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El creador de ChatGPT quiere que tengas una renta básica universal… a cambio de tu iris

Sam Altman, creador de OpenAI, la empresa tras ChatGPT, es impulsor también de Worldcoin, compañía que aspira a crear un sistema de distribución global de la renta básica universal. Y ...

07/07/2023  David RamosGestión

ChatGPT es la tecnología de moda. En EMPRENDEDORES ya hemos hablado de los problemas legales que puede plantear su uso, su impacto en el mercado laboral o sus posibles aplicaciones para mejorar el tráfico a un ecommerce, por ejemplo.

Todo ello ha convertido a Sam Altman, al fundador de OpenAI, empresa responsable del desarrollo de ChatGPT, en el hombre del momento. Pero éste no es el único proyecto en el que trabaja Altman, que también es el impulsor de Worldcoin.

Se trata de un protocolo de código abierto que busca “crear un acceso universal a la economía global, independientemente del país o del origen, acelerando la transición hacia un futuro económico que acoja y beneficie a todas las personas del planeta”, según anuncia en su web. “Creemos en el valor inherente y la igualdad de cada individuo, en el derecho a la privacidad personal y en la colaboración abierta y pública”, añade.

Esta iniciativa se basa en tres iniciativas. La primera es World ID, que propone la creación de una identidad digital que pruebe que el usuario es una persona real y única, a la vez que protege la privacidad de cada uno. La segunda pata es la criptomoneda Worldcoin, la primera que se distribuye global y gratuitamente a todo el mundo sólo por el hecho de ser un individuo único. Y la última es World App, una aplicación que permite realizar pagos, compras y transferencias a nivel global con Worldcoin, activos digitales o monedas tradicionales.

El creador de ChatGPT aspira a que Worldcoin sea el sistema que permita la distribución de una renta básica universal, para lo que necesita verificar que cada usuario que solicita la renta es una persona real, que es quien dice ser y que es una única persona. Para ello, ha apostado por un sistema biométrico: el escaneo del iris.

Así pues, la compañía está instalando por todo el mundo sus ‘orbes’, los dispositivos con los que podemos registrar nuestro iris y verificar nuestra singularidad. Estos ‘orbes’ se están moviendo de localización por todo el mundo.

Por ejemplo, siete de ellos estuvieron instalados en diferentes centros comerciales de Madrid el pasado mes de mayo, coincidiendo con la visita del creador ChatGPT a la capital para su encuentro con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tal y como recogía El Confidencial.

Y para incentivar que los usuarios lo hagan, ofrece a cambio 25 tokens de su moneda Worldcoin a todo aquel que escanee su iris y los reclame a través de su World App.

La moneda aún no ha sido lanzada, por lo que todavía no se sabe cuál será su valor, que también estará expuesto a las fluctuaciones que experimentan otras criptomonedas, como bitcoin, ethereum, etc.

Aunque este proyecto pueda parecer casi de ciencia-ficción, lo cierto es que está consiguiendo mucho apoyo. De hecho, Worldcoin ya tiene más de 2 millones de usuarios registrados y ha logrado recaudar 115 millones de dólares en su última ronda de financiación, según informaba Reuters.

En el sentido opuesto, también han surgido voces críticas por los riesgos de privacidad percibidos. Por ejemplo, Edward Snowden publicó un post en Twitter donde se mostraba crