Además de su función evidente, como herramienta financiera, el crowdfunding ofrece unas ventajas para el proyecto tanto o más importantes que la puramente económica. Vamos a analizarlas.
Visibilidad: El crowdfunding se puede convertir en una importantísima herramienta de marketing. Por un lado, porque “los potenciales inversores o mecenas se convierten en embajadores de la marca, de la compañía y aportan comunicación”, recuerda Karen Prats. Por otro, “porque ganas muchísima visibilidad durante el proceso del crowdfunding, lo que al final se convierte en una auténtica campaña comercial”, explica Ramón Saltor, cofundador de The Crowd Angel. Como insiste Cremades, “la principal ventaja reside en la oportunidad de acceder a personas que están completamente fuera de tu círculo de amistades y familiares”. Y no sólo potenciales inversores y/o clientes, sino también distribuidores, proveedores, etc.
Validación: Como insiste Francisco Carballo, fundador de Sponsorto.org y tesorero de la Asociación de Crowdfunding, “la ventaja de este sistema es que es un betatesting perfecto de tu producto. Sobre todo en el caso del de recompensa. Es como una simulación de mercados para conseguir las métricas de tu negocio que luego podrás enseñar en otras alternativas o rondas de financiación”.
Durante la campaña puedes ver si realmente tu producto interesa tal cual lo presentas, si tienes que modificar algo en la presentación o en el diseño. Recibes un feedback importantísimo que debes aprovechar. “El mercado reacciona enseguida cuando le interesa la idea y al revés. Si pasan tres meses y no has conseguido atraer los fondos necesarios, es el momento de cambiar el modelo o el proyecto”, explica Javier Villaseca, fundador de Socios Inversores.
Segmentación. Según cree Anastasia Emmanuel, directora de UK Technology & Design en Indiegogo, el crowdfunding tiene un importante valor como herramienta para adaptar mejor tu producto y tu servicio a la realidad, “porque están más en contacto con el mercado. Además, permite capturar datos sobre tus clientes, averiguar nuevos segmentos e incluso identificar nuevos mercados enteros”.
Rapidez y flexiblidad: Según cálculos de Cremades, los tiempos en el crowdfunding se reducen de media de 7 a 1 mes a la hora de buscar y captar inversores. Y normalmente en 45 días suelen estar resueltas las campañas. En el caso del crowdlending, “la velocidad se acorta muchísimo con respecto a un banco normal: puedes realizar la solicitud online y el departamento te responde en 48 horas”.
Además, es el emprendedor el que marca sus tiempos y ritmos: él decide cuándo iniciar la campaña y cuándo finalizarla, como bien recuerda Jacobo Caraballo, CEO de Pixelfan. “Puedes gestionar tú los tiempos y fijar el plazo que necesitas para hacer real el proyecto sin aguantar el agobio que muchas veces supone tener a un inversor detrás que quiere que saques el producto cuanto antes incluso a costa de empeorar la calidad”. Pero también es flexible a la hora de devolver el dinero. “La empresa puede cancelar anticipadamente la deuda sin penalización ni comisión”, insiste Navarro.
Cercanía. Joan Ayguade, cofundador de Cutlasercut.com, también optó por el crowdfunding para financiar en un momento dado su producto. En su caso, la gran ventaja es que como “el mensaje se presenta de un modo personal, donde se explica la historia del proyecto y cómo se ha llegado hasta ese punto, los backers, pequeños inversores, sienten proximidad con los creadores y este tipo de feedback es algo que ofrecen muy pocas relaciones comerciales hoy en día”. Algo que corrobora Caraballo. “El crowdfunding aporta la ventaja de ser un trato directo con tus posibles consumidores, ya que son ellos los que harán de jurado. Debes convencer a esas personas para que te ayuden a crear tu proyecto deseado y, sólo si lo consideran oportuno, te apoyarán”. Relacionado de alguna manera con esta proximidad estaría también otra ventaja y es que, como recuerda Marta Pizarro, responsable de comunicación y contenidos de la plataforma Lánzanos, “es mucho más democrático y requiere de la aceptación de la comunidad, pero, además, la posibilidad de fracaso no estigmatiza tanto cuando son microaportaciones como si tienes una deuda muy grande con una entidad financiera”.
Un dinero inteligente
Como recuerda Javier Villaseca, fundador de Socios Inversores, “el perfil de los inversores que están en nuestra plataforma es el de un alto directivo de empresas del IBEX o multinacionales que entran con tiquets entre 15.000 y 20.000 euros y que normalmente tienen muchos contactos, mucha experiencia e incluso negocios propios, con lo cual suelen tener mucho interés en ayudar y asesorar al nuevo proyecto”. En esto mismo es en lo que incide José Manuel Espadas, cofundador y CEO de Inverem. “Muy a menudo, los inversores se convierten en improvisados evaluadores con conocimientos del sector sobre los posibles resultados del proyecto”. Así, continúa Espadas, habrá inversores que actúen desde “promotores comerciales, apoyando la parte que no está bien desarrollada por el promotor, hasta mentores: dando apoyo en la estructura inicial y en la planificación total de la orientación”. El ‘feedback’ que acompaña a cualquier campaña de crowdfunding no tiene por qué ser sólo un test de mercado: si hay dinero inteligente, recibirás consejos de gente con experiencia en el sector.
Algunas precauciones a tener en cuenta
Para que el crowdfunding te aporte todas las ventajas que te explicamos, es necesario adoptar algunas precauciones a la hora de plantearse la iniciativa.
Establece bien tu meta
Es muy importante fijar bien cuál es el objetivo que quieres conseguir y hacerlo de forma realista para alcanzarlo de forma rápida. “Desde nuestra experiencia, el 87% de las campañas se sobredimensionan un 32%, lo que incrementa el esfuerzo que hay que dedicar ”, insiste Emmanuel. Y al revés, como recuerda Caraballo. “Está el peligro de poner una cantidad menor a la que realmente necesitas y no poder finalizar el proyecto por falta de fondos o que la recompensa que ofreces supere el 10% del coste del producto”.
No te diluyas
Analiza muy bien qué porcentaje de la empresa vas a sacar a participaciones para no correr el riesgo de diluirte y qué tiquet máximo vas a permitir a un único participante con el fin de que no haya acumulaciones peligrosas. “La máxima es que cuanta más gente con menos aportación mejor”, recuerda Raúl Contreras, cofundador de Nittua. En 1998, mucho antes de que surgiese el concepto de crowdfunding, consiguió levantar 420.000 euros “en la calle, con la participación de más de 500 accionistas, de los que un tercio de ellos continuó los 11 años de IUNA”.
Ten muy atados todos los aspectos legales
Como recuerda Cremades, “es esencial que primero esté todo el aspecto legal completado. Desde el registro de la empresa hasta cualquier registro de marca o copyright. Fundamental si tu proyecto incluye alguna patente porque en este proceso debes hacer mucha información pública”.