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¿Cómo decirle adiós a un socio?

Un año después de montar la empresa, te das cuenta de que tu socio tiene otros intereses que no son los tuyos y que cada vez le dedica menos tiempo ...

11/07/2017  Redacción EmprendedoresGestión

Como ocurre con un despido, no debería resultar una sorpresa. “Lo ideal es que sea la otra parte la que te diga que se quiere ir”, asegura la coach Amaia Helguera. “Si estableces confianza con esa persona y has hecho los deberes en la línea de Nos hemos marcado estos objetivos, deberás preguntarle: ¿Dónde está tu motivación? ¿En qué estás poniendo tu energía? Hay que ver qué hemos logrado, qué estamos logrando. Y ver también cuál es mi motivación, en qué estoy poniendo yo mi energía. Desde ahí, se va a producir un reconocimiento”, continúa.

“Todos cambiamos. Es algo legítimo. Es habitual, también, equivocarse a la hora de elegir los compañeros de viaje. Pero estos errores no deben dar paso a la fantasía”, redondea la consultora y escritora Pilar Jericó, socia de BeUp. Claro, ésta es la situación ideal. Lo normal es que ni te digan que se quiere ir y se adelante a tus deseos, ni hayáis marcado objetivos previos. ¿Qué pasa cuando nuestro socio no dice nada, cuando no hemos fijado objetivos comunes y queremos desprendernos de él? “Es una situación difícil. Entra en juego un mundo de fantasías, expectativas y egos. Lo ideal es que cuando no haya solución a un conflicto, se resuelva rápido. Hay auténticas cárceles de oro. Tampoco conviene demorar la decisión por amistad, pensando que se puede sortear y que se solucionará”, apunta la socia de Be-Up.

Separar amistad y empresa
“Si es un amigo, hay que resolver primero la parte de amistad fuera de la empresa: Vamos a tomarnos algo. Vamos a cuidar la empresa. Ahí se habla como amigos. Y teatralizarlo: Ahora vamos a dejar de lado nuestra faceta de socios y vamos a cuidar nuestra amistad. Y después sentarse como socios, en la oficina o en la sala de reuniones. Eso es importante porque, si no lo que sucede es que se presenta el chantaje emocional. Hay que separarlo”, plantea Helguera [este consejo es aplicable también a las disputas, no sólo a las rupturas].

“Esa separación ayuda a no mezclar y tener bajo control la parte emocional para que el otro no chantajee la situación: Vamos a hablarlo empresarialmente y de forma objetiva”, recomienda. ¿Y si se ha roto la relación? “Si se trata de una ruptura, al final, habrá que recurrir a la ayuda legal. Y ahí, sí, habréis establecido previamente unas normas concretas para la compraventa de acciones. Depende de si hay confianza y ganas de cuidar al otro y trabajar desde la honestidad”, apunta Helguera. “En este caso, siempre es aconsejable recurrir a asesoramiento externo”, apostilla Jericó. A continuación suele ocurrir que muchos emprendedores hacen socios a sus empleados.

“Las barreras de salida de este tipo de decisiones suelen ser traumáticas. Si las cosas van bien, todo va bien. Pero si desde que le hacen socio, da problemas… Le dices Te voy a comprar… y él te responde que no te vende… y te bloquea la aprobación de las cuentas”, ejemplifica Carlos Delgado, presidente y consejero delegado de Compensa Capital Humano. Ahí, de nuevo, hay que recurrir a la parte legal para solucionarlo.

¿Y si la disputa tiene una solución…?

A la hora de elegir socios, lo habitual –al menos lo que vemos desde la revista– es reunir un equipo similar: o muy tecnológico o sólo con un perfil de marketing. Existen pocos casos de equipos multidisciplinares –aquellos donde haya un experto en tecnología, otro que tenga la idea y alguien con una faceta más de negocio, más de marketing–. Y, claro, es ahí es donde surgen los conflictos.

“Los socios también son personas. Cuando te asocias con alguien tienes que tener claro cómo vas a funcionar cuando las cosas vayan mal. Generalmente, no te asocias con alguien a quien no conoces. Lo haces con ilusión, pero tienes que pensar qué vais a hacer cuando la cosas no funcionen bien”, anticipa Helguera.

“Como lo habitual no es hacer esto, cuando surge un problema resulta aconsejable dejar dormirlo unas horas. Primero hay que apagar el fuego, luego tratar de ver cuáles son los puntos que tenemos en común. Las dos partes queremos que la empresa vaya bien, que ganemos dinero y que los proyectos salgan adelante. Hay una serie de temas en los que los socios siempre van a estar de acuerdo, por eso se trata de buscar esos puntos en común. Hay que coger la parte que nos separa, escuchar a nuestro socio”, continúa esta experta.

Redacción Emprendedores