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Dimas Gimeno se ‘vende’ como conferenciante. Y tú… ¿podrías ganarte la vida dando charlas?

Dimas Gimeno, presidente de El Corte Inglés hasta el año pasado, ha abierto una página web en la que se ofrece para integrar el selecto club de ‘ex’ que se ...

07/03/2019  Ana DelgadoGestión

Dimas Gimeno, presidente de El Corte Inglés hasta el año pasado, ha abierto una página web en la que se ofrece para integrar el selecto club de ‘ex’ que se dedican a dar conferencias. ¿Podrías, también tú, ganarte la vida así?

Dice Aritz Urresti que él, en sus conferencias, suele animar a todos los asistentes a que preparen su propia ponencia. El objetivo no es otro que aprender a poner en valor su talento y ser conscientes de que, por regla general, valemos más de lo que pensamos y de lo que nos ‘pagan’ por ello. “Cualquiera podría cobrar 20 o 25 euros por contar a los demás lo que hace y cómo lo hace”, opina. Urresti es CEO de Goalboxes , experto en productividad, conferenciante y creador de El Método de Las Cajitas. En los más de 11 años que lleva dando conferencias, calcula que habrá impartido más de 1.000 y eso que las suyas son de las que duran 5 horas.

Bastante más cortas son las de Marcial Hernández, CEO de VPveinte Consulting cuyas conferencias suelen ser sectoriales, orientadas especialmente a los empresarios y profesionales odontólogos. Con más de 200 conferencias en su haber, él tiene como regla no superar los 30 minutos.

Pese al bagaje de ambos en este terreno y reconocer que la demanda está en aumento, “parece que llevar un ponente se ha convertido en la guinda de cualquier congreso o evento”, dice Marcial Hernández, ninguno de ellos vive exclusivamente de dar conferencias. Si lo tienen, no obstante, como fuente de ingreso adicional que les reporta beneficios interesantes. Ellos son quienes cuentan cómo funciona este mercado y los requisitos principales que se piden a los ponentes.

¿Quién se gana la vida con esto?

Ya se ha dicho que, en principio, vale cualquiera. Ahora bien, otra cosa es que haya gente dispuesta a pagar por escucharte.

Marcial Hernández distingue entre dos grandes tipos de conferencias. Estarían, por un lado, las de los expertos en una determinada disciplina, que podrían asimilarse a conferencias magistrales, dirigidas a grupos muy específicos. Por otro lado estarían las de tipo genérico, especialmente las motivacionales, el 90% de las conferencias que se imparten en la actualidad. Aquí, más que el conocimiento, priman la marca personal y el caché. Conforme a estas variables los tipos que dominan la escena son:

-Los número 1 en algo: David Meca, por ejemplo, por ser pentacampeón del mundo de Natación.

-Haber sido el primero en conseguir algo: En este caso pueden citarse casos como el de Edurne Pasaban, la primera mujer en subir los 14 ochomiles o Nacho Dean primer español en recorrer el mundo a pie.

-Haber triunfado en un determinado sector: Podríamos equipararlos con los gurús. Ferrán Adriá sería uno de los ejemplos más claros, no solo por sus éxitos con el Bulli sino también porque el chef se ha convertido en el maestro por excelencia en el mundo de la gastronomía y en uno de los mejor pagados como conferenciante, y eso que la dicción no es su fuerte.

-Los que pertenecen al club de los grandes ‘ex’: El ex presidente de El Corte Inglés, Dimas Gimeno, no es ni el primero ni el único que ofrece servicios como conferenciante. También lo hacen, por ejemplo, Diego Antoñanzas, exdirectivo de Siemens y Heineken o Lluís Soldevilla, Exdirectivo del Deutsche Bank)

En este epígrafe podrían incluirse también una larga ristra de antiguos políticos que tuvieron la oportunidad de ocupar algún cargo público, desde la presidencia hasta una secretaría de Estado, y una larga serie de deportistas gloriosos en su momento. Valgan Felipe González y José María Aznar , como ejemplos de los primeros y, López Iturriaga o Fernando Romay, en el segundo caso.

