El Estado de Información No Financiera (EINF) atiende a una ley dictada por el regulador comunitario en el año 2018. Empezó aplicándose a las empresas con más de 500 empleados, pero paulatinamente se han ido bajando los límites. Todavía no es obligatorio para todas la pequeñas y medianas empresas, pero la tendencia es que las que sí lo aplican, empiecen a exigir los mismos criterios a todos sus proveedores dentro de la cadena de valor, independientemente de su tamaño. Por eso, deberías empezar a interesarte sobre qué son los Estados de Información No Financiera.
Para resolver todas las dudas, recurrimos a Raúl Mir, fundador y CEO de Ângela Impact Economy, proveedores de soluciones ante retos sociales y medioambientales, para convertir a las organizaciones en generadores de valor para todos.
¿Qué es el EINF?
El Estado de Información No Financiera (EINF) es un informe anual con información sobre el impacto que tiene el desempeño de una organización respecto a medioambiente, sociedad, empleados, derechos humanos y anticorrupción.
¿Qué se persigue?
El EINF tiene como objetivo proporcionar información transparente y comparable sobre el desempeño no financiero de las empresas. Esta información es relevante para todas las partes interesadas, incluidas las empresas, los empleados, los inversores, los consumidores o las comunidades locales. Como señala Raúl Mir el objetivo final es ayudar a las empresas a ser mejores empresas, más allá de la cuenta de resultados, y más transparentes.
¿Qué empresas están obligadas a presentar el EINF?
Conforme a lo establecido en la Ley 11/2018 de diciembre las empresas originalmente obligadas a presentar el EINF eran aquellas con plantillas superiores a 500 empleados. Una actualización posterior de la Norma llevada a cabo el año pasado amplió la obligación a aquellas compañías con plantillas superiores a 250 empleados o que tuviesen una facturación de 40 millones de euros o 20 millones en activos.
¿A cuántas empresas afecta en España?
En principio, y conforme a los criterios señalados arriba, serán algo más de 2.000 empresas las que están obligadas a reportarlo. Sin embargo, la tendencia es que poco a poco repercuta en todas las empresas, de cualquier tamaño y actividad teniendo en cuenta que la aprobación y entrada en vigor de la Directiva de Información sobre Sostenibilidad Corporativa (CRSD, por las siglas en inglés) que regula la nueva manera de reportar estos informes y obligará a las empresas a exigir a sus proveedores, sean del tamaño que sean, los mismos criterios y estándares de sostenibilidad y transparencia por la que se rigen ellos.
¿Cuándo hay que presentarlo?
Se presentan como anexo junto a las cuentas anuales consolidadas de la empresa en el Registro Mercantil de manera que la presentación de la información financiera se hace simultáneamente a la no financiera debiendo, además, publicarlo en la página web corporativa. Además, serán firmados por todos los administradores de la sociedad obligada a formularlos. Ello implica asumir la responsabilidad en el supuesto de que la información aportada no sea verídica. Aunque en España no se ha abierto aún expediente alguno en este sentido, asegura Mir que empiezan a verse procedimientos judiciales ya en otros países comunitarios, como en Holanda.
Las sanciones
Las sanciones por no presentar el EINF son las mismas que aplican por no presentar las cuentas anuales en el Registro Mercantil.
¿Qué hay que reportar?
El documento contiene distintos apartados en los que se pide información sobre cinco aspectos principales: política medioambiental; Social, Derechos Humanos, Gobernanza y relación con los stakeholders. En torno a estas temáticas se van planteando una serie de preguntas como ¿Cuáles son los principales impactos ambientales de la organización?; ¿Cómo gestiona la organización sus riesgos ambientales?; ¿Qué medidas está tomando la organización para mejorar su impacto social?; ¿Cuáles son las políticas y prácticas de derechos humanos de la organización?; ¿Cuáles son las políticas y prácticas de gobierno corporativo de la organización? o ¿Qué medidas está tomando la organización para mejorar sus relaciones con los stakeholders?
Señala Mir que total son alrededor de 180 indicadores sobre los que las compañías tienen que rendir cuentas, aunque no apliquen todos a todas, dependiendo de la tipología de la empresa.
¿Quién verifica el EINF?
