Cabría pensar, a priori, que un emprendedor como Chema Alonso se sentiría como pez fuera del agua en una multinacional como Telefónica; sin embargo, para él es como si estuviese en “un parque Disney de la tecnología” y lo explica: “Cuando se pusieron de moda los toboganes en las multinacionales, pensé: ¿Para qué necesita un tobogán un ingeniero? Los que amamos la tecnología lo que queremos es hacer cosas grandes y aquí tienes una capacidad inmensa de innovación, unas posibilidades brutales de hacer cosas nuevas y eso es fascinante”, confiesa el actual chief datos officer de Telefónica.
Bajo el paraguas de su departamento se engloban dos de las divisiones más innovadoras de la compañía: la seguridad, tanto para particulares como para empresas, y el big data. Sólo por el primer concepto, su departamento facturó, en 2016, 341 millones de euros, un 23% más que en el ejercicio anterior. Y entre las dos áreas suman cerca de 600 profesionales. ¿Son compatibles estas cifras de infarto con el espíritu de libertad que requiere un emprendedor? “Cuando creas y diriges una empresa, también pierdes libertad porque debes gestionar muchos frentes. Aquí tienes mucho personal de apoyo y muchos procedimientos que te lo facilitan todo. Al equipo siempre le digo que tienen la responsabilidad de dar servicio y de ir a la misma velocidad en el desarrollo de servicios que antes, porque en un mundo tan vertiginoso, tecnológicamente hablando, es imprescindible. Es importante mantener el espíritu de crear nuevas tecnologías, innovar, patentar, desarrollar productos diferenciales, retarnos continuamente… Nosotros sacamos 30 patentes y tres o cuatro productos nuevos al año. Debemos ser muy ágiles para mantener el liderazgo”.
Pero la cuestión es: ¿se puede mantener la filosofía emprendedora en una estructura como Telefónica? “Yo sí. Aunque parezca difícil de creer, todas las empresas quieren a los emprendedores. Una de las discusiones más habituales que tengo con los directivos, tanto de Telefónica como de otras multinacionales, es que muchos de ellos gestionan dineros ajenos y la clave es gestionar cualquier proyecto como si fuese propio. Cuando tenía mi propia empresa siempre decía que el dinero que entra tiene que ser mayor que el que sale, y hoy estoy convencido de que hay que trabajar siempre con ese objetivo y con ese espíritu de búsqueda de oportunidades, de ser una empresa saludable financieramente. Eso se les olvida a menudo a los directivos. Se puede mantener el espíritu emprendedor si continuamente te mantienes alerta frente al mercado”.
Integración paulatina
La propia empresa de la que habla es Informática64, la compañía que fundó junto a Rodolfo Bordón 25 años atrás, “como una fórmula de autoempleo para dos chicos de Móstoles. Siempre cuento que cuando me reuní por primera vez con José María Álvarez-Pallete, él me preguntó: ¿Conoces Wayra? Y yo le dije que no. Y luego me preguntó: ¿Y sabes qué es un aceleradora de startups? A lo que repetí, no. Y él contraatacó: Pero ¿sabes qué es una startup?, y yo volví a negar. ¡Pero tú tienes una startup!, exclamó. Y yo le contesté, no, yo tengo una empresa. Mi empresa siempre fue para trabajar: no para lograr inversores o exits. A medida que fuimos creciendo, nos especializamos en seguridad cibernética”.
Su incorporación a Telefónica fue paulatina: “Estuve primero un año y tres meses trabajando como asesor de Pallete cuando era presidente ejecutivo de Telefónica Europa. Cuando la multinacional adquirió mi compañía, arrancamos con ElevenPaths (cambiamos el nombre porque Informática64 en inglés no sonaba muy bien) y durante un año y unos meses funcionamos como una pyme autónoma. De manera que cuando ingresé en Telefónica ya tenía una visión clara de cómo era la compañía y de qué podíamos hacer. El objetivo era aportar valor al área de seguridad y nos focalizamos en productos innovadores, creación de patentes, formación técnica…”.
¿Es imprescindible en una multinacional apostar por el emprendimiento? “Las empresas que no tienen emprendedores en el staff se mueren. Si tienen gente para gestionar, pero no para transformar y avanzar, se estanca. Entiendo la innovación como parte del negocio. Todos los años sacamos nuevos productos. Innovar es la forma de sobrevivir. El intraemprendimiento te posiciona mejor frente a la competencia. Yo tengo un perfil muy técnico, soy doctor en seguridad informática e ingeniero de Telecomunicaciones y me apena ver que en el mundo de los directivos de las grandes empresas tecnológicas la formación técnica es muy baja. Siempre digo que uno de los errores en el mundo empresarial actual es que hay mucho Steve Jobs y una carencia enorme de Steve Wozniak en las empresas, faltan perfiles dedata scientist, IoT… En Estados Unidos ya se han dado cuenta y están haciendo un esfuerzo en rodearse de buenos ingenieros. Ideas buenas las puede tener cualquiera, pero implementarlas es otra cosa. En Telefónica ahora hay mucho perfil de emprendedor técnico entre sus directivos y creo que es bueno y necesario. Hay que mimar a los Wozniak de este mundo”, concluye.
Focalizar versus expansión
Se autodefine como un dibujante de cómics frustrado. “De hecho, llegué a crear un personaje, josemaricariño, que es como me llama mi madre, sobre un hacker que no sabía hackear”.
En esa inquietud cultural se inscribe la adquisición hace unos años de los derechos de Cálico Electrónico, el personaje de cómic que fue todo un referente en el humor digital, “durante un par de años sacamos capítulos. Ahora mismo está en standby, pero con vistas a reeditarlo de nuevo algún día.”
Desde su perspectiva como experto en ciberseguirdad, ¿qué consejo darle al emprendedor que quiera adentrarse en esa área? “Existen muchísimas posibilidades porque hay infinidad de ramificaciones y a medida que aparecen las nuevas tecnologías, surgen nuevas opciones. Mi consejo sería que se centrasen en un problema o nicho que quieran solucionar y que vayan profundizando, en lugar de expandirse, para que sea la mejor solución en su segmento”. En los últimos tiempos, de hecho, han proliferado los ataques masivos con virus. “El mundo se ha digitalizado y las tecnologías se han metido en soportes y lugares cada vez más extendidos. Hay que invertir en riesgos: tanto en prevención y detección como en la respuesta”.