Aunque las ventas crecieron un 4% respecto al trimestre anterior y suponen un repunte del 36% frente al mismo periodo del ejercicio previo, estas cifras son 8.000 unidades menos de las que pronosticaban los analistas de Refinitiv, según informa Reuters.
La producción de la empresa también se elevó hasta las 440.808 unidades, lo que supone un incremento del 20% respecto al tercer trimestre de 2022, el último antes de la puesta en marcha del tercer turno productivo en su nueva factoría en Berlín.
Un año después de entregar su primer vehículo, dicha fábrica ya ha alcanzado una producción de 5.000 automóviles a la semana, según compartía en Twitter el fabricante de vehículos eléctricos, pero todavía está lejos del objetivo de 500.000 unidades al año.
Conseguir que esta factoría funcione a pleno rendimiento cuanto antes será fundamental para que la empresa cumpla con sus objetivos. Cabe recordar que Elon Musk declaró el pasado mes de enero que Tesla podría lograr entregar dos millones de vehículos en 2023, un 52% más que el año anterior, como recogía la propia Reuters.
Sin embargo, la compañía no está cumpliendo con las expectativas del mercado. Tesla ya se quedó corta en el anterior trimestre y no logró mejorar sus ventas en un 50%, el objetivo que se proponía para 2022.
La reacción de Elon Musk no se hizo esperar. Con el fin de alcanzar sus metas, la empresa anunció en el mes de enero que recortaría un 20% el precio de su Model Y en Estados Unidos. En Europa, rebajó en 4.000 euros el precio del Model Y y en 3.000 euros el precio de Model 3, según publicaba Cinco Días. Y en China ha realizado una rebaja entre el 13% y 24% desde el mes de septiembre.
La respuesta fue audaz, pero los inversores contemplaron con recelo este movimiento y no faltaron quienes advirtieron que reducir los precios es un claro estímulo para las ventas, pero también conlleva el riesgo de una erosión de los márgenes difícil de soportar.
Así pues, al conocerse que las entregas de vehículos Tesla no han alcanzado los pronósticos de los analistas, pese a la bajada de precios, las acciones de Tesla han sufrido un duro revés. Los activos de la compañía cayeron más de un 6% en una sola jornada bursátil.
Además, hay que tener en cuenta que la competencia en el mercado del vehículo eléctrico se está endureciendo, por lo que alcanzar sus metas y, por tanto, cumplir con las expectativas de los analistas y los inversores, se pone cada vez más difícil.
Aunque Tesla tomó la delantera a los fabricantes de automóviles tradicionales, los grandes grupos del sector —Toyota, Volkswagen, Renault-Nissan-Mitsubishi, etc.— han acelerado su estrategia de electrificación. Asimismo, las marcas chinas —DSFK, MG o BYD, por ejemplo— están empezando a ofrecer productos competitivos tanto en calidad como el precio.
Éste es un nuevo revés para Elon Musk, que está sufriendo un notable deterioro de su imagen. La compra de Twitter y su ruidoso desembarco en la dirección de la compañía, despidiendo entre el 75% y el 80% de su plantilla, es uno de los motivos que explican esta pérdida de imagen.
También ha contribuido a dicho desgaste su enfrentamiento con Tim Cook, el CEO de Apple. Elon Musk publicó un tuit en su perfil de Twitter en el que insinuaba que el máximo dirigente de la marca de la manzana había decidido retirar su publicidad en la red social porque “odia la libertad de expresión en Estados Unidos”.
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