La Norma establece la obligación de que el informe sea verificado por un tercero independiente, tarea que recae, generalmente, en auditorias y otras empresas certificadoras como podría ser, por ejemplo, AENOR. En el caso de Ângela Impact Economy, donde se presentan como expertos en sostenibilidad corporativa, han desarrollado un software que digitaliza todo el proceso, desde la recopilación de información hasta la elaboración del informe verificado por expertos.
Teniendo en cuenta el volumen de información que hay que reunir en áreas muy transversales, la opción por la que suelen declinarse la mayoría de las empresas es externalizar esta tarea.
¿Qué obtienen las empresas?
Aunque en principio el EINF puede parecer una imposición regulatoria añadida a las muchas que ya recaen en el mundo corporativo, lo cierto es que aporta una serie de beneficios a las corporaciones. Además de como ventaja competitiva, facilita el acceso a la financiación, tanto pública como privada, teniendo en cuenta que disminuye el riesgo financiero que implica la gestión no adecuada de, por ejemplo, el impacto medioambiental. Recuerda también Mir que la inversión actual se rige por el concepto ESG que integra las palabras Environmental (medio ambiente), Social (sociedad) y Governance (gobierno corporativo), agrupando en estos tres ejes los factores no financieros más relevantes de una compañía.
A la vez, mejora la transparencia y responsabilidad de las empresas lo que tiene un efecto directo en la confianza de las partes interesadas. Abre también la puerta a ampliar el negocio dado que muchas multinacionales exigen ya el EINF a sus proveedores. Se convierte, asimismo, en un instrumento de comunicación interesante de cara a los stakeholders de la compañía y en una herramienta muy útil para la toma de decisiones.
La relación con los CSRD
La aprobación y entrada en vigor de la Directiva de Información sobre Sostenibilidad Corporativa (CSRD) por parte de la Unión Europea obliga a todas las grandes empresas a publicar informes periódicos sobre sus actividades de impacto ambiental y social.
En principio, como sucede con el EINF atañe las empresas con más de 250 trabajadores, 40 millones de ingresos netos o 20 millones de euros en balance, pero, indirectamente, afecta también a las pymes y a todas las empresas en general, dado que hay distintas fases de implantación.
Los estándares de informes CSRD ayudarán a las empresas a medir y gestionar mejor su exposición a los riesgos relacionados con el medio ambiente, la sociedad y la gobernanza (ESG), así como a convertirse en mejores corporaciones.
Entre los principales cambios previstos figuran:
Mayor exigencia en la calidad de la información. Con la nueva directiva la empresa tendrá que informar sobre: el modelo de negocio y estrategia; objetivos de sostenibilidad establecidos y los progresos realizados para alcanzarlos.
Descripción de los principales riesgos relacionados con asuntos de sostenibilidad y su gestión
Información sobre la cadena de valor de la empresa, como operaciones, productos y servicios de la empresa, relaciones comerciales y cadena de suministro.
Enfoque prospectivo de la información divulgada. La información aportada ya no se centrará solo sobre el desempeño, sino sobre los planes y escenarios futuros. Se requerirá que esta información sea solvente y basada en datos, empujando a las compañías a introducir la sostenibilidad en su estrategia de negocio.
Vinculación entre la información financiera y no financiera, buscando la coherencia entre ambas
Estandarización de la información: para comparar el desempeño entre empresas, introduciendo la sostenibilidad como un elemento competitivo y empujando con ello el cambio del mercado.
El objetivo final
En opinión de Raúl Mir, el objetivo final de todas estas medidas es crear la gran palanca que para movilizar, en una estrategia global, la transición a un modelo productivo que no sea tan negativo para la sociedad ni para el planeta, involucrando en ello tanto al capital como a las corporaciones.
Para su coordinación se establecen las nuevas reglas del juego que obliga a las empresas a aplicar procedimientos de diligencia debida en las actuaciones realizadas para identificar y evaluar los riesgos, así como para su verificación y control, incluyendo la adopción de medidas, y a contemplar la doble materialidad, es decir que consideren los riesgos y oportunidades desde una perspectiva tanto financiera como no financiera asumiendo la responsabilidad de cómo sus decisiones afectan al entorno.