¿Cómo selecciono?
Ahora viene la selección, un paso delicado por varios motivos. En primer lugar, lo normal es que no estemos acostumbrados a hacerlo. Además, nos podemos ver abrumados por el número de currículos recibidos si no hemos establecido unos criterios de preselección que desbrocen el camino. O por el contrario, si nos hemos pasado con los requisitos, llegarán pocos candidatos y ninguno encajará.
Primera criba. “Para una primera selección de currículos, es recomendable fijarse con detalle en las últimas experiencias laborales, el tipo de empresas en las que ha trabajado y las tareas realizadas”, anota el responsable de Infolancer.net. Y si podemos contar con referencias, mejor.
La prueba de la entrevista. “En el cara a cara será básico valorar la actitud del candidato, así como su encaje dentro de la filosofía de la empresa y proyecto. Estos aspectos marcarán la diferencia entre los candidatos que cumplan con los requisitos demandados”, declara Grau. En la manera de abordar esa entrevista, conviene “explorar con un sistema de preguntas abiertas si cumple las expectativas que tenemos. Para ello, debemos confirmar su currículum, conocer sus experiencias, valorar sus competencias, escuchar mucho, etc.”, afirma Bonet. Además, recomienda “fiarnos de la química que nos produce”.
Negociar las condiciones. Seleccionado el candidato, debemos concretar temas tan importantes como salario, horarios, etc. Hay que tener en cuenta el Estatuto de los Trabajadores y el convenio colectivo específico del sector (se pueden descargar en la página del BOE buscando el día en que fueron publicados), donde encontraremos limitaciones de la jornada semanal, regulación de los descansos, salarios mínimos según la categoría profesional, horas extra, etc. “Estos asuntos deben abordarse claramente, teniendo en cuenta que la gente es más reactiva que proactiva”, afirma Bonet. Además, recomienda que el salario tenga “una pequeña base de fijo y otra parte importante variable ligada a la evaluación del desempeño y a los objetivos personales y generales de la nueva empresa”. Y es aconsejable preguntar al candidato por sus aspiraciones.
La firma del contrato
Una vez alcanzado un acuerdo con el futuro empleado, vienen los trámites legales. Éstos son los pasos que habrá que dar:
Cuenta de cotización. “Lo primero es ir a la Seguridad Social. El empresario, tanto autónomo como sociedad, debe ir a la Tesorería y pedir un código de cuenta de cotización (CCC)”, explica Laia Mollar, abogada laboralista de Cuatrecasas, Gonçalves Pereira. “Es un trámite sencillo. Basta con rellenar un cuestionario (modelo TA-6) y te asignan un número con el que ya puedes contratar”, especifica. Ten en cuenta que esta cotización supone entre un 30% y un 40% del salario bruto.
¿Qué contrato firmamos? Los modelos de contrato están disponibles para su descarga en la web del SEPE, aunque hay libertad en su redacción, siempre y cuando se recojan todos los aspectos relevantes (duración, jornada, salario…). Hay muchos tipos, tanto indefinidos como temporales. Entre los primeros, hay que resaltar dos que son poco conocidos. Uno es el contrato de fijo-discontinuo, que permite establecer una relación laboral intermitente con un trabajador para temporadas o campañas concretas. Y también destaca el nuevo contrato de apoyo a los emprendedores (ver cuadro adjunto). Entre los temporales, además de los clásicos eventuales o por circunstancias de la producción y aquellos por obra y servicio, también se enmarcan los contratos de prácticas y los de formación.
Nóminas y cotizaciones mensuales. Cuando contratamos a través del Régimen General de la Seguridad Social estamos obligados al pago de su cotización (contingencias, desempleo, Fogasa y formación profesional). Así, hemos de retener las cantidades correspondientes a cada trabajador, presentar la documentación e ingresar el importe de las aportaciones de la empresa y del trabajador mediante el boletín TC-1.