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Agencia de traducciones

Si eres licenciado en filología, traductor, intérprete o al menos bilingu?e, tienes casi todo lo que necesitas para montar una agencia de traducción. De hecho, ni siquiera es imprescindible que ...

24/08/2009  Redacción EmprendedoresCrea tu empresa

Si eres licenciado en filología, traductor, intérprete o al menos bilingu?e, tienes casi todo lo que necesitas para montar una agencia de traducción. De hecho, ni siquiera es imprescindible que los idiomas sean tu fuerte, ya que el éxito de estas empresas depende de una gestión comercial eficaz, como en casi todas, y de conseguir una cartera de traductores capacitados y competitivos.

Eso sí, hacerte un hueco te exigirá estar preparado para ofrecer cualquier servicio que el cliente solicite. De ahí que sea tan importante contar con colaboradores capaces de afrontar la traducción de cualquier tipo de texto y a cualquiera de los idiomas más habituales. Como en muchos otros negocios, el boca-oído es una fuente fundamental para captar clientes. Por eso, cuanto mayor sea tu gama de servicios y el número de idiomas ofrecido, más posibilidades tendrás de darles plena satisfacción y que sean tus propios clientes quienes te ayuden a promocionar la empresa.

PUNTO DE PARTIDA
Montar una agencia de traducción no exige un capital inicial muy elevado; incluso puedes empezar trabajando en tu propia casa. No obstante, si prefieres alquilar una oficina –beneficiará tu imagen–, los expertos recomiendan que ésta no esté a pie de calle, ya que el coste sería mucho más elevado. Además, según José Luis Casero, asesor jurídico de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE), “se trata de una actividad profesional que no requiere un local cara al público, puesto que el trabajo se desarrolla de forma privada”. Un apartamento puede ser una buena solución.

Elige bien la zona, te conviene estar cerca de empresas: cuantas más oficinas tengas alrededor, mejor. En cualquier caso, y a fin de minimizar los riesgos, no te lances a comprar un piso, al menos en un primer momento, ya que no sería una inversión rentable.

CONOCE TUS ALTERNATIVAS

Antes de lanzarte a la aventura, debes conocer qué alternativas ofrece esta actividad.

Una agencia de traducción se mueve básicamente entre dos ámbitos: la traducción por escrito y la interpretación. Puedes optar por ofrecer ambos servicios, o empezar con uno y si el negocio va bien, ampliar con el otro.

Traducción escrita. Si vas a dedicarte sólo a la traducción por escrito, ten en cuenta que es un mercado con una alta competencia en cuanto a precios. Según afirma Patricia Springall, fundadora de la agencia de traducción All Time, “algunas agencias abaratan demasiado los precios, ofreciendo traducciones que no siempre son de la calidad exigible”. Patricia y su socia Carina Sáez consideran que “la traducción conlleva una previa labor de documentación, ya que hay que entender el estilo que el cliente desea para poder ofrecerle un trabajo de calidad y ajustado a lo que realmente necesita”.

Teniendo en cuenta este esfuerzo añadido, será mejor que no te pilles los dedos ofreciendo tus servicios más barato que nadie porque, más que conseguir clientes, a la larga sólo lograrás que éstos recelen de la calidad de tu trabajo y se dirijan a la competencia. Al principio es aconsejable que tus precios se adapten a la media del sector.

Un estudio de mercado –que puedes hacer tú mismo– te permitirá encontrar la mejor relación calidad-precio y te evitará disgustos. Actualmente, los precios de una traducción oscilan entre 7 y 8 céntimos cada palabra, aunque variará según el idioma, la extensión del documento, si se trata o no de un texto técnico o si el cliente es o no habitual.

Interpretación. Pero si optas por enfocar tu negocio hacia la interpretación, como traductor en conferencias, ruedas de prensa o congresos, ten en cuenta que éste es un campo más difícil de abordar y que buena parte de tus potenciales clientes serán los propios organizadores de los congresos, ferias, etc. Los ingresos serán mayores, pero la cartera de clientes y los colaboradores resultarán más difíciles de conseguir.

Aunque el mercado de la traducción es muy cambiante, el volumen de negocio que genera aumenta constantemente, dada la necesidad que tienen las empresas de adaptarse a la globalización. Así lo afirman Lola Espinosa y Mónica Artacho, fundadoras de Mclehm Traducciones: “Haciendo prácticas de traducción en la Comisión Europea, nos dimos cuenta del gran volumen de negocio que se generaba habitualmente”. Ello las impulsó a crear su propia empresa. Y es que, como en todo negocio, la experiencia previa en el sector es una ventaja competitiva. No sólo por conocer en profundidad la profesión y el mercado, sino porque además facilita una agenda de potenciales clientes muy interesante.

COLABORADORES

En el supuesto de que domines varios idiomas, procura traducir tú mismo el mayor número de encargos. Eso te permitirá, en un primer momento, ahorrar costes (recuerda que tu margen oscilará entre el 20% y el 35% si la traducción la hace otra persona). Con el tiempo, la facturación se irá incrementando y tu labor se deberá centrar sobre todo en conseguir contratos cada vez más favorables para la empresa y en revisar, antes de entregarlos a los clientes, los textos que tus empleados o colaboradores traduzcan.

Serán más necesarias tus dotes administrativas y comerciales que tu capacidad como traductor. No obstante, es imprescindible que dispongas de una buena agenda de traductores. Es una estrategia fundamental para las épocas en que tengas puntas de trabajo que no puedas asumir por ti mismo. Según Lola Espinosa, “las agencias de traducción suelen buscar como colaboradores a personas con determinadas características y, preferentemente, licenciados”. Y recalca que para asegurar el éxito es importante que “los traductores sean nativos: es fundamental traducir hacia la lengua materna, ya que se tiene mayor sensibilidad a la hora de plasmar la información, y es lo que hace que una traducción no huela a traducción y pase por un documento original, de lectura ágil y sencilla”. Además, para garantizar la calidad de los contenidos, los traductores deberán tener experiencia en la materia o bien contar con estudios sobre ésta.

Para crear esta agenda de traductores, puedes acudir a la Asociación Profesional Española de Traductores e Intérpretes (APETI), o bien poner anuncios en publicaciones e Internet. Según Patricia Springall, “este esfuerzo de buscar buenos profesionales sólo tendrás que hacerlo al principio, porque una vez que se consolide tu empresa, ellos te buscarán a ti”.

Evidentemente, cuanta más experiencia tengan los traductores, mayor será su calidad y mejores resultados obtendrá la empresa. No olvides que, como explica Lola Espinosa, “los profesionales autónomos o freelance están vinculados a la empresa mediante contrato mercantil (no laboral): deben estar dados de alta como autónomos y emitirán facturas por los trabajos realizados, aplicando la tarifa que se determine por palabra (una media de 2.500 palabras/día). Puede parecer caro, pero lo que pagas a los traductores va en paralelo con la demanda de traducción por parte de los clientes”.

Redacción Emprendedores