Roberto Tornabell, profesor emérito del departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad en ESADE, compartió con Emprendedores estas 7 advertencias a cualquier aspirante a empresario:
1. “Un negocio es viable si la suma de las ventas anuales (cobradas) es superior a la suma de todos los gastos, desde las nóminas, alquileres hasta los costes de producción o de compras externas. Es decir, ha de tener un margen suficiente. A menudo, durante el primer año pueden producirse pérdidas, pero éstas no pueden superar el diez por ciento del capital. Por cierto, conviene que al empezar cuente con suficientes recursos propios y las ayudas y subvenciones. No recomiendo empezar con deudas (de la familia) o de amigos. Y mucho menos con deuda bancaria, que no se obtiene sin avales o garantías reales. Primero capital propio.
2. “Un empresario debe primero tener un mercado potencial. Hacer pruebas acerca del volumen de ventas que podría alcanzar el primer año, siempre con capital propio. El capital ha de cubrir, de una parte, el fondo de tesorería para cubrir como mínimo los pagos y gastos de explotación de un mes. Si vende a 30 días, y tiene crédito ‘espontáneo’ de proveedores (difícil de conseguir en negocios nuevos), este fondos se renovarían con los cobros, pues evidentemente venderá más caro de lo que le cuestan los productos o servicios que comercializa. Al principio es recomendable subcontratar todo lo que sea posible (servicios, fabricación, expediciones). Puede ser más caro, pero se alcanza una mayor capacidad de maniobra».
3. “Empezar un negocio en el que no se pueda recuperar el capital invertido en tres años (es decir, ganar cada año lo suficiente para cubrir lo invertido) no es recomendable. Si se trata de ventas que exigen ciclos de tiempo muy largos las dificultades se multiplicarán».
4. “Por otra parte, el que empieza un negocio debería plantearse la siguiente pregunta: ¿Qué me rendiría mi dinero propio, o capital, puesto en un depósito a plazo fijo en un banco o caja de ahorros? Si no espera obtener un beneficio anual que esté por encima del 5,5% (después de impuestos) no tiene sentido empezar, pues en algo de riesgo elevado ha de exigirse una rentabilidad neta de no menos del doce por ciento sobre el capital invertido».
5. “Lo esencial es tener algo que el mercado espera (y está dispuesto a pagarlo bien). Tampoco es viable empezar sin tesorería (mínimo los gastos de un mes) y un capital sobrante para financiar las inversiones fijas (muebles; máquinas, si las hay, inventarios o stocks y tener un margen para poder pagar a los proveedores si los clientes se retrasan en sus o pagos)».
6. “El emprendedor debe plantearse cuál es el coste de oportunidad de su capital y de sus esfuerzos. ¿Qué obtendría en una colocación sin riesgo, como la deuda pública? Pues él debería de obtener el triple. En torno al doce por ciento anual. A título ilustrativo, los fondos de capital riesgo, cuando entran en un contrato de participación en un negocio que tiene futuro y ofrece productos nuevos o que no existen en el mercado, suelen pedir que rinda lo suficiente para que puedan retirar el capital que inviertan en cuatro años. Recuperar un capital en cuatro años significa que el negocio tiene que rendir, como mínimo, un veinticinco por ciento anual. Algunos piden por cada cien que invierten recuperar el triple al cabo de cuatro años. Todo depende del riesgo».