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Comercio especializado

Analizamos las respuestas dependen del producto a la venta, que condicionará la manera de preparar tu establecimiento para que eche a andar

09/04/2012  Redacción EmprendedoresGestión

Diferente producto, distinta presentación

Cada sector tiene unas necesidades en función de los artículos comercializados. Estos son algunos ejemplos.

Moda. Sus locales deben contar con murales en las paredes o sistemas modulares de soporte con estantes y percheros. La prendas colgadas se visualizan mejor, pero si se sitúan dobladas sobre baldas puede haber un stockaje mayor en sala.

Por otra parte, los accesorios –cinturones, corbatas, gafas, etc.– deben colocarse en los lugares más visibles de la tienda –en góndolas, junto a caja o próximos a espejos– por ser productos atractivos para la compra por impulso. Y no hay que olvidarse de los probadores.

Zapatería. El calzado debe ser expuesto en murales con baldas o sobre podios que permitan su visualización y cómodo acceso. Si también se venden bolsos y accesorios, habrá que instalar colgadores y góndolas.

Electrodomésticos. Deben contar con murales para los equipos de imagen –que requieren una adecuada instalación eléctrica y de señal de vídeo–, aunque frecuentemente se ven presentaciones individualizadas de productos como pantallas planas y sistemas de “cine en casa”. Los aparatos voluminosos –frigoríficos y congeladores– suelen ubicarse junto a la pared para no entorpecer, mientras que otros equipos –lavadoras, lavavajillas…– se presentan sobre podios que facilitan su visibilidad. Los pequeños aparatos –cafeteras, planchas, secadores, batidoras…– se ubican en un lugar central y visible porque su compra es menos reflexiva. Los dispositivos electrónicos y de telefonía pueden ser expuestos en vitrinas o en baldas de acceso del cliente si hay un adecuado sistema antihurto.

Alimentación. La mayor parte de estos comercios son autoservicios, por lo que habrá que mostrar el producto de manera accesible al cliente. Hay mercancía –fruta, bollería envasada, etc.– que requiere balanzas de autoservicio que imprimen una etiqueta con el peso y precio del producto elegido. Otro elemento específico son las vitrinas refrigeradas para alimentos perecederos o bebidas y en el caso de vender pan es frecuente disponer de expositores exclusivos para el producto. También suelen tener un tratamiento especial las zonas de bodega y productos delicates-sen, adaptando la imagen a la estética de los artículos (diseños rústicos, maderas…).

Deportes. Su mobiliario es muy similar al de las tiendas de moda, pero añadiendo un gran espacio de zapatería. Otros artículos –balones, gorras, raquetas, etc.– se presentan de forma parecida, con soportes o colgadores de varilla anclados a paneles. Es frecuente el uso de muebles con ruedas que permiten disponer de un espacio versátil y adaptable a necesidades concretas y puntuales.

Perfumería. Estos comercios requieren de una imagen acorde con el producto que venden. Además, conviene usar luz fría para no deteriorar los perfumes y cosméticos. Los artículos suelen disponerse clasificados por categorías sobre estantes en la zona perimetral del local y los expositores deben permitir la fácil colocación y manipulación de los artículos. Es frecuente disponer de espacios ocultos –cajoneras o armarios– en la parte inferior de los expositores para almacenar mercancía.

Motor. Destacan en estas superficies los expositores de ruedas y las vitrinas de autorradios, aunque cada vez tiene más importancia la zona de tunning, que debe equiparse –luz, sonido- con una estética acorde al producto y público al que se dirige.

Librería, papelería, discos.

El criterio esencial a la hora equipar estos comercios es el orden y la claridad. Debe primar una fácil visualización del producto para lo que es de gran ayuda la incorporación de separadores e indicadores.

Juguetería. Para facilitar la compra es frecuente decorar los expositores con cabeceras de lineal y cartelería. Además, muchos de los productos se sitúan en colgadores de varilla.

Óptica. Hay que elegir entre expositores que permitan manipular las gafas o aquellos en los se muestran sujetas en vitrinas.

Sistemas antihurto

Un 20% de las referencias del establecimiento ocasionarán el 50% de la pérdida”, afirma Salvador Cañones, responsable en España y Portugal de Soluciones contra la Pérdida Desconocida de Checkpoint Systems. Es decir, que tendremos que identificar esos artículos para centrar una mayor atención sobre ellos. Para implantar sistemas antihurto es fundamental el tipo de establecimiento. En un supermercado hay una línea de cajas donde será fácil colocar las antenas, mientras que en los locales donde hay varios puntos de pago, o éstos se encuentran situados aleatoriamente, será preciso incorporar arcos en el acceso al local.

1. Precauciones

Además, Salvador Cañones explica que “debe cuidarse al cliente y asegurarse de que quien compra y paga no active la alarma ni en nuestro establecimiento ni en ningún otro”. Y es que sólo una de cada 500 alarmas que saltan responde a una incidencia real.

Para evitarlo hay que contar con los elementos apropiados para neutralizar estos dispositivos. En el caso de productos protegidos con etiquetas duras (habituales en ropa) se necesita un desacoplador (alrededor de 200 euros), mientras que las blandas requieren el uso de un desactivador (de 600 a 900 euros).

2. Precio de antenas

¿Y cuánto cuesta defenderse? Un factor condicionante es el ancho del paso en el que debamos colocar las antenas, puesto que éstas cuentan con un radio de alcance que limita su efectividad y determina su precio. En un acceso de 1,5 metros podremos colocar dos antenas cuya instalación, junto a la adquisición de unas 1.000 etiquetas duras, supone un desembolso entre 3.000 y 3.300 euros, a lo que hay que añadir los gastos de mantenimiento (unos 400 euros al año). Algunas firmas, como Checkpoint, ofrecen la posibilidad de acceder a sus sistemas mediante renting, lo que se traduce en el pago de unos 60 euros mensuales durante dos años –incluido el mantenimiento– que tienen la ventaja de poder contabilizarse como un gasto más.

3. Etiquetas y otros sistemas

En cuanto a las etiquetas, las blandas cuestan entre 30 y 36 euros el millar, mientras que las duras, que son reutilizables, oscilan entre los 0,40 y 0,70 euros la unidad. Algunos productos requieren un sis- tema diferente de protección. Por ejemplo, además de las clásicas etiquetas, es frecuente ver algunos productos –videojuegos, discos, licores…– dentro de carcasas protectoras de plástico. Otros artículos, generalmente de informática y electrónica –cámaras de fotos o vídeo, ordenadores portátiles, móviles…– incorporan cables de seguridad que permiten manipular los equipos a la vez que los defienden de la tentación del robo, pues la alarma se activa si el cable es cortado o desconectado.

Redacción Emprendedores