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Cómo montar un negocio retro

Todo está inventado. O eso al menos parecen pensar los emprendedores que han visto en lo vintage un filón para sus negocios. En muchos casos, se apela a la restauración o la ...

21/09/2016  Redacción EmprendedoresCrea tu empresa

Lo retro se ha puesto de moda. Esta tendencia comenzó en el sector de la moda, en el que se vuelve con frecuencia la vista atrás para retomar ideas que triunfaron en su momento y que, dado lo cíclico de ese ramo, acaban por tener acogida tiempo después. Pero mientras en la ropa y los complementos ese proceder es intrínseco a su sector, en los últimos años se ha producido un auge de lo vintage,que ha derivado en que numerosos negocios de distinto tipo basen su estrategia en la comercialización de artículos con un look añejo.

Es tal el impacto de lo retro en la actualidad, que multitud de emprendedores han optado por montar sus negocios centrados exclusivamente en la estética vintage. De tal modo que ya no es complicado comprar bicicletas, alquilar coches, hacerse sesiones fotográficas o vestir gafas con un estilo retro.

Canto a la originalidad

Estos negocios juegan con una ventaja fundamental: compañías y público adoran lo antiguo, “tal vez por esa idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor o a que siempre tendemos a idealizar el pasado”, comenta Raquel Bueno, gerente de la empresa de alquiler de vehículos Vintage Tours.

Además, en la actualidad la masificación de la producción y el ajuste de precios provoca que los artículos sean prácticamente clones, tanto en estilo como en materiales, por lo que los productos vintage se erigen como algo exclusivo y singular, una originalidad que permite a los compradores disponer de un toque diferenciador. Y que también atrae a los propios empresarios. “Nos gusta el proceso de buscar una prenda especial y una forma de vestir fuera de las tendencias marcadas”, asegura María Cobas, administradora de la tienda de ropa Bichovintage.

Lo valorable de este espíritu revisionista es que no entiende de fronteras, ni comerciales ni creativas. Lo que permite cierta revisión de los estilos, para que su adaptación no sea sólo a los materiales actuales, sino también al modo de vida moderno. Una opción que permite reinventar los productos y hacerlos más económicos. De ahí que muchos amantes de lo antiguo hayan apostado exclusivamente por adoptar el estilo vintage e integrarlo con los recursos actuales, una tendencia que está teniendo mucha acogida entre los emprendedores. Como explica Jaime Reneses, inversor de la tienda de venta de camisetas de fútbol Retrofootball, se trata de productos que “reproducen modelos y patrones del siglo XX, pero fabricados con tecnología del siglo XXI”.

Rompiendo fronteras

Precisamente, lo positivo es que, aunque se estén comercializando artículos antiguos o con aires añejos, las herramientas de distribución son las actuales. Y ahora el mundo no tiene fronteras, lo que permite vender artículos en cualquier parte. Aspecto determinante ya que la corriente vintage impera en todo el planeta, por lo que muchos emprendedores no sólo buscan proveedores de materiales fuera de España, sino también clientes, a los que venden online. En ese sentido, mientras en nuestro país el estilo vintage ha empezado a calar hace relativamente pocos años, hay otros países como Francia, Alemania o Reino Unido donde tienen un gran peso en los hábitos de compra de los ciudadanos, lo que favorece la distribución de estos productos en esos mercados gracias a la venta online.

“Los clientes y seguidores potenciales pueden vivir a miles de kilómetros de distancia y tener múltiples nacionalidades”, continúa Reneses. Desde Biciclásica, su cofundador Andrés Maldonado apoya esta teoría: “Es mejor vender poco en muchos sitios, que mucho en tu ciudad”.

Aspectos a favor…

Quizás haya sido la crisis lo que nos haya hecho volver la vista atrás, buscando la seguridad que nos proporcionaban otros tiempos, y propiciando que lo vintage tenga tanto calado en el consumo actual. Pero, sin duda, se trata de un sector con infinidad de ventajas.

– Apelar a la nostalgia. “El vintage es una máquina del tiempo”, aduce Jaime Reneses, de Retrofootball. Eso es precisamente lo que le permite tener ese halo evocador que nos reporta emociones positivas asociadas con estos productos.Todo un gancho para el comercio.

– Público objetivo heterogéneo. Los emprendedores que apuestan por este sector cuentan con la garantía de disponer de un público objetivo de lo más variado:las personas de más edad, disfrutan con los artículos que les transporta a su juventud, mientras que entre los más jóvenes ha calado el estilo retro, por resultar distinto y con un toque de modernidad nostálgica.

– Lo retro es sostenible. María Cobas, de Bichovintage, considera que la mayor concienciación “hacia un consumo más responsable y más sostenible para el planeta”, también incide, ya que se vinculan estos productos a los modos de operar antiguos, más respetuosos.

– Disparidad de oferta. Lo vintage es un estilo, no un producto. Poreso, se puede adaptar a infinidad de sectores: moda, joyería, automoción, decoración… Todos los ramos pueden incorporar lo retro a su concepto de venta, lo que amplía las oportunidades de negocio. Además, como resalta Raquel Bueno, “lovintageofrece un encanto añadido que lo moderno no posee”.

… y en contra

Adaptar los productos antiguos a los gustos actuales no siempre es fácil. Y recuperar artículos de hace décadas y darles salida en el mercado actual, tampoco. Por atractivo que resulte este sector, quien quiera emprender en él tendrá que afrontar diversos retos.

– Encontrar proveedores. Muchos emprendedores basan sus negocios en la restauración de piezas antiguas o en la utilización de recursos de otras épocas. Y no siempre es fácil hallar la materia prima.Y en el caso de hacerlo, muchas veces resulta caro (o su estado es tan malo, que requiere un proceso de restauración costoso).

– Integración con estilos modernos. Reproducir modelos y patrones antiguos no siempre es tarea sencilla. En ocasiones, no se cuenta con los materiales adecuados (que han evolucionado) y el resultado es artificial. Otras veces se opta por vender el producto en bruto, restaurándolo.

– Dificultad de innovar. Lo retro es un mercado en el que se comercia con cosas antiguas que pueden ser consideradas viejas en un mundo marcado por la tecnología, por lo que llamar la atención del público requiere un plus de innovación en técnicas comerciales.

– Modas pasajeras. Si bien es cierto que lo vintage cuenta con la ventaja de que ha vuelto a tener cabida entre los gustos actuales, también tiene la desventaja de que a la gente le deje de gustar. Por eso es necesario saber adaptar el producto a los cambios de los consumidores, sin distorsionar la esencia vintage.

– Precios elevados. Los costes son mayores que en otro tipo de comercios, debido a la búsqueda de la materia prima adecuada y al trabajo de adaptación.

Redacción Emprendedores