“El usuario on line es un cazador de chollos y puede tener abierta mi página y a la vez estar viendo lo que cuesta en la competencia. Pero el precio no es el único factor que la mayoría tiene en cuenta al decidir su compra. Si encuentra un producto más barato en una web que no conoce, que no sabe cómo funciona el envío… no realizará la compra. Todos estos otros factores pesan más”, explica la consultora Ester Pallarés.
Precios de marca
Tienes que ofrecer seguridad y ventajas a tus clientes, más que orientarte a una estrategia de precio bajo. Es muy difícil que un pequeño comercio pueda competir en precio con los grandes. El volumen de compra es muy inferior y no van a conseguir grandes descuentos del distribuidor. Por eso, Pepe Isabal recomienda “a los pequeños comercios que huyan de los precios bajos y del tipo de público que sólo compra por precio. Busca productos en los que el precio ya esté fijado por el proveedor”. Y explica por qué: “Si no lo está, la grande compra a 20 y tú a 40, y así es imposible competir. Con un producto de precio recomendado somos capaces de competir con los grandes, porque podemos igualar su precio y ofrecer un mejor servicio. Por ejemplo, incluir gratis el envío de productos. Un porte a la Península suele rondar el 10% del coste del producto. Es algo asumible. Voy a ganar un poco menos, pero de esta forma somos mejores que nuestra competencia”.
Compradores
Lo que nunca debes hacer es mentir al cliente sobre el precio. Anunciarte como el más barato, si no lo eres, puede tener efectos negativos. “Si dices que eres económico, tienes que serlo, porque enseguida te cazan. Internet es un mercado muy democrático y muchos usuarios recomiendan productos en los comparadores de precios en los que es muy fácil ver las diferencias”, advierte Marcos Blanco.