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¿Qué señales indican que eres un ‘emprendedor workaholic’?

Cosimo Chiesa de Negri, presidente de Barna Consulting Group y autor del libro 'Liderándome para liderar', te ayuda a descubrir si eres un adicto al trabajo.

28/09/2015  Redacción EmprendedoresGestión

Cada uno de los que decidimos emprender lo hacemos por diferentes motivos y bajo circunstancias diferentes. La inversión de tiempo personal y de capital para invertir tampoco es la misma al inicio del proyecto que cuando éste empieza a consolidarse en una realidad atractiva.

Las razones por las cuales emprendemos son infinitas: para disponer de nuestro tiempo, para ser dueños de nuestras decisiones, para ayudar a los demás, para convertir en realidad una idea con potencial, para ser nuestros propios jefes y por supuesto para vivir de ello. En el momento que nuestra idea, nuestro sueño ya es una realidad, empiezan a surgir puntos comunes entre todos los que en algún momento de nuestra vida hemos decidido iniciar este camino y es: la adicción al trabajo.

Si tu conversación se vuelve monotemática, tu cabeza no deja de darle vueltas al trabajo las 24 horas del día o eres de los que se llevan trabajo a casa por norma general, querido amigo tienes muchos números de convertirte en un workaholic.

El tiempo que le dedicabas a tu familia queda relegado a un segundo plano mientras que inversores, rondas de financiación, clientes, viajes, yllamadas de teléfono a cualquier hora del día y de la nochese interponen en tu tan ansiado equilibrio personal-profesional-familiar. Con las consecuencias obvias de perderte las fechas señaladas, sacrificar momentos con tus hijos o descuidar tu relación de pareja y a veces tu salud también.

Las 3 creencias limitantes

Las creencias son aquellas opiniones que tenemos sobre las cosas y que para nosotros son verdades como templos. Son junto con nuestros valores la brújula por la que tomamos o dejamos de tomar ciertas decisiones. Existen creencias que nos limitan y que se interponen entre nosotros y nuestros objetivos. Algunas de las más comunes entre los emprendedores son:

1.-“Si emprendes debes tener una dedicación casi absoluta a tu proyecto, es lo normal”

Al ser nuestro propio jefe, delimitar el horario laboral puede ser un auténtico reto. Llevarse trabajo a casa es una práctica común, lo que provoca, a veces, trabajar hasta altas horas de la noche con el consecuente cansancio y presión que eso conlleva. Muchas de las discusiones con la familia derivan al verse ésta relegada a un clarísimo segundo plano.

Cuando emprendemos es como cuando construimos una casa, siempre hay algo que hacer, a no ser que tú mismo pongas los límites, porque si no otros te los pondrán. Como hemos oído tantas veces “o cambias o te cambian”. Y en este caso, corremos el riesgo que nuestra pareja, nuestros hijos, nuestros amigos o nuestra salud nos den una patada.

2.- “No me puedo permitir no estar localizable. Es importante”

La obligación de estar localizable 365 días al año y en cualquier circunstancia es un hábito nefasto que se interpone entre nosotros y nuestra vida personal. El estar siempre pendientes del teléfono para poder interceptar a tiempo mails o llamadas de nuestros socios o clientes es una esclavitud que nos repercute negativamente erosionando la calidad de nuestras relaciones personales (familia y amigos). Desde fuera es hasta cómico el ver a una persona pendiente las 24 horas de un Smartphone.

3.- “Es tan sólo una etapa, luego las aguas volverán a su cauce”

La calidad de nuestras relaciones personales se resiente, vemos menos a nuestros amigos, tendemos a relacionarnos más con personas involucradas en nuestro proyecto, para seguir hablando de él, para seguir dándole vueltas a ideas a desarrollar o a planes que implementar. Si nos vamos de vacaciones el proyecto se viene con nosotros, duerme con nosotros y por supuesto estamos muy localizables ante cualquier incidencia que pudiese ocurrir tanto si estamos en la playa, en la piscina o en la montaña.

Estimado emprendedor, si mientras leías estas líneas ibas asintiendo, quizás es el momento de parar y reflexionar. ¿Qué es lo verdaderamente importante para ti?

Las creencias limitantes nos dan una visión en túnel, limitada como su palabra indica, para nosotros esa es la realidad y actuamos en consecuencia. Ocurre muchas veces que entramos en conflicto con nosotros mismos, cuando situaciones externas en las que nos encontramos amenazan a nuestros valores, luego a nuestro equilibrio interno. En el caso del emprendedor workaholic, valores como trabajo, realización personal, familia y amor entre otros son difíciles de conciliar, entonces es cuando “trabajo! trabajo! trabajo!” toma el mando. Nos sentimos mal si nos llevamos trabajo a casa y no le dedicamos el tiempo suficiente a nuestra pareja o hijos, porque pensamos que tiene que ser así, pero esa es la historia que hemos decidido creer y por lo tanto actuamos en consecuencia. Cuando dejamos de tomar las riendas de nuestra propia vida estamos permitiendo que otros decidan por nosotros. Luego no nos quejemos de las consecuencias de las decisiones que hemos tomado.

En estos años en los que la palabra “liderazgo” está en boca de todos, es importante recordar que para ser un líder “al 100%” es necesario ante todo ser una persona equilibrada y con prioridades claras acerca del uso de la propia libertad y de sus límites. Es ese equilibrio que da la clave para saber que la profesión tiene un tiempo, la familia otro y el espacio personal otro y a los tres hay que dedicarles tiempo.

Te invito a parar y a pensar el para qué haces lo que haces y a costa de qué lo estás consiguiendo.

Las creencias limitantes están para cuestionarlas ¿y si esto no fuese cierto?,¿cómo sería mi vida? Y diseñar tranquilamente los pequeños pasos que debes dar para que lo que quieres se convierta en tu realidad.

Redacción Emprendedores