El estudio del umbral de rentabilidad, punto muerto o punto de equilibrio es un elemento básico a la hora de tener una primera impresión de las posibilidades de una idea ya que determina cuántas unidades tienes que vender para cubrir los costes: es decir en qué momento la empresa no tiene pérdidas aunque tampoco ganancias. Permite comparar esta magnitud con la dimensión del mercado y la situación de la competencia.
El gran problema puede venir derivado precisamente de la dificultad en la obtención de los datos para el cálculo cuando se encuentra la idea muy poco desarrollada.
El punto de equilibrio es fundamental porque te servirá:
- Para la determinación de precios. Si se duda de que precio colocarle a los productos o servicios, podemos hacer el cálculo para que sean unas tarifas con las que, con un determinado nivel de ventas posibles, se alcance el punto de equilibrio.
- Para el control de costes. Con un determinado nivel de costes fijo, variables y precios de venta, puedo determinar el punto de equilibrio. Si alguna de estas magnitudes varía, necesariamente el punto de equilibrio variará. Si necesariamente tengo que modificar los precios de venta para poder colocar mis productos o servicios en el mercado y me marco como objetivo el mantener el nivel de punto de equilibrio, no me queda otro remedio que ajustar el nivel de costes… si ello es posible.
- Para la proyección de beneficios. Siempre estamos hablando del punto de equilibrio como el nivel de ventas o de ingresos en el que se cubren los costes. Pero podemos mejorar la fórmula para conseguir un punto de beneficio es decir el punto en el que se alcanza un determinado nivel de beneficio.
- Para la estimación del impacto en la rentabilidad de distintas circunstancias económicas o de determinadas decisiones gerenciales. Como ya hemos indicado, las circunstancias económicas o las decisiones gerenciales afectan a los ingresos, a los costes fijos y/o a los variables y por lo tanto, al punto de equilibrio.
El cálculo, paso a paso
Te explicamos cómo tienes que calcular el punto de equilibrio de tu negocio en cuatro pasos, tanto si vendes un producto como si lanzas al mercado un servicio, para que conozcas cuántas unidades de tu producto debes vender o con cuántos clientes tienes que contar para que no pierdas dinero y sepas a partir de qué momento vas a comenzar a tener beneficios:
Primer paso. Calcula cuánto va a costar tu producto (cada unidad) en el mercado, es decir, evalúa qué precio le vas a poner a tus servicios, y calcula también cuánto te cuesta a ti producirlo (cuáles son tus costes directos fijos de materias primas y mano de obra).
Segundo paso. Calcula cuál es tu margen bruto de ventas (de unidad de producto o de tiempo de servicio, por horas o por meses). Resta el coste fijo al coste de cada unidad de tu producto o servicio. Si vendes el producto a 2.000 euros y a ti te cuesta producirlo 1.500 euros, el margen bruto es de 500 euros (o lo que es lo mismo, un margen bruto del 25%).
Tercer paso. Calcula cuáles van a ser (o son) tus costes variables totales y averigua cuáles son los costes variables por cada unidad de producto o de servicio.
Cuarto paso. Por último, para calcular cuál es el punto de equilibrio de tu negocio, divide tus costes variables (la respuesta del tercer paso) entre tu margen bruto de ventas (la respuesta del segundo paso).