Los ladrones de energía que apunta el Dalai Lama son 10. Así que, a los que aquí se recogen, habría que añadir la prioridad de cuidar y vigilar la salud para que la maquinaria funcione y darte permiso para descansar siempre que puedas. Pero como estos son aplicables a cualquier persona, destacamos aquí los 8 ladrones de energía restantes que creemos que encajan mejor con el trabajo y la personalidad del emprendedor. Son estos:
Rodearte de personas tóxicas
“Deja ir a personas que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un bote para echar su basura, procura que no sea en tu mente”, es lo que recomienda el Dalai Lama con este tipo de personas y, la verdad, es que no parece muy difícil identificar a ese tipo de personas que más que subirte el ánimo te desmoralizan.
Evita las deudas
“Paga tus cuentas a tiempo. Al mismo tiempo cobra a quién te debe o elige dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle”. Muchos emprendedores se habrán desvelado en más de una ocasión por este asunto por ello sabrán lo incómodo que resulta tanto perseguir a los acreedores como tener cuentas pendientes que saldar.
Cumple tus promesas
“Si no has cumplido, pregúntate por qué tienes resistencia. Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a compensar, a renegociar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa no cumplida; aunque no como costumbre. La forma más fácil de evitar el no cumplir con algo que no quieres hacer, es decir NO desde el principio”. Cumplir con la palabra dada nos hace mejores personas y mejores profesionales.
Delega aquello que no quieres hacer
“Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer y dedica tu tiempo a hacer las que sí disfrutas”. No se trata de evadir responsabilidades, pero sí conviene ser conscientes de que hay tareas que nos disgustan más que otras y donde somos menos productivos. Así que, si puedes encargárselo a otra persona que disfrute con ese trabajo que aborreces, mejor, siempre y cuando no sean las más significativas para sacar una empresa adelante.
El desorden
Bota, recoge y organiza , dice este enunciado. “Tira, levanta y organiza, nada te toma más energía que un espacio desordenado y lleno de cosas del pasado que ya no necesitas”. Se sobreentiende que se refiere tanto a la eliminación de objetos físicos que ya no utilizamos como a cargas espirituales del pasado que, a día de hoy, ya no aportan nada. Una mochila ligera ayuda a afrontar el futuro.
No afrontar las situaciones difíciles
“Enfrenta las situaciones tóxicas que estás tolerando, desde rescatar a un amigo o a un familiar, hasta tolerar acciones negativas de una pareja o un grupo; toma la acción necesaria”. Muchas veces la tendencia es esperar a que las cosas se soluciones por sí solas, algo que la mayoría de las veces, no sólo no se cumple, sino que acentúa la complicación.
Acepta
“Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar”. Cierto que a los emprendedores se les suele animar al tesón y a la perseverancia, pero también esto tiene un límite que hay que aprender a reconocer y aceptar. Ello no implica abandonar la lucha sino un simple cambio de planes o explorar por otras vías.
Perdona
“Perdona, deja ir una situación que te esté causando dolor, siempre puedes elegir dejar el dolor del recuerdo”. Ni el odio ni la ira ni el rencor son buenos consejeros para la toma de decisiones, aunque en un principio puedas sentir una sobredosis de energía.
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