Es un modelo que le gusta mucho a Megías, pero del que aún estamos extremadamente verdes, “porque no se puede montar un marketplace con productos de afiliados y ya está. Este modelo consiste en dar, desde tu plataforma, exposición de productos de terceros y clientes interesados. Es un win win absoluto entre tu plataforma y la empresa propietaria de ese producto, porque es una venta que posiblemente esa empresa no cerraría y gracias a ti consigue visibilidad”, explica este experto.
La clave: tener tráfico
Megías destaca el caso de Pequelia, que lo hace con productos para peques, o Chicisimo, de la que es uno de sus inversores. “Esta plataforma está tendiendo hacia la afiliación, aprovechando que tiene usuarias etiquetadas con determinados productos de moda para que los puedan comprar en las tiendas a través de la afiliación. La belleza de la afiliación es que tienes que tener tráfico y ahí es cuando puedes vender. Hay redes de afiliación para vender casi de todo lo que se te ocurra y llevarte un porcentaje. Aunque, basar tu modelo de negocio sólo en esta estrategia de generación de ingresos puede ser poco elegante”.
En su opinión, el problema de este modelo es que hay mucha competencia. “La base de la afiliación es que le des un valor real al cliente, porque sino para qué y cómo llegará a tu plataforma y acabará pinchando en tus productos afiliados. Quizás tu valor diferencial es que, aunque sea a través de afiliación, has conseguido reunir los mejores productos de tal actividad. En realidad, tú no vendes nada, sino que te llevas una comisión, pero has sido capaz de reunirlos. El problema de esto es que muchos emprendedores piensan que sólo consiste en montar un marketplace y poner productos de afiliación sin dar un valor real al cliente. Aunque hayas conseguido un gran posicionamiento en Internet, si no aportas nada, ese cliente no volverá”, añade Megías.
Una vez más queda claro lo de la hibridación de los modelos, donde se mezclan estrategias de e-commerce y de afiliación.
‘Social ecommerce’
López de Ávila destaca Fancy, “una plataforma que la mayoría asemeja a Pinterest, pero que la ha adelantado por la derecha. Es una plataforma donde los usuarios publican cosas que les gusta y Fancy habilita los medios para que lo que recomiendan otros usuarios, lo puedas comprar. Cada vez que uno recomienda algo, Fancy incluye un botón que dice Compra esto y cada vez que uno compra algo, incitado por ese botón, el recomendador recibe un 2% de la venta”.
Este experto argumenta que en Fancy el contenido es generado por los usuarios “y es una red social porque se pueden seguir entre ellos y un social e-commerce porque se pueden comprar las cosas que otros recomiendan. Ellos ganan dinero por las comisiones de las ventas y también por suscripciones a las FancyBox, donde los que se suscriben eligen cuánto dinero se quieren gastar al mes y Fancy les envía una selección de artículos en función de sus gustos”.
De multinivel
“La recomendación social para todo tipo de compras y servicios tiene mucha fuerza en EE UU. Esto va en la línea de los estudios de marketing que dicen que es mucho más efectiva una recomendación de alguien cercano que no cuando es la propia marca la que te intenta inducir a una compra”, sostiene Penichet, que cita a Sopcial, una plataforma de recomendaciones que utiliza las redes sociales y la gamificación con recompensas para conseguir este efecto.
“En cualquier caso, las recomendaciones tienen que ser sinceras. Todo lo que sea dinamizar el mercado y conseguir recomendaciones reales es una tendencia”.Penichet destaca los modelos de multinivel, donde se remunera a los clientes al convertirlos en vendedores. “Por ejemplo, BetMul, una plataforma de apuestas sociales con recomendaciones de multinivel en la que los usuarios, si apuestan y ganan, el que los recomendó también se lleva un porcentaje”.
Como recuerda Penichet, este modelo es muy similar al de las corredurías de seguros o al de los distribuidores de telefonía móvil, que en función del consumo de sus clientes, se llevan un porcentaje del ingreso . “El cliente se convierte en cliente, evangelizador de otros y cobrador de una parte de los ingresos. La plataforma se lleva una parte como banca de las apuestas. La clave está en calcular cuánto pagarás a tu cliente evangelizador para que te quede margen. Es importante analizar el coste de adquisición de los clientes”.
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