Sobre todo, hay muchos negocios a los que eso de la larga cola les suena a chino mandarín, a pesar de haberse convertido en miembros de derecho propio de este modelo. Han elegido un nicho de mercado, por ejemplo, el de la bicleta urbana –poco trabajado en España– y, por la gracia de Internet, resulta que tecleas ‘bicletas urbanas’ en un buscador y en la primera página de resultados, sin haber hecho SEO, aparece un vídeo de ese negocio. Ese mismo negocio luego decide vender offline y online una amplia gama de productos para este mercado, pero con pocas referencias, porque resulta que no todos los proveedores cumplen con sus exigencias de calidad. Y resulta que tecleas en buscadores marcas y referencias en inglés de productos de su mercado y te vuelves a encontrar con su tienda. Y resulta que la tienda funciona, y que venden fuera de Madrid, y que reciben encargos fuera de España, y entonces se plantean convertirse en distribuidores online y offline de piezas para bicicletas urbanas.
Andrés Arregui, Sergio Ávila y Eduardo Gasca, los fundadores de Ciclos La Universal, no se plantearon montar un negocio long tail… Abrieron un taller de reparación de bicicletas, que, además, vendía piezas, y vendía piezas, y vendía piezas, y que cada vez era más conocido, y más conocido y más conocido, y de taller-tienda, pasó a tienda-taller y a vender online. ¿Por qué funciona su modelo? “Trabajamos marcas que nos gustan. No porque estén de moda o dejen margen. Parece que si alguien ve un manillar igual, pero de 50 marcas, llama más la atención. No pensamos así”, desvelan.