¿Te acuerdas de los primeros días de pandemia, cuando conseguir una mascarilla o gel hidroalcohólico era totalmente imposible? En aquellos momentos, todo el tejido empresarial español se puso manos a la obra para tratar de abastecer de material sanitario a la población española y, muy particularmente, a los profesionales de la salud, los trabajadores de ‘primera línea’.
Fueron muchas las compañías que se reconvirtieron para empezar a fabricar mascarillas, gel hidroalcohólico, respiradores, equipos de protección individual (EPI), guantes, test, etc. Y esta situación también disparó el ingenio de muchos emprendedores, que vieron la oportunidad de negocio que suponía la obligatoriedad de llevar mascarilla para desarrollar distintas soluciones, tal y como contábamos en este artículo publicado en EMPRENDEDORES.
Chen Shouting fue uno de esas personas que detectaron inmediatamente las oportunidades que se abrían con la crisis sanitaria. Este empresario chino es el propietario de Innjoo Technology, una compañía dedicada a la venta de aparatos electrónicos y tecnología… al menos hasta la irrupción de la pandemia.
Como muchas de las empresas que comercializan este tipo de dispositivos, la mayoría de los cuales proceden de China y otros países asiáticos, Innjoo Technology contaba con contactos en la región. Chen Shouting decidió aprovechar sus relaciones y dar un giro a su actividad para dar respuesta a la pandemia y, de paso, obtener rendimiento de esta situación tan complicada.
A través de esta empresa y otra compañía que controla en Hong Kong, empezó a importar material sanitario en los primeros días de la crisis sanitaria, un momento de máxima urgencia por la carencia absoluta en nuestro país de productos como mascarillas, test de diagnóstico, guantes, etc.
Y no le fue nada mal. Según informa El Confidencial, Innjoo Techonology se adjudicó al menos 23 contratos públicos por valor de más de 50 millones de euros. El mayor de ellos fue el suscrito con la Generalitat de Cataluña, por casi 6,3 millones, para el suministro de material sanitario de protección para el personal y los usuarios de residencias y centros y servicios de servicios sociales. Este pedido consistía en 2,7 millones de guantes, 900.000 mascarillas quirúrgicas, 450.000 de tipo FPP2, 55.000 batas impermeables médicas reforzadas, 275.000 batas quirúrgicas y 8.000 gafas de protección.
El empresario también se hizo con contratos publicados por Adif, el Servicio Canario de Salud, el Servicio de Salud de las Islas Baleares, la Presidencia del Organismo Público de Puertos del Estado, la Presidencia de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras y la Subdirección General de Gestión Económica y Patrimonial.
Gracias a estas adjudicaciones, la compañía elevó su facturación por encima de los 72 millones de euros en el año de la pandemia, con un beneficio de 126.131 euros. Sin embargo, sus registros cayeron abruptamente en 2021, cuando ingresó 6,7 millones de euros y obtuvo unas ganancias de 75.457 euros. Pese a ello, los emolumentos de Chen Shouting como administrador de la empresa aumentaron: 82.000 euros en 2021, frente a los 74.500 euros que cobró en 2020.
Además, el endeudamiento de Innjoo Technology se disparó. Según El Confidencial, la deuda de la empresa con sus acreedores se elevó superó los 11 millones de euros, a los que había que sumar casi otro medio millón que debía a entidades financieras.
Asimismo, a medida que la pandemia iba avanzando y el mercado del material sanitario se normalizaba y y recuperaba su precio habitual, Chen Shouting se encontró con la depreciación de la mercancía que tenía almacenada. De este modo, ante la dificultad para recuperar el importe desembolsado en su compra, decidió donar todos los productos que no había logrado vender.
La compañía no ha sido capaz de sobreponerse a todos estos reveses y el empresario solicitó el concurso voluntario de acreedores ante el Juzgado de lo Mercantil de Madrid. Polaris Servicios Jurídicos se ha hecho cargo de la administración concursal e Innjoo Technology está a punto de ser liquidada y disuelta, después de que el juez declarase su estado de insolvencia.