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Cómo hacer contactos en un evento o en un cóctel

Tejer una amplia y completa red de contactos es todo un arte.

16/04/2018  Redacción EmprendedoresGestión

Para engordar tu agenda con decenas de relaciones profesionales útiles, lo primero es saber dónde conseguirlas. Aunque mucho más difícil es, posteriormente, consolidarlas. Los frutos, tarde o temprano, llegarán.

Ante todo, hay que mostrar naturalidad. Sé tú mismo y, sobre todo, no te cortes, échale cara a la vida. Puedes convertirte en una herramienta de hacer contactos: “mi nombre es Fulanito, de la empresa Menganita. Encantado de conocerle”. Los expertos consultados por Emprendedores nos han dado siguientes recomendaciones:

Lo primero es elegir a la ‘presa’

Toda aquella persona que pueda llegar a convertirse en un buen contacto para tu empresa. Una vez localizada, desde una distancia prudente, hacer un rápido estudio: es hombre o mujer, está sólo o viene acompañado de otros miembros de la compañía, habla con el resto de las personas o se esconde. Concluida la observación, es hora de pasar a la acción.

Hablemos del tiempo

Cualquier asunto banal puede propiciar una conversación con un desconocido. Desde, “interesante la exposición del último ponente”, hasta, “aquí tienen la calefacción muy alta”. En un primer momento, hay que resultar simpático pero sin caer en la exageración, que no parezca que estamos actuando. También es importante interesarse por la actividad de nuestro interlocutor, pero sin rozar en la indiscreción ni en la adulación.

Actuar con tacto

Una vez entablada una conversación más o menos fluida no es conveniente intentar vender el producto a la primera de cambio. Pondría en guardia al interlocutor y podría provocar su rechazo: “otro que viene a venderme la moto”. Lo que no quiere decir que no hables de tu empresa. Disimuladamente y de forma natural, de vez en cuando, deja caer algún comentario sobre tu actividad, pero sin llegar a ser insistente.

En interés mutuo

El éxito de la futura relación laboral dependerá no sólo de tus virtudes personales, sino también de otros muchos factores circunstanciales. Puede que tu perfil empresarial también le interese a la otra persona, pues no eres el único que buscas nuevos contactos. A lo mejor, si pertenecéis al mismo sector empresarial, es posible que tengáis conocidos en común, de los que siempre se puede tirar para que hablen bien de tu trabajo.

Casualidades de la vida

Las coincidencias también son un punto a tu favor, por ejemplo que seáis de la misma ciudad o que hayáis estudiado en la misma universidad. Un sinfín de esas llamadas “casualidades de la vida” que, además de proporcionar un aspecto ameno a la conversación, te aseguran la adquisición de un contacto.

La tarjeta que no falte

No salgas de tu oficina sin la tarjeta de presentación. Elige un modelo clásico que sea bien aceptado en todos los círculos, no vaya a ser que el diseño, por muy moderno y vanguardista que sea, produzca rechazo. En el otro lado de la moneda, consigue las tarjetas de presentación de tus futuros contactos y guárdalas de forma organizada en un tarjetero, de tal forma que el día que quieras localizar a una persona no tengas que perder demasiado tiempo buscando.

El intercambio

¿Cuándo es el momento más oportuno para que se produzca el intercambio de tarjetas? La propia conversación te lo señalará. No es cuestión de sacar la tarjeta en un primer instante, aunque tampoco es aconsejable demorarse mucho. No sería la primera vez que un emprendedor se queda con la tarjeta en la mano porque su interlocutor comienza una conversación con otra persona o simplemente le entran ganas de ir al baño, desapareciendo para siempre.

Redacción Emprendedores