x
Contenidos exclusivos, revista física
y muchas más ventajas

Drop Servicing: pautas para poner en marcha un agregador de servicios

¿Sabes cómo poner en marcha un mini-Glovo por poco dinero? O un mini-Cabify, un mini-Airbnb o cualquier agregador de servicios que te guste. La tecnología ya te lo permite. Ahora ...

09/09/2021  Redacción EmprendedoresGestión

Si el drop-shipping revolucionó el mundo del ecommerce, el drop-servicing ha venido para transformar por completo el sector de los agregados de servicios. Si el primero permitió la aparición de miles de mini-amazons o mini-wallapops, el segundo va a impulsar la creación de multitud de mini-cabify, mini-glovos o mini-airbnb. “La clave del éxito de estas plataformas es que lo que antes era carísimo y difícil de hacer, con estas compañías y plataformas se pueden conseguir buenos resultados a precios irrisorios”, explica Álvaro Cuesta, CEO de Sonarventures y fundador de Foodinthebox, creada en inicio precisamente a partir de una plataforma de drop-servicing 

Pero, ¿en qué consiste el drop-servicing? Básicamente son plataformas que permiten clonar tecnologías ya creadas o realizar desarrollos de códigos en modo no programación para crear modelos de negocio que ponen en contacto a usuarios con proveedores de servicios. Estas plataformas permiten a desarrolladores y no desarrolladores crear aplicaciones sin necesidad de conocimientos informáticos ni de códigos. 

Suelen tener diseños muy fáciles e intuitivos. Jungleworks, Airtable, Clickfunnel, WebStars, CloneScripts, Bubble, Zapier, Sharetrive, Agriya, Typeform o Wix son algunas de las más habituales. 

Normalmente se realizan a través de las llamadas tecnologías no code, “que empodera a la gente que no sabe hacer códigos: permite que gente que no sabe programar pueda crear su propio negocio de forma relativamente rápido, con pocos conocimientos técnicos y con una curva de aprendizaje muy rápida”, explica Adrián Boo, cofundador de Alta Guardia y profesor de No Code en Tecnocampus. Dentro de esta tecnología No Code están también los CMS o gestores de contenidos que permiten igualmente crear entornos de trabajo tanto para páginas web como para tiendas online. Para el reportaje que nos ocupa dos de los más útiles son Shopify o WordPress (en su versión Woo Commerce) 

En general, todas ellas son soluciones de “todo en uno” en diferentes modelos de negocios para que el usuario pueda ofrecer todo tipo de servicios desde muy poco dinero al mes. La mayoría de estas soluciones admiten, además, la integración con otro tipo de herramientas y softwares para completar todo el servicio: gestión de CRM, herramientas de comunicación con el cliente, páginas web, gestión de pagos, seguimiento de envíos o servicios… O lo que es lo mismo, seguro que ya has oído hablar de Webflow, Stripe o Arengu, entre otras. 

Ventajas para todo tipo de emprendedores

Normalmente son soluciones muy simples e intuitivas, que están pensadas para ser manejadas por profesionales sin conocimientos previos y con una curva de aprendizaje muy rápida. Entre las ventajas más destacadas están: 

Para impacientes. Otra de sus grandes ventajas es que permiten arrancar cualquier modelo en un tiempo récord. La clave radica en encontrar el servicio que esté desabastecido en el área de influencia que escojas y escoger a los proveedores de los servicios. Es perfecto para validar la idea de negocio. 

Para austeros. La gran ventaja de esta fórmula es que ofrece la oportunidad de clonar grandes modelos de negocios ya testados y contrastados por muy poco dinero. “Con apenas 100 euros puedes suscribirte a estas plataformas y por apenas 1.000 euros más adaptar toda la tecnología necesaria para arrancar el modelo. Esto te abre un importante camino para la prueba/error porque el importe a arriesgar puede ser realmente mínimo. Estamos hablando en muchos casos de incluso menos de 5.000 euros”, insiste Cuesta. Algo en lo que coincide Boo: “no tiene sentido en estos tiempos contratar una consultora o un programador para validar el mercado cuando puedes hacerlo por unos cientos de euros con este tipo de soluciones” 

Para locales. Y por último, y no menos importante, tenemos un mercado casi natural: el de las pequeñas localidades o comarcas a los que los grandes players no quieren o no pueden dirigirse. Es ahí donde este tipo de modelos pueden encontrar un gran futuro. “Este tipo de plataformas favorecen el emprendimiento local. Muchas de las grandes empresas operan en lugares de un determinado tamaño y no les interesa dar servicios en localidades pequeñas, pero con estas plataformas ya se puede”, recalca Cuesta. 

Pero también tiene desventajas

Como no todo iba a ser de color de rosa. Veamos algunos de sus inconvenientes:

Poca escalabilidad. La gran desventaja de estas plataformas es que rara vez son escalables. Es decir, son perfectas para arrancar y testar el modelo y, si me apuras, para los dos o tres primeros años, pero si el negocio crece muy rápido no tiene capacidad, de momento, para crecer al mismo ritmo que el negocio y, en cualquier caso, a partir de un determinado volumen ya se revelan insuficientes y es necesario apostar por el desarrollo de tecnología propia.

