Otra forma de explicar por qué España no está en riesgo de deflación es comparar la situación española con la de países que han sufrido una deflación. Jordi Singla, economista del Servicio de Estudios de La Caixa, explica: “Japón es la única de las grandes economías que ha experimentado recientemente un periodo de deflación, entendiendo por ello una disminución prolongada y generalizada de los precios. La deflación japonesa fue motivada por la pérdida del valor de los activos, financieros y no financieros, y por la aceptación, especialmente por parte de las empresas no financieras, de que esos descensos serían duraderos”.
Cuestión de ahorro
Singla añade: “Hasta finales de los años 80, la economía japonesa se sustentaba en dos pilares básicos. El primero, un fuerte ahorro de los hogares, que daba soporte al segundo: la intensa inversión de las empresas no financieras exportadoras, que eran y son competitivas”. ¿Y qué ocurre en España? “La deflación se da en sociedades más cohesionadas que la española. En países como Japón, con unas altas tasas de ahorro… una situación que no se ha dado ni se da aquí. En España nos encontramos con unas tasas de ahorro muy bajas, al tiempo que nos encontramos con un elevado nivel de endeudamiento”, explica Ignacio Martínez. Para empezar, el endeudamiento de las familias españolas supera el de los países del G-7. El año 2008 se cerró con una deuda media del 143% de la Renta Bruta Disponible de las Familias (RBDF). Ahora mismo, la tasa de ahorro se encuentra en el 23,7%, ayudando a reducir ese excesivo endeudamiento. La única duda podría surgir de mantenerse los actuales datos de desempleo.