Tienes, además, el problema del foco. ¿Te centras sólo en la ejecución del proyecto, en que se cumplan los hitos y en desarrollar el plan de negocio o en cerrar rondas de financiación para no quedarte sin liquidez? Nosotros hemos pedido ayuda. Hemos sido humildes: sabemos de gamificación y de tecnología, pero no somos expertos en la búsqueda de capital, ni con el trato con inversores, ni en su selección, ni en la negociación de las rondas. Es la razón por la que hemos buscado colaboración con asesores especializados que nos ayudan en la búsqueda y negociación de inversión, de forma que nosotros nos podamos dedicar a sacar el modelo adelante”, afirma Arturo Castelló, cofundador de Jugo.
“Son procesos largos que desgastan mucho, que a ti te sacan del flujo comercial y que requieren mucho tiempo para satisfacer sus necesidades de información”, apunta Antonio Quirós.
¿Y si no lo consigues?
“Si no tienes éxito, al final, es un tiempo perdido que podrías haber dedicado a vender tu producto. No puedes estar a siete cosas a la vez. La experiencia demuestra que es mejor arriesgar tus recursos y si has acertado, irá llegando la financiación. Los hechos son una buena forma de conseguir financiación. Si no, antes que vender tu producto a un cliente, no tienes más remedio que vender un proyecto a un inversor”, asegura Jesús Salgado.
[pullquote align=’center’]“¿Te planteas aprovechar los créditos fiscales a la innovación?”, Jesús Salgado, cofundador de IonIDe.[/pullquote]Consigue créditos fiscales
“Es un dinero que sólo está en la contabilidad, pero que se verá cuando la empresa esté en beneficios. Durante 2011 conseguimos créditos fiscales por valor de 11.000 euros. Es una cantidad que podremos compensar con el impuesto sobre beneficios en el futuro. Y es un trabajo que tienes que hacer ahora, porque si no, luego no puedes”, explica este emprendedor.
“No es un dinero que te vayan a ingresar, desafortunadamente, aunque sí vas a poder compensarlo con beneficios futuros. En empresas de Investigación y Desarrollo (I+D), si consigues superar los primeros años que son los más duros, cuando llegan los beneficios los márgenes son muy buenos. Cuando sopla el viento, lo hace con más fuerza”, reconoce. “Obviamente si tu proyecto no va luego a ningún sitio, no tienes clientes ni beneficios, no te sirve para nada. Pero tampoco pierdes nada por intentarlo. El dinero ya lo estás gastando, así que estudia la ley, cataloga el proyecto, justifícalo, lleva una contabilidad separada, sigue unas normas… y ya tienes un crédito fiscal”, continúa.
“Dejar los deberes hechos el primer año es fundamental. Si te gastas 200.000 euros ahora y aprovechas estas deducciones, quiere decir que en el futuro podrás recuperar más de 80.000 euros”, concluye.