Una comunidad digital puede surgir de distintas maneras. A veces se crea de manera espontánea cuando varios usuarios de las redes deciden sumarse en un canal o foro digital determinado en apoyo a interés común de cualquier índole, tanto puede ser un grupo de música como la afición por el anime. Otras veces la comunidad se promueve, bien por una persona particular, bien por una corporación al objeto de ganar usuarios en torno a una marca que comulguen con los valores que postulas.
La importancia de contar con una ‘marca’ rodeada de una comunidad sólida radica, entre otras cosas, en que aquellos que empiezan como simples seguidores o simpatizantes, terminan convirtiéndose de manera voluntaria en prescriptores entusiastas. Desencadenar este fenómeno y lograr una influencia real no es cuestión de sumar una ristra interminable de seguidores, sino de la calidad de los mismos.
Conseguirlo no es fácil, pero tampoco imposible siempre y cuando diseñes una estrategia adecuada. Manuel Moreno, fundador de TreceBits.com, portal de información sobre internet, es también autor del libro ‘Followers’. En este, que pretende ser una guía para construir y gestionar con éxito una comunidad online, recoge cuáles son, a su juicio, los principales errores que pueden cometerse a la hora de gestionar una comunidad de seguidores. Son los siguientes:
Errores garrafales con tu comunidad
1.-Comprar likes y seguidores. Tirar de talonario para incrementar tu lista de seguidores no es, a juicio del autor una práctica recomendable por la sencilla razón de que, además de no servir de nada, puede llegar a ser contraproducente. Desde su punto de vista, es fácil reconocer una comunidad creada de forma artificial y puede degenerar en interacciones vacías que no aportan valor a a comunidad. Recuerda también la existencia de algoritmos en la redes sociales capaces de detectar un posicionamiento antinatural.
2.-Participar en pods. El autor define un pod en este contexto como “un grupo de personas que se organizan en redes sociales como Instagram con la intención de dar me gusta y dejar comentarios en todo aquello que publican el resto de los integrantes para así generar más interacción y posicionar mejor los contenidos”. A veces puede funcionar, pero es preferible centrarse en crear contenidos de calidad real, con una propuesta diferenciada, que incite a un like honesto y espontáneo.
3.-Crecer de forma descontrolada. El autor advierte del riesgo que puede implicar disparar el número de seguidores sin haber diseñado previamente una respuesta a dicho crecimiento que permita mantener la calidad de los contenidos publicados y la relación con los seguidores.
4.-Convertir tus canales en soportes publicitarios. Existe el riesgo de que, conforme para creciendo la comunidad, sientas tentación de sacar provecho a esa fuerza e intentes monetizarla aumentando la publicación de contenidos patrocinados. “No conviertas tus perfiles en una sucesión de anuncios, por mucho beneficio que eso te reporte, porque, si ese contenido no es relevante para los miembros de la comunidad, acabarán cansándose de recibir publicidad y dejarán de seguirte”, es el consejo del autor.
5.-Esperar resultados inmediatos. En este sentido el autor recomienda paciencia teniendo en cuanta que los resultados llegarán a medio-largo plazo y, “posiblemente, como fruto de muchas horas de dedicación”.
6.-Mentir. Es la forma más rápida de perder la confianza de tus seguidores y, en consecuencia, acabar con una comunidad y el esfuerzo de mucho tiempo de trabajo. La transparencia y la honestidad son principios básicos a la hora de comunicarte con ellos.
7.-No escuchar. Atrás quedan los tiempos en lo que la relación de las marcas y las organizaciones con sus seguidores era unidireccional. Ahora quieren hablar y que les oigas, es decir, esperan una respuesta. “Llevar a cabo acciones sin tener en cuenta sus preferencias, no atender a sus estímulos o dedicarse únicamente a emitir mensajes provocará que muchos, al no ser tenidos en cuenta, acaben por abandonar la comunidad”, es otra de las conclusiones de Manuel Moreno.