Y no, no es el tren que se acerca. 2014 se presenta con un ligero mayor optimismo que en los últimos ejercicios y algunas entidades empiezan a renovar sus propuestas para emprendedores, pymes y autónomos. ¿Volverá a fluir el crédito?
Recién finalizado el rescate financiero y prácticamente culminado el reajuste del mapa bancario español, el balance alcanzado en materia de apoyo financiero a las pymes no es, sin embargo, muy diferente al que realizábamos antes de esos dos grandes hitos. Para empezar, el crédito a las pequeñas y medianas ha seguido cayendo.
Según la encuesta de acceso a la financiación de las pymes, 2013 SME’s Access to finance survey, realizada por el BCE junto con la Comisión Europea, “en marzo de 2013 se concedieron un 7% menos de préstamos que en 2012″. Según esta encuesta, un 85 % de las pymes europeas recurrieron a los bancos para buscar financiación, frente al 5% que optó por la financiación privada o el 9% que acudió a las microfinanzas o a las Administraciones públicas.
Percepción negativa
A noviembre del año pasado, sin embargo, un tercio de las pymes europeas que lo habían solicitado no había conseguido la financiación externa pedida (al 13% se la denegaron y al 16% restante le concedieron menos de lo pedido).
Unas cifras que varían si usamos la encuesta Survey on the access to finance of small and medium-sized enterprises (SMEs) in the euro area –marzo-septiembre de 2013– (también de la Comisión Europea): el 12% vio rechazados sus pretensiones y el 8% recibió menos de lo solicitado. Lo más llamativo es que el 7% de las pymes europeas ni siquiera intentó acceder a la financiación externa porque daba por hecho que no la conseguiría. Una percepción que sube hasta el 11% en el caso de las empresas pequeñas de reciente creación. Y parece que no iban descaminadas, porque según revela la encuesta, la mayor tasa de rechazos de los bancos correspondió a las empresas con menos de 10 empleados, un 18%, y las de menos de cuatro años de antigüedad, 28%.
Con ser importantes estas cifras, los números, sin embargo, se disparan en el caso español. Hasta el 48% de las pymes españolas no consiguió la financiación solicitada. O, dándole la vuelta a la tortilla, sólo el 52% obtuvo lo que pedía; un 12% recibió una parte importante (entre el 75% y el 99%), pero no todo; un 14%, sólo una pequeña porción (entre el 1% y el 74%), y el resto, 22%, nada de nada, bien porque se lo denegaron directamente (15%) o bien porque las condiciones que imponía el banco eran tan draconianas que consiguieron disuadir a los solicitantes (7% ). Es decir, aunque las dificultades en el acceso a los créditos han afectado a todas las pymes europeas, lo cierto es que a las españolas mucho más, lo que demuestra que tenemos problemas vinculados exclusivamente a la idiosincrasia nacional.
Así, por ejemplo, para el 31% de las pymes españolas, la disponibilidad de crédito bancario empeoró en los últimos seis meses frente al 22% de las pymes europeas. Y en cuanto a las líneas de crédito, las más utilizadas para financiar el día a día, el circulante, el 24% de las pymes españolas han tenido más problemas para acceder a ellas, 12 puntos porcentuales por encima de la media europea.

Condiciones más duras
Todo ello motivado porque en nuestro país las condiciones para acceder a los instrumentos financieros bancarios se han endurecido considerablemente. El 73% de las pymes españolas, por ejemplo, denuncian que los bancos han subido los tipos de interés de los préstamos casi el doble que la media europea. Según datos del BCE a junio de 2013, en España el tipo de interés a las empresas en operaciones de menos de un millón de euros (que son las habituales de las pymes) era del 5,36%, frente al 2,21% de la Eurozona o el 1,8% de Alemania. Es decir, la financiación bancaria le cuesta a una empresa española más del doble que a una europea y casi el triple que a una alemana, por ejemplo.
Además, también son las pymes españolas las que tienen que presentar más garantías, algo más del 50% frente al 37% de la media europea. En gran parte motivado por la reestructuración del mapa bancario que ha provocado la desaparición del grueso de las cajas, habitual fuente de financiación para las pymes, y la creación de unas entidades mucho mayores y con también mayores exigencias.
A todo este conjunto de despropósitos se suma la subida de las comisiones, que es apreciado por el 76% de las pymes españolas frente al 50% de las europeas. De nuevo a la cabeza del ranking.
Con todo ello, no es de extrañar que el acceso a la financiación se haya convertido en el problema más importante para el 22% de las pymes españolas, sólo superadas en esta percepción por las de Chipre (40%) y Grecia (32%), muy lejos de la media europea (15%) y a años luz de las pequeñas y medianas de Alemania (8%), Austria (7%) o Luxemburgo (6%).
La buena noticia es que para este 2014 hay algunas señales que invitan a albergar cierto optimismo sobre el regreso del crédito a pymes y autónomos.
Para empezar, consciente de los serios problemas de acceso a la financiación externa de las pymes europeas, la Comisión Europea ha lanzado el plan Cosme (Programa de Competitividad de las Empresas y las Pyme) que, entre otros objetivos, busca precisamente mejorar ese acceso a la financiación tanto de las SME (Small & Medium) como de los emprendedores, otorgando más herramientas de garantía a este colectivo ante los intermediarios bancarios.
Con estos mecanismos de garantía, las pymes tendrán más facilidades para optar a préstamos de hasta 150.000 euros. A través de este programa, que estará vigente entre 2014 y 2020, la Comisión calcula que se beneficiarán de financiación unas 344.000 empresas de la Unión Europea.
Otra medida esperanzadora para las pymes es que el Banco de España ha modificado la calificación de pyme para igualarla a la que se utiliza en la UE, de manera que se amplía a los 250 empleados y a los 50 millones de facturación. Algo que, según los expertos, puede facilitar a las instituciones financieras concederles créditos porque las provisiones de capital que tienen que hacer para avalar esos préstamos se reducen. Según reza en el BOE, “con este cambio se facilitará el crédito, dado que ahora un mayor número de préstamos bancarios podrá clasificarse en la categoría regulatoria de exposiciones frente a minoristas”.
Consejos para no fallar en la elección
Busca, compara y escoge
Hoy por hoy es muy difícil encontrar condiciones estándar en los bancos. Analizando las propuestas de las entidades, hemos visto que predomina por encima de cualquier otro requisito la oferta personalizada, no sólo para el caso de los préstamos o las pólizas de crédito, como ocurría antes, sino que ahora la adaptación a las características y solvencia del demandante se extiende a la práctica totalidad de los productos ofertados. Por eso, analiza bien las propuestas y compara mirando muy bien la letra pequeña.
Completa tus necesidades
Al margen de las condiciones de los instrumentos financieros que necesitas, te conviene valorar los servicios añadidos que ofrece el banco, tales como banca electrónica o e-commerce, que complementen tus necesidades.
A día de hoy, la totalidad de las entidades financieras ofrecen el servicio de banca electrónica. En el caso de los servicios online para empresas, además de la posibilidad de transferencias gratuitas, también puede haber gestión de TPV.
El ‘e-commerce’
La mayoría de los bancos ofrecen ya productos específicos para el comercio on line que no son tanto un producto financiero, como un servicio, pero que sí lleva aparejado en la mayoría de los casos la obligación de contratar otros servicios o productos del banco. Entre otros, ofrecen TPV virtuales, sistemas de protección de pagos y gestión de datos.