A la competencia siempre hay que tenerla en cuenta. Si lo que vendes son manzanas, te vas a tener que diferenciar de todos los que venden manzanas a tu alrededor, tanto del de la frutería que está 20 metros más arriba, como de Mercadona de la zona o del chino del barrio. La forma de combatirlos pueden ser varias: competir en calidad, vendiendo las mejores manzanas aunque sean más caras; utilizar las mismas armas, vendiendo las manzanas aún más baratas que el chino; especializarte en la venta de un único tipo de manzana; ser el único establecimiento que vende un tipo determinado de manzana…Si a ello le sumas luego higiene en el establecimiento, un buen nombre para tu frutería, un escaparate atractivo o un bueno logo todo esto te va a ayudar, pero ninguno de estos segundos atributos van a ser determinantes a la hora de triunfar con tu negocio que muchos de esos bares a reventar con los que hemos arrancado este artículo suelen estar entre los más cutres.
Sin embargo, hay una fórmula que no falla y que, para mayor celebración, es gratuita para cualquier negocio: la de crear una historia. El consejo corresponde a Álvaro Rey, fundador y CEO de Andtonic, un estudio boutique de creatividad e innovación. En realidad la recomendación es antigua y archiconocida entre los emprendedores, porque hablamos de storytelling, el arte de crear una historia en torno a tu empresa. El problema es que el concepto se ha envuelto en un halo cinematográfico y se ha asociado a grandes campañas de marketing, cuando en realidad está al alcance de cualquier negocio.
Álvaro Rey lo explica de la siguiente manera. “Siempre hay alguno en el grupo que le gusta decir aquello de conozco el sitio en el que se vende el mejor vino de no sé qué, o el lugar en el que se hacen las mejores croquetas de la ciudad, o los mejores pollos asados, o el de las mejores vistas…cualquier negocio que se convierta en motivo de ese comentario, tiene el triunfo asegurado, por cutre que sea”.
De cada negocio depende construir esa historia única e irrepetible en otro establecimiento de la competencia. La otra condición que recuerda Álvaro Rey para tener recorrido es que ser ajuste a la verdad. Respetando esto, cualquier historia puede valer, desde presumir de ser una empresa que en la vida a despedido a un empleado hasta haber acogido alguna vez en tus instalaciones un visitante de honor.
El mismo Álvaro Rey pone el ejemplo de Casa Julio, un bar que se emplaza en la calle La Madera, en Madrid, famoso en esta ciudad por el tamaño y el sabor de sus croquetas y por haber sido elegido como el local para acoger unas sesiones fotográficas de Bono y su banda, U2, que se prolongaron durante varios días.
Cuando se difundió la noticia fueron muchos los fans del grupo que visitaron el local, donde todavía pueden verse colgadas las fotos de U2. Con el paso del tiempo, el efecto fan se ha ido diluyendo, pero la clientela en Casa Julia persiste, aún sin terraza, gracias a esa verdad a la que hacía referencia Rey, que en este caso son las croquetas y que se encuentran entre las más alabadas del Madrid.