Las luces que revela el GEM vienen representadas por el aumento de empresas innovadoras y sin competencia (que ha subido hasta el 16,3%, frente al 10,8% en 2010, en el primer aspecto; y del 8 al 16,3%, en el segundo); por la tasa de empresas que utilizan tecnologías de última generación que se ha duplicado (14,8% en 2011 frente al 7,5% de 2010), la subida del porcentaje de empresas que esperan un notable crecimiento en su sector (el 4,8% frente al 0,8%) y el incremento en un punto porcentual de las empresas que están en el tramo máximo de exportación (3,7% frente al 2,4%).
Ahora bien, las sombras son bastante significativas: las iniciativas nada innovadoras ha caído cinco puntos pero siguen siendo mayoría (64,5%), las orientadas al consumo y al sector extractivo se han incrementado en un 10% y un 28%, mientras que disminuyen las de transformación y de servicios, y, lo más significativo, las actividades de base tecnológica han bajado un 30% hasta situarse en un 6,5% desde el 9,4% en 2010. Además, son mayoritariamente de autoempleo (70,7%) y no exportan (70,7%).
El capital semilla mediano sigue siendo de 30.000 euros aunque el medio ha aumentado.