alemania existen programas para favorecer el acceso al crédito en condiciones favorables y menos riesgos para los que quieran crear una start up; en Francia, existen también créditos a interés cero y ayudas para la implantación de empresas. En España, la medida más específica para autónomos es la posibilidad de capitalizar hasta el 80% del paro con algunas bonificaciones en las primeras cuotas para colectivos específicos.

Isabel García Méndez