José Antonio Quintas, fundador y CEO de Rumbo, una app de reparto a domicilio en zonas pequeñas de Galicia y Portugal, lo refleja muy bien: “cuando estábamos en cuarentena se me ocurrió hacer reparto a domicilio en Verín. Empezamos a hacerlo vía web, pero después vimos esta alternativa y dimos el salto a estas aplicaciones. Nos permitía instalar una plataforma con el usuario, otra para el restaurante y otra para el rider. Fue muy práctico al principio, pero llega un momento en que no puedes evolucionar. Cuando los pedidos empezaron a aumentar la app de rider se caía y eso al final puede poner en peligro el negocio. Es decir, están muy bien al principio, en el que puedes tener toda la tecnología por unos 500/600 € al mes, pero tienes que tener la vista puesta en que vas a acabar desarrollando tu propia aplicación. Nosotros ahora hemos decidido hacer un desarrollo propio que sube hasta los 45.000 euros, porque acabamos de entrar en Portugal y nos planteamos también abrir otras opciones como franquiciar, por ejemplo”.

Poca flexibilidad. O más exactamente, poca flexibilidad a buen precio. En efecto, como recuerda Boo, “en versión freemium está muy bien, pero en los casos de que las plataformas incorporen funcionalidades que permitan adaptar o personalizar la oferta, las tarifas que vas añadiendo son importantes de manera que a medida que vas sumando opciones vas incrementando los precios y cuando te quieres dar cuenta te sale más económico tener un programador propio”. 

Poca personalización. Como recuerda Quintas, “para que tú tengas esta aplicación tan barata, la tienen otras 300/400 empresas en el mundo y cada cambio que se introduce se lo aplican a las 300/400 empresas la quieras o no y cuando a la empresa le interesa y eso produce un colapso del programa en el momento más inoportuno”. 

Barrera cultural. Como la mayoría de estas plataformas están en el extranjero es necesario ser muy cuidadoso con el idioma. “Al ser todo telemático has de cuidar mucho la forma y expresiones de trasmitir debido a que una simple exclamación puede generar confusiones en la forma de entender las cosas para ambas partes”, explica Luis Enrique Martínez Puentes, cofundador y CEO de JoinHome, una proptech montada precisamente con un servicio de drop servicing. 

Ojo al escoger el proveedor

En este caso, el precio no es en sí una variable relevante, como recuerda Cuesta: “es más un indicador de la escala de la compañía que un factor determinante: si haces una solución para 10.000 negocios puedes bajar más los precios que si lo haces ad hoc”, así que las recomendaciones principales vendrían de la mano de los siguientes ítems: 

Solidez. Busca un proveedor sólido, que tenga una trayectoria ya consolidada y un cierto recorrido porque, por un lado, ya habrán detectado los principales errores y los habrán subsanado y porque, por otro, necesitas una cierta estabilidad. No puedes arriesgarte a que, en medio de la expansión del negocio, la empresa quiebre y no
puedas seguir adelante.

Protección. Comprueba la seguridad en el tratamiento de la información. Muchas de estas empresas son extracomunitarias y tienen otro tipo de normativas referentes a la protección de los datos. Deberás comprobar que se ajustan a la regulación vigente en España y en la UE.

Adecuación. Conviene que te informes bien sobre las diferentes plataformas, así como las diferentes herramientas que puedas utilizar o aplicar a tu modelo para ver cuál se adecúa mejor a ti. “Las diferencias entre ellas pueden ser sustanciales y no quiere decir que unas sean mejores o peores, necesariamente, sino que se adaptan mejor a tu modelo de negocio y a tus necesidades. Optar por una solución compleja cuando no la necesitas puede ser un lastre para el funcionamiento cotidiano. Y al revés, recurrir a una solución simple que se queda corta a la primera de cambio, también puede lastrar tu avance”, insiste Boo. Infórmate para ello en foros, en las redes sociales o sigue las propias cuentas de las compañías para estar al día de actualizaciones o de cambios que introduzcan “y no olvides que casi todas ellas tienen planes gratuitos que puedes utilizar para probar si se adaptan a lo que tu necesitas”

Auditoria. Busca opiniones de otros emprendedores que hayan utilizado la plataforma en la que estás pensando para saber cómo les ha ido y qué carencias tienen. “Lo más importante para nosotros fue estudiar su portfolio de productos realizados anteriormente o productos en desarrollo. Es una de las formas de medir la capacidad de producción y de trabajo que tiene la desarrolladora, además de varias reuniones de  alto contenido técnico”, explica Martínez.

24/7/365. Analiza que tenga soporte técnico accesible las 24 horas de los 7 días de la semana. Si tienes un negocio no puedes permitirte quedarte bloqueado por un problema técnico. Muchas de estas plataformas proceden de La India o de China. En principio, eso no tiene por qué ser un problema, siempre y cuando tengan un buen servicio de atención al cliente. Y verifica quién es el responsable legal de la empresa.