Puede que muchos de los cerveceros más jóvenes no conozcan El Águila. Esta marca madrileña fue la más popular en España hasta los años 60, cuando se vio superada por Mahou y terminó por desaparecer de los bares y tiendas. Medio siglo después, ha resucitado con fuerza, marcando la diferencia en el segmento de las cervezas artesanales.
El Águila fue fundada a principios de 1900 por el empresario y diputado liberal Augusto Comas y Blanco en el barrio de Delicias, en Madrid. La empresa fue creciendo poco a poco, y en la década de 1930 se convirtió en la marca de cervezas más comprada en España. Aquel éxito permitió a El Águila contar con un músculo financiero superior al de Mahou, que todavía era una pequeña empresa familiar.
La llegada de la Guerra Civil redujo el negocio de la cerveza por la falta de materias primas, aunque los vínculos de El Águila con el franquismo permitieron a la compañía mantener un 20% de cuota en el mercado español, y abrir nuevas fábricas en Córdoba o Valencia. Este dominio alcanzó su máximo nivel a principios de los años 60, cuando la compañía ya dominaba el 30% del mercado.

Sin embargo, un duro competidor empezó a comerle terreno a El Águila: Mahou. A partir de los años 70, el crecimiento de la compañía familiar fundada por Casimiro Mahou se tradujo en pérdidas constante en las cuentas de la cervecera, que intentó relanzar la marca sacando al mercado una de las primeras cervezas sin alcohol en España.
Así, después de que Heineken adquiriera el 100% de la compañía, la multinacional holandesa decidió sustituir la marca El Águila por Amstel de manera progresiva. Esta decisión condenó a la empresa a su desaparición, en principio definitiva, a principios de los 2000. Pero la última palabra no estaba dicha…
La resurrección de las cervezas El Águila
Casi dos décadas después de su desaparición, El Águila ha regresado con más fuerza que nunca. El crecimiento del segmento de las cervezas artesanales ha sido la causa de que Heineken haya decidido recuperar la marca con dos modelos que intentan competir con las ediciones más premium de Estrella Galicia o Mahou, así como con marcas más pequeñas que tienen un mercado considerable, como Turia, La Virgen o Victoria.
Con solo dos formatos -1900 y Sin Filtrar-, las cervezas El Águila ya han llegado a 600.000 hogares a través de las cadenas de supermercados, y se sirven en 50.000 negocios hosteleros de España. Estas cifras suponen un crecimiento interanual del 35%, todo un triunfo en un negocio que tiene cada vez más competencia.
Además, el formato Sin Filtrar mantiene una tasa de repetición del 37% o, lo que es lo mismo, casi cuatro de cada diez consumidores que la prueban la vuelven a comprar en poco tiempo. Sin duda, se trata de un regreso con mucha fuerza para una de las cervezas más características de la España del siglo XX.