-Los que llevan la vida que todos quisiéramos: En este saco ya caben un montón. Valga como ejemplo el caso de Víctor Küppers quien en ocasiones se presenta bajo la profesión de «entusiasta». Suelen ser personas de origen normal que se catapultan como personajes públicos tras realizar alguna hazaña. El paradigma podría ser Jesús Calleja, peluquero leonés en sus comienzos, alpinista y gran explorador después y ahora uno de los personajes más televisivos. Otra de sus facetas es haberse convertido en uno de los conferenciantes más cotizados por su facilidad para ganarse la simpatía de todo tipo de gente. Lo normal es que cuente su fascinante vida y cómo se las ingenió para perseguir un conseguir su sueño más allá del lugar de nacimiento, la posición económica, el nivel académico o cualquier otro argumento con los que la mayoría solemos autosabotearnos.

Los requisitos

Una vez aclarados los tipos de profesionales que dominan el mercado de las conferencias, la siguiente pregunta sería ¿es suficiente con formar parte de esta tipología? La respuesta es no. De hecho muchos de los que se mueven en este círculo no corresponde a ninguno de ellos, como los mismos Urresti y Fernández. Ellos son quienes hablan de otros requisitos que suelen exigirse:

-La publicación de un libro. Suele ser lo primero que piden las agencias a los que se ofrecen para dar conferencias. ´Las cajitas del éxito. La metodología que enseña a priorizar tu cerebro’, es el título publicado por Aritz Urresti y ‘Con la boca abierta’, los 4 pilares para el éxito de una clínica dental’, es el libro de Marcial Hernández publicado por Planeta. “Se supone que cuando has publicado un libro posees un conocimiento profundo en determinada materia”, es la razón de da Hernández.

-Coherencia. Este concepto lo liga Urresti con la experiencia profesional y personal que es lo que dota de credibilidad al conferenciante.“Para qué sirve escuchar a un especialista en marketing que no ha vendido nada en la vida. Lo que exige la gente, sobre todo, es la verdad, no la impostura”.

-Convertir la conferencia en algo tangible. Una crítica que comparten los dos expertos consultados es que abundan las conferencias motivacionales donde el público sale con el ánimo insuflado de decisión y vitalidad, pero que se esfuma a las tres horas. A juicio de ambos, la gente asiste a las conferencias para que le aporten valor, una mejora en su vida personal, laboral, en su empresa…del tipo que sea. Si no se cumplen las expectativas, llega el desengaño. Para que esa mejora se produzca hay que facilitar herramientas para que al día siguiente pueda ponerse en práctica lo escuchado. “Yo consigo cambiar la vida de la gente” afirma Urresti quien confiesa que, en su caso, las conferencias suelen ser el ‘gancho’ para que captar clientes para su programa de Goalboxes.

Concebir la conferencia como un producto: Es fundamental concebirlo desde esta perspectiva para vigilar no solo el contenido sino también el envoltorio. Marcial Hernández, por ejemplo, dice que dedica más o menos 20 días a la preparación de una nueva conferencia, sumando a ello las sesiones de ensayo y las visitas al espacio donde las va a pronunciar. Hay que conocer también las técnicas de la oratoria, medir los ritmos, adaptar el discurso a la audiencia, estructurar el contenido para conseguir el efecto que se persigue…

-Renovarse o morir: Observa Hernández que existen numerosos profesionales que triunfan en el mercado con una única conferencia que repiten cada año y en todos los escenarios. El riesgo, en su opinión, es que pasen de moda y que la gente deje de acudir a sus actos porque ya saben lo que va a contar. Sin embargo, para Urresti este no es un problema dado que depende de la calidad y la extensión de la conferencia. “A veces es necesario escucharla más de una vez para interiorizar el mensaje y llevarlo a la práctica”.

¿Cuánto cobro?

Ya se ha dicho que casi se pueden contar con los dedos de una mano los que se ganan la vida dando conferencias aunque Aritz Urresti asegura que él si podría hacerlo si quisiese. No obstante, lo habitual es alternarlo con otra actividad principal como fuente de ingresos. Asimismo, los hay que prefieren gestionar la faceta de ponente a través de una agencia especializada, con la correspondiente mengua económica del conferenciante, mientras que otros van por libre ofreciendo el servicio.

En cuanto a las tarifas que existen actualmente en el mercado, la media está entre los 2.000 y los 6.000€, dependiendo del caché y la experiencia del ponente. Al margen está el caché de cada cual que también hay gurús que cobran entre 90.000 y 100.000€ por una conferencia y los que cobran menos de 1.000€ o lo hacen gratis para curtirse en este campo o darse a conocer.

Ana Delgado