Ahora bien, según los últimos datos del GEM (2009), el 62% de los empresarios nacientes siguieron necesitando financiación ajena. Gran parte de esa problemática se ha solventado a través de la intervención de los inversores informales (business angels) y el capital riesgo, pero hay otra gran parte que sigue procediendo de las entidades financieras. Veamos cuáles son los principales productos que el emprendedor puede encontrar.
Préstamos. Normalmente se trata de un contrato a largo plazo por el que la entidad concede al emprendedor una cantidad de dinero importante a cambio de una otra que corresponde al capital más
el interés.
La concesión de préstamos es analizada por la comisión de riesgos y es el producto que más se ha paralizado con la crisis porque ha aumentado notablemente la exigencia de garantías y avales, tanto personales como reales. Aunque las entidades, en general, no facilitan la información sobre los tipos de interés a los que están ofreciendo estos tipos de préstamos, podemos decir que se mueve en una horquilla que oscila entre el 4,5 % y el 7%. Es importante comprobar los periodos de revisión del tipo de interés, los hemos visto a tres, seis y 12 meses. El interés más bajo que hemos visto es el de Unicaja, con Euríbor + 2,2%. Los plazos de amortización se sitúan de media en los siete años, siendo de nuevo Unicaja quien va más lejos, llegando a los 15 años.
Suele tener gastos de tasación, estudio, notariales y, en algunos casos, registrales. Las comisiones que soportan de forma habitual son las de apertura (que ronda de media el 1%), cancelación total (1 %) y parcial (1% o 0,25%) y subrogación (0,5% o 1%). Las comisiones más bajas las hemos visto en Novacaixagalicia, con un 0,5%.
Préstamos subvencionados. El producto ideal es la línea ICO, solicitado por el 36,6% de las pymes. Es un préstamo subvencionado tanto en tipo de interés como en condiciones de amortización. El problema con el que se han enfrentado los solicitantes de estos créditos es la gran cantidad de papeleo que conllevan, la complejidad de los requisitos para poder acceder a ellos y la falta de información por parte de las entidades concertadas.
Para el 2011 destacan el ICO Directo y el ICO SGR. El primero está destinado a pymes y autónomos que necesiten un capital no superior a los 200.000 euros, a un tipo de interés Euríbor +3,5%. Si es para inversión, el plazo para devolver el préstamo es de siete años con dos de carencia, y si es para financiar liquidez, tres años con un año de carencia. Tiene una comisión de apertura del 0,5% y no penaliza la cancelación anticipada.
Está dirigido a pymes y autónomos que puedan participar como socio partícipe de una SGR. Se puede solicitar hasta un máximo de 600.000 euros, a un tipo de interés variable Euríbor + 2,5%, más hasta un 1% de coste de aval anual y hasta un 4% cuota social mutualista. Tiene los mismos plazos de amortización y las mismas comisiones que el producto anterior.
También está la línea ICO-Inversión sostenible, que amplía el capital financiable hasta los dos millones de euros para proyectos de inversión en sectores sostenibles. Sin comisiones, con un tipo de interés del Euríbor + 1,15% y un plazo de amortización que puede alcanzar los 20 años.
Préstamo participativo Enisa. Para la adquisición de activos fijos y activo circulante. Hasta 50.000 euros. Se llama participativo porque participa de los beneficios de la empresa prestataria mediante un tipo interés variable, que parte de un tipo mínimo de Euríbor +2%, pero, a diferencia del capital riesgo, no infiere en la propiedad de la empresa. El negocio beneficiario deberá aportar, en forma de recursos propios, al menos un 15% de la cuantía del préstamo.
Microcréditos. Son préstamos de pequeña cantidad concedidos a colectivos que por sus características tienen más complicado acceder a otro tipo de productos. Las cantidades oscilan entre los 15.000 y los 25.000 euros, aunque en algunos casos llegan hasta los 50.000 euros. El tipo de interés suele ser inferior al que aplica en otro tipo de préstamos a largo plazo para empresas (ronda el 4%, aunque puede subir esa cifra si es un interés fijo), con periodos de carencia amplia. El plazo también tiende a ser inferior: entre cinco y seis años.
Banca electrónica. Aunque no es un producto en sí, como la gran mayoría de los bancos dispone ya de esta opción, conviene analizar las diferentes características que ofrecen porque será una herramienta fundamental en el día a día de tu negocio. Es importante ver si está disponible las 24 horas y si es accesible desde cualquier punto del planeta (nunca sabes dónde puedes tener que visitar a tus clientes…).
En el caso, por ejemplo de Catalunya Caixa, permite contactar directamente con el departamento de back office internacional y gestionar las transferencias de fondos, los créditos documentarios, las remesas de exportación, seguros a la exportación… Y algunos como Caja de Canarias, tienen también el servicio wap, de acceso al móvil, disponible.
En otros casos, esta alternativa está concebida casi como una oficina virtual, como es el servicio de e-factura de UniVia (la banca electrónica de Unicaja).