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Formación a golpe de clic

El mundo del e-learning ha evolucionado mucho desde sus tímidos comienzos hace 10 años. Es cierto que los primeros movimientos datan de mediados de los 90, pero en aquella época ...

23/05/2011  Redacción EmprendedoresGestión

El mundo del e-learning ha evolucionado mucho desde sus tímidos comienzos hace 10 años. Es cierto que los primeros movimientos datan de mediados de los 90, pero en aquella época el acceso a la Red no estaba extendido y la metodología era poco más que una adaptación de la llamada entonces formación multimedia a los pocos recursos que ofrecía Internet: CD Rom, pdf y poco más. Ahora el e-learning es una opción real con un mercado muy real, que tiene en el mundo latinoamericano una fuente de expansión de posibilidades insospechadas. “Desde que empezamos a organizar el Expolearning allá por el 2002, crecemos a un ritmo anual del 200%”, confiesa José Lozano, presidente de la Asociación Española de Formación On Line (Aefol), organismo que ofrece unos datos esclarecedores del sector: en nuestro país cuenta con 300 empresas proveedoras, da trabajo a 3.000 profesionales y en el 2010 movió en torno a 1.500 millones de euros de facturación.

Cada vez mejor considerada
Los responsables de recursos humanos empiezan a considerar como un factor positivo la presencia de cursos online en la formación de los candidatos porque, como señala Francisco Lobato, director pedagógico de Iteap, “ya no solo revela que el candidato está familiarizado con las nuevas tecnologías, sino que demuestra autodisciplina, madurez, autonomía intelectual y procedimental”.
Ahora bien, en el mundo del e-learning no todo vale, porque ni todos los centros son adecuados ni todas las materias son susceptibles de enseñarse de forma virtual. Iñigo Babot, socio de IBBM Consultores, define cuatro tipos de contenidos en e-learning:

Los factuales. Los que hay que repetir para aprender. En estos caso el e-learning es muy apropiado porque la interactividad permite interiorizar mejor los recursos.
Los conceptuales. Aquellos conceptos que hay que saber explicar o describir (servicio al cliente, conceptos matemáticos). En estos casos, es más recomendable el blended learning (la combinación de online y presencial).

Los procedimentales. Aquellos en los que el resultado final es debido a una serie de acciones. Éstos se aprenden mejor por repetición significativa (manejar una aplicación, una máquina, conducir un coche). Si la repetición es de lectura y escritura (ofimática), funciona el e-learning, pero si se refiere a algo físico, requiere parte presencial.
Los actitudinales. Los que tienen que ver con actitudes, códigos de valores (liderazgo, gestión de equipo…). Tienen una parte teórica online, pero requieren de sesiones presenciales porque implican manejo de emociones.

CÓMO ELEGIR
A la hora de escoger el curso o el centro más adecuado, también conviene tener precaución. Destacamos 14 consejos de entre todos los mencionados por los expertos.

Determina con claridad qué necesitas aprender. No olvides que además de definir el tipo de formación que buscas (si quieres conceptos o aprender a hacer algo), también debes valorar que sea aplicable a tu vida real y si va a estar guiada o tutorizada.
“El autoservicio funciona muy bien en el mundo anglosajón, pero en España hace falta acompañamiento”, puntualiza Mariano García, account manager de Telefónica Learning Services.

Analiza los contenidos. Han de adaptarse a lo que estás buscando y para saberlo debes poder comprobarlo a través de demos. “Nosotros siempre dejamos ver una demo o un curso durante un tiempo limitado para que comprueben cómo se desarrolla y qué tipo de contenidos se ofrecen”, defiende Miguel Mosulén, director de Profor. Has de fijarte en que el contenido se articule en torno a actividades prácticas, que esté estructurado y que haya una secuenciación. Como afirma Tiscar Lara, vicedecana de Contenido Digital del EOI, “es fundamental que el alumno sepa cómo distribuir las horas”.

Comprueba la metodología. El contenido también debe tener unos criterios pedagógicos claros y una metodología muy práctica. Para José Luis Fernández, director de Innovación y Estudios de OBS, “es más importante la experiencia en formación del centro que su peso tecnológico.

Flexibilidad. Es necesaria para que el alumno pueda escoger el momento y el lugar en el que estudiar. Por eso son preferibles los campus que tienen accesibilidad las 24 horas. Comprueba que hay evaluaciones y plazos de entrega fijados que te demuestren que el centro hace un seguimiento.

Requiere autodisciplina. En casi todos los cursos se especifican los requerimientos temporales necesarios (2/5/10 horas semanales), así que antes de apuntarte, asegúrate de poder cumplirlos.

Ha de haber feedback. Debes poder interrelacionarte con los profesores, con los alumnos, que haya foros, chats… El nombre y los datos de contacto del tutor y de los profesores deben estar muy claros. Un consejo: antes de decidirte por un curso o centro, manda un e-mail con alguna cuestión y comprueba cuánto tardan en contestarte. Te servirá para tantear la agilidad de sus respuestas.

Que esté actualizado tecnológicamente. Debe trabajar en comunidades 2.0, ofrecer vídeos, simulaciones, herramientas colaborativas, ver cómo funciona en las redes sociales, la importancia del networking, el uso de blogs, los proyectos reales…

Que ofrezca usabilidad. La plataforma debe ser fácil de usar, intuitiva y cómoda. El alumno no debe perder tiempo adivinando dónde debe hacer clic para obtener la información. Como insiste Mariano García, “hay que huir de los fuegos artificiales y buscar más el think y menos el clic”.

Reputación de la empresa. “Analiza bien quién es el proveedor de los contenidos, quiénes son los profesores, si tienen experiencia práctica y si hay seguimiento, tutorías”, indica José Manuel Alarcón, director de Krasis. Comprueba también si hay más servicios, otros cursos especializados que te permitan completar la formación, foros activos, publicaciones, experiencias, acreditaciones; es decir, que haya un proyecto global de formación.

Acreditaciones y títulos oficiales. Es importante cuando se trata de formaciones de postgrado e imprescindible que las titulaciones tengan reconocimiento oficial. Y mejor si también lo tienen profesional y laboral.
Comprueba lo que opinan otros alumnos. Tanto los que están en los cursos como los que ya han cursado programas online.

Vigila la edición. En algunos casos, es importante ser pioneros, pero a medida que van avanzando las ediciones se van perfilando y mejorando las deficiencias.

Personalización. “Es importante que la formación se adapte a las exigencias académicas, temporales, intelectuales del alumno, por eso conviene que haya módulos 2.0” que puedan ser adaptados completamente al alumno, recomienda David San Vicente, responsable del Campus Virtual del IDE-Cesem.

En cualquier caso, si tienes algún problema siempre puedes acudir al defensor del usuario online, creado por Aefol en 2005.

Expertos consultados
Jordi Assens, director del Programa de Dirección General de EADA y profesor del departamento de Dirección de Personas; Luis Lombardero, director de Bureau Veritas Business School; José Manuel Alarcón, director de Krasis; Miguel Mosulén, director de Profor; Tiscar Lara, vicedecana de Cultura Digital del EOI; José Luis Fernández, director de Innovación y Estudios de OBS; Paris de L’Etaz, vicedecano de Programas Blended y profesor de Gestión Emprendedora; José Lozano, presidente de Aefol (Asociación Española de Formación On Line); Iñigo Babot, socio de IBBM Consultores y profesor de la Universidad Ramón Llull; Mariano García, account manager de Telefónica Learning Services; Francisco Lobato, director pedagógico de Iteap; David San Vicente, responsable del Campus Virtual del IDE-Cesem.

Redacción Emprendedores