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¡Estamos de liquidación! Técnicas para deshacerse de los ‘stocks’ en la mejores condiciones

El reclamo publicitario de venta por liquidación ejerce un indudable atractivo sobre
 el consumidor. Pero ¿es esa la única forma de deshacerse de las existencias?

04/07/2018  Redacción EmprendedoresGestión

¿Quién no tiene cerca un comercio con los escaparates empapelados de carteles que anuncian una liquidación? Algunas tiendas parecen pasarse años y años a punto de reformarse o de cerrar. Pero ese momento nunca llega y, mientras, el reclamo atrae a los consumidores. La venta por liquidación es una práctica que la Ley de Ordenación del Comercio Minorista denomina ‘ventas especiales’. Pero no debe ser utilizada como una estrategia comercial habitual, sino como respuesta a situaciones especiales.

Fórmulas permitidas

Tanto es así que la normativa especifica claramente los supuestos y los plazos en los que está permitido hacer una venta por liquidación. Su incumplimiento es objeto de una sanción grave.

Por muchas previsiones que se hagan, siempre hay circunstancias que escapan a nuestro control. Si viene un invierno caluroso, todas las previsiones saltan por los aires y, aunque realices una rebaja importante, es posible que te encuentres un acumulado inesperado. ¿Qué hacer entonces? Varias son las fórmulas:

Venta por liquidación. Como se recoge en el recuadro, la venta por liquidación se puede realizar sólo y exclusivamente en los supuestos que marca la ley. Fuera de ellos hay que buscar otras alternativas. El precio es libre y es posible realizar una venta a pérdidas.

Venta de saldos. Las tan de moda tiendas de outlet o factory se abastecen en muchos casos de colecciones desfasadas o descatalogadas. Son en propiedad tiendas de saldos, puesto que la ley no recoge el término outlet. La venta a través de outlets, que técnicamente son ventas de restos o de saldos, se realiza con productos que lleven más de seis meses en la tienda, o si están deteriorados, señalando el tipo de defecto y su ubicación.

Centrales de compra. A un pequeño o mediano comercio de alimentación, deporte, ferretería o electrodomésticos no le interesa acumular existencias. Aunque no es su función principal, las centrales pueden actuar como compradores de las mercancías que no tienen salida. Si un comerciante se encuentra con 1.000 zapatillas de las tallas 31 a 39, tiene un problema de difícil solución. Pero ellos pueden adquirir esa mercancía y repartirla por diferentes tiendas.

Intermediarios. Existen intermediarios que compran grandes lotes de mercancía en stock para colocarlos en determinados canales alternativos, mercadillos o rastros.

Derechos del consumidor

Una venta por liquidación también está sujeta a unas obligaciones hacia el consumidor. Se trata de una transacción muy especial exenta de muchas de las normas que afectan a las rebajas. No obstante, sí hay algunos aspectos que te conviene tener en cuenta:

Los motivos dela liquidación. El consumidor tiene derecho a identificar claramente que se trata de una liquidación y los motivos por los que se realiza esa liquidación.

Si se trata de productos con garantía, estás obligado a sellar la garantía o a ofrecerla en las mismas condiciones que si fuese una venta normal, salvo que especifiques que se vende como irregular. En caso de que vayamos a cerrar en un plazo inminente, conviene informar al cliente de que la garantía la cubre el fabricante y a quien puede reclamar en caso de avería.

Si entre los productos que liquidamos los hay defectuosos o deteriorados es obligatorio informar al comprador de las condiciones en las que está el artículo. No es lo mismo adquirir un artículo deteriorado que uno que no sirve para nada. En este caso sí cabe realizar una reclamación.

Redacción Emprendedores