En torno a la digitalización hay muchas ideas preconcebidas que conviene eliminar, para no pasar por alto una necesidad –la mejora de la producción– que cualquier industria debe acometer más pronto que tarde. Como explica Antonio García, director general de Bossard Spain, “la Industria 4.0 es la culminación de varias innovaciones tecnológicas entrando en el mundo al mismo tiempo, ofreciéndonos una mayor interoperabilidad, transparencia en la información, asistencia técnica y decisiones descentralizadas. Todos estos avances se unen para convertir las fábricas inteligentes en una realidad, para hacer posible una nueva forma de fabricar más eficiente”.
García defiende, además, que la digitalización de las fábricas no pasa inexorablemente por introducir robots en los procesos de producción. Hay un proceso de digitalización que no sólo no pone en riesgo los puestos de trabajo, sino que además crearía más empleo. “Cuando la mayoría de la gente piensa en el futuro de la fabricación, lo primero que le viene a la cabeza suelen ser la automatización y la robótica. Sin embargo, es posible afrontar la tecnología actual sin robots, usando el talento humano y manteniendo los empleados que ya tiene. No todo puede aprenderse en la formación in situ y en algún punto del proceso de digitalización habrá que contratar nuevo personal. Como la Industria 4.0 es a escala global, los fabricantes tendrán que atraer al personal adecuado y encontrar nuevos empleados con formación y destrezas relevantes para las nuevas necesidades y los retos del futuro. Esto puede requerir un cambio en la forma de pensar de los encargados de selección de personal: en lugar de determinar si un empleado potencial está cualificado basándose en sus títulos y certificados, tendrán que buscar perfiles flexibles y adaptables, que busquen el éxito sin importar qué nuevas tecnologías puedan aparecer a la vuelta de la esquina”.
En cuanto a las ventajas de todos estos cambios, el director general de Bossard Spain las explica así:
Mejorar la eficacia. La digitalización permite mejorar la eficacia en todos los frentes, uno de los principales objetivos de una fábrica pequeña.
Reducir el plazo de lanzamiento. Si tus procesos de fabricación son mejores, más eficientes y más inteligentes, tus productos pueden llegar a las manos de los clientes más rápidamente.
Reducir el tiempo de procesamiento. Con nuevos sistemas y estrategias que aprovechan el poder de la tecnología, el procesamiento se gestiona de manera más eficiente y así podrás reaccionar con mayor agilidad a las demandas de los clientes.
Adquirir conocimientos. La digitalización hace uso del Internet de las cosas y te ofrece nuevas maneras de adquirir conocimientos con grandes cantidades de datos.
Integración de principio a fin. La digitalización puede integrar y mejorar la cadena de suministro completa, de principio a fin.
Dirigir el crecimiento económico. Hemos alcanzado los límites de nuestro modelo de fabricación actual y el crecimiento se está estancando. Sin la digitalización, el crecimiento económico no se producirá.
Crear mejores productos. La digitalización no sólo trata de fabricar los mismos productos de manera más eficiente. También trata de borrar límites, para conseguir que los propios productos sean más inteligentes y más funcionales.
Plantear nuevas posibilidades. La digitalización te puede ayudar a fabricar un tamaño de lote múltiple con los mismos costes que un tamaño de lote 1.
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