El fin del dinero en efectivo está cada vez más cerca. Así lo demuestra la entrada en vigor de la nueva Ley contra el Fraude, que reduce de forma significativa el importe máximo para pagar en metálico, hasta los 1.000 euros. La medida es uno de los primeros pasos para hacer desaparecer el efectivo por completo en los próximos años, y se ha aprobado mientras los bancos centrales desarrollan sus propias divisas digitales.
El nuevo límite de pagos con dinero en efectivo marcado por el Gobierno iguala a España con otros países de su entorno, como Francia o Italia, y supone una rebaja significativa con respecto a algunos de los socios de la Unión Europea, como Alemania, donde no hay límite, aunque los ciudadanos que paguen más de 10.000 euros en efectivo deben registrar las operaciones.
El cambio de la regulación española sobre el pago con dinero en efectivo se produce mientras los bancos centrales desarrollan sus proyectos de divisas digitales. En el caso del Banco Central Europeo, la institución anunció hace unos meses el lanzamiento de un “euro digital”, que incluiría la tecnología blockchain, la base de las criptomonedas, en su estructura.
Sin embargo, aunque una buena parte de los ciudadanos europeos están acostumbrados a pagar con tarjeta y a realizar compras online -más aún a raíz de la pandemia-, lo cierto es que otros grupos de edad pueden desconfiar o no conocer cómo hacerlo. Por eso, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, quiso dejar claro que el euro digital “nunca reemplazará al dinero en efectivo”.
¿Cómo será un futuro sin dinero en efectivo?
A pesar de ello, todo parece indicar que el dinero en efectivo desaparecerá de forma definitiva con el tiempo, por una cuestión de desuso. Las nuevas generaciones prefieren pagar con tarjeta, incluso en los comercios físicos, por lo que el dinero en metálico es cada vez menos fácil de encontrar.
En este contexto, el euro digital puede ser una respuesta a las demandas de los consumidores, en un marco donde la trazabilidad y la seguridad de las transacciones no están desarrollados al 100%. En el caso de las criptomonedas, la tecnología blockchain permite eliminar los intermediarios, así como realizar transferencias inmediatas a cualquier parte del mundo, algo que, de forma previsible, será uno de los puntos fuertes del euro digital.
Además, siguiendo con la lógica del Gobierno para rebajar el importe máximo para pagar con efectivo, la seguridad contra el fraude es otra de las principales ventajas del futuro euro digital. En este sentido, la presencia del blockchain en nuestras operaciones terminaría por completo con el típico “¿Con IVA o sin IVA?”. Según algunos estudios, Italia podría recaudar hasta 30.000 millones de euros anuales solo con esta medida.
Sin embargo, todo parece indicar que el lanzamiento del euro digital tardará, al menos, unos meses en hacerse oficial, y que el dinero en efectivo no desaparecerá de nuestras vidas por completo hasta dentro de unos años. Mientras tanto, otras tendencias marcan la pauta en la sociedad postpandemia, donde el fintech se afianza como sector de futuro.