Además de los costes que hemos analizado, trasladar la producción al exterior puede implicar un alargamiento de plazos y una fluctuación de divisas que deberás financiar. Miguel Regalado nos lo explica con un ejemplo: “Imagina que encargas hoy la fabricación y tardan unos 60 días en hacértelo. A eso tienes que añadir unos 30/38 días entre transporte y papeleo. Al final son entre 90 y 120 días en los que la divisa puede haber cambiado. Pero, además, tienes que vender esa mercancía y normalmente tus clientes no te pagan hasta pasados 60 días. Es decir, al final necesitas financiación para siete u ocho meses”.
Es importante tener en cuenta esta peculiaridad porque en los tiempos que corren resulta difícil conseguir cartas de crédito internacionales. En cualquier caso, existen bastantes ayudas a la exportación que incluyen la subvención de los gastos iniciales de gestión de contactos y en algunos otros también los viajes individuales para la puesta en marcha del acuerdo.