“Lo más difícil para el emprendedor es vencer la soledad”. Así lo afirma Francisco Espasandín, subdirector de promoción empresarial de la Cámara de Comercio de Madrid, quien destaca la necesidad de asociarse, acudir a entidades públicas o privadas de apoyo a los empresarios, y, sobre todo, apoyarse en el entorno social más cercano.
El equipo.
Los colaboradores pueden ser una gran ayuda, al facilitar el trabajo al emprendedor y compartir con él los momentos difíciles. Sin embargo, también pueden ser un pesado lastre. Según el profesor del IE Álvaro Sancho, “una forma de reducir la presión es formar un equipo compuesto por profesionales con roles diferentes, que compensen las limitaciones del emprendedor”. De esa forma, evitará el desgaste de energías que supone realizar tareas que no domina, con lo que reducirá su estrés.
También es necesaria la complementariedad emocional. Como señala Pedro César Martínez, de Psicotec, “la conjunción de una persona con empuje y otra más calmada, por ejemplo, ayudará a mantener el equilibrio emocional en los momentos malos, y también en los buenos, en los que hay que evitar el exceso de optimismo”.
La familia.
La pareja y los hijos son el mejor refuerzo emocional, imprescindible. “Cuando pones en marcha tu idea y las cosas no salen como esperabas, necesitas el apoyo familiar: ya bastante estás luchando en tu proyecto como para que encima tengas que demostrar en casa que la idea es viable”, señala Francisco Espasandín. Hay que tener en cuenta que los miembros de la familia se verán afectados por el cambio de horarios del emprendedor y sufrirán parte de su estrés, por lo que es importante implicarlos emocionalmente en el proyecto.
El experto.
Los emprendedores tienen a su alcance a muchos profesionales que les pueden ayudar a pasar la travesía del desierto con más facilidad, bien aportándoles apoyo técnico en la gestión de la empresa, o ayudándoles emocionalmente. Serán especialmente importantes cuando el emprendedor es inexperto, o cuando se encuentra en una disyuntiva importante. Existen distintos tipos de ayudas, para cada necesidad. ‘Coaching’: esta técnica tiene como objetivo “desbloquear lo bloqueado”, explica el coach especializado en empresa Gustavo Piera. “Las personas que recurren al coaching suelen ser empresarios y directivos que tienen muy claro que hay algo que no tienen claro. Es como si tuvieran una venda en los ojos. La función del coach es quitársela, haciendo al coachee distintas preguntas para que él mismo vea la luz” y sea capaz de encontrar las soluciones a sus problemas.
‘Mentoring’: se trata de recibir apoyo de tutores y expertos que aportan su experiencia al empresario para tratar problemas de gestión. Diversas instituciones públicas y privadas, como cámaras de comercio, escuelas de negocio, organizaciones profesionales, etcétera, cuentan con gabinetes de asesoramiento directo y ponen al emprendedor en contacto con tutores y especialistas de forma gratuita o subvencionada.
Consultoría: por medio de cursos y charlas, profesionales de distintas áreas ofrecen un apoyo multidisciplinar y global, que abarca distintos aspectos de la vida de la empresa: tanto en lo relativo a la gestión del negocio como a la de las emociones. Pedro César Martínez, directivo de la consultora Psicotec, explica que una de las técnicas más útiles consiste en mostrar al emprendedor “el testimonio de gente con una historia parecida a la suya, y ejemplos de las opciones que les han permitido progresar”.
Javier Contreras, Maine Avenue Technologies
“Pasar de una trayectoria profesional reconocida a empezar de cero es muy duro”
Javier Contreras dejó un puesto directivo en una multinacional para crear Maine Avenue Technologies, empresa que desde 2003 se dedica a desarrollar software para gestionar dispositivos inteligentes (como PDA, las tarjetas de los móviles, etcétera).
Lo más difícil ha sido atreverse a dar el salto. “Tenía una trayectoria profesional reconocida y un sueldo acorde, así que, de pronto, pasar a cero, es duro”, asegura. “Sin el apoyo de mi mujer y mi familia probablemente no habría podido”. El inicio de su aventura estuvo marcado por la sensación de estar solo en medio de la selva. “Luego me di cuenta de que en el mundo empresarial no sólo está el lobo feroz, sino también hadas madrinas”, explica Contreras, que tras estudiar un MBA, tuvo acceso a tutores, especialistas que le fueron de gran ayuda durante los primeros momentos. Por eso, recomienda a quien esté empezando “detectar a estos colaboradores cuanto antes, porque puede ser decisivo”.
Tener aguante
Otra de las armas es la perseverancia. “La desilusión puede venir pronto, porque las cosas son más lentas de lo esperado”, afirma. Por eso, “es fundamental el aguante, tener mucha paciencia y perseverancia, porque esto es una carrera de fondo”.
Carlos Menéndez, Select Foods
“Dudas de si vas por el buen camino, pero luego todo va saliendo”
Select Foods, una firma dedicada a la distribución y comercialización de delicatessen, tiene como competencia a los grandes hipermercados. Para sobrevivir, esta empresa se ha especializado en cotas altas de calidad y precio, buscando sus clientes entre hoteles y restaurantes y en otros países.
“Al principio habíamos pensado en montar también un restaurante que apoyara a la distribuidora, pero nos falló el contacto, por lo que teníamos que reorientar el negocio”, relata. “Mi socio decidió desligarse y yo me lo planteé. Él se encargaba del tema financiero y el contacto con los proveedores, y yo no sabía si sería capaz de hacerlo”.
Seguir adelante
“Dudas de si vas por el buen camino o no, y hay momentos en que lo ves todo negro, pero luego ves que todo va saliendo”, afirma. La clave está en “la ilusión, la confianza en uno mismo. Además, eso se trasmite a los colaboradores y a los clientes, que van viendo que el proyecto es viable”. En su caso, ese entusiasmo le valió el apoyo de dos empresas de distribución de prestigio en el sector, que decidieron ayudar a Select Foods ofreciéndole muy buenas condiciones y avalándola ante otros agentes del mercado.