El delivery urgente ha dejado de ser un servicio exclusivo del reparto de comida a domicilio. Así lo demuestra el reciente acuerdo firmado entre Glovo y las cadenas Fnac y C&A, que busca popularizar las entregas a domicilio inmediatas en productos de tecnología y moda. Sin duda, un recurso más con el que contarán los consumidores a partir de ahora.
Esta noticia se suma a la reciente adquisición por parte de la plataforma de delivery de LolaMarket en España y Merçadao en Portugal, dos cadenas de supermercados desde las que canalizarán el reparto inmediato de los productos ofrecidos por superficies como Mercadona, Lidl, Carrefour o Dia en ambos países.
Así, todo parece indicar el que el delivery urgente -también denominado quick-commerce– ha llegado para quedarse más allá del reparto de comida a domicilio. Tal y como explica el vicepresidente de Globo dedicado a esta área en Business Insider, “el quick–commerce responde a un nuevo momento de consumo del usuario: el de las compras inmediatas bajo demanda. Nuestra visión es convertirnos en un referente en materia de comercio local on demand y ser la app que conecta al usuario con las infinitas posibilidades de su ciudad”.
En este contexto, las empresas del sector del delivery deben ir un paso más allá y revolucionar por completo el concepto de logística urbana al que estábamos acostumbrados antes de la pandemia. Para conseguirlo, Glovo ha creado un sistema de dark stores -o tiendas fantasma-, en el que ha invertido una gran cantidad de dinero para ofrecer entregas de cualquier tipo de producto en tan solo 15 minutos.
Tiendas fantasma, inmediatez y acuerdos con las marcas, el futuro del delivery
La noticia del acuerdo de Glovo con Fnac y C&A confirma el rumbo que está tomando el sector del delivery postpandemia. El consumidor se ha acostumbrado a disponer de casi cualquier producto de manera inmediata, una fórmula que los gigantes del comercio electrónico, como Amazon, también llevan tiempo desarrollando.
En este sentido, acuerdos como el de Glovo serán cruciales para poder competir en un mercado cada vez más exigente y ajustado. Firmar alianzas para poder entregar los productos de una marca conocida de manera exclusiva será clave para sobrevivir en un ecosistema dominado por los grandes actores.
Ante este marco, las tiendas fantasma toman más sentido que nunca. Esta fórmula consiste en contar con algunos locales cerrados al público con el único objetivo de acercarse a los núcleos urbanos y agilizar el servicio online. Estas tiendas fantasma están organizadas de forma muy similar a los comercios tradicionales, a excepción de la línea de cajas, que desaparece a la vez que los clientes. “Todo está pensando y organizado para facilitar a los empleados que completen los pedidos con la máxima rapidez y atender la demanda de los clientes de delivery”, explicaba hace unos meses Diego Sebastián de Erice, director de Ecommerce de Dia.