Según datos publicados por Adecco el pasado diciembre, en los últimos dos años se han marchado casi 200.000 jóvenes altamente cualificados. Y no sólo eso. Nada menos que el 42% de los trabajadores estaría dispuesto a cambiar de país por un empleo, cifra que se eleva hasta el 58% en el caso de los parados, de acuerdo con el último Estudio sobre movilidad laboral internacional, de Randstad. Y la tendencia es creciente, máxime si siguen apareciendo anuncios como el que realizó Ángela Merkel en enero pasado, cuando avisaba que Alemania iba a necesitar entre 500.000 y 800.000 profesionales especializados de aquí a 10 años.
Emigrante altamente cualificado
Volviendo al estudio de Adecco, el perfil del nuevo emigrante es el de una persona de entre 25 y 35 años, licenciado, con una alta cualificación y que busca sobre todo encontrar un puesto de trabajo acorde a su formación. “En España tenemos una tasa de ocupación para titulados superiores que ronda el 80%, con lo cual la gran mayoría de nuestros licenciados acaban encontrando trabajo tarde o temprano, el problema es que muchas veces no en los sectores para los que se han formado, y eso es lo que provoca que emigren”, señala Paloma López, secretaria de Empleo e Inmigración de CC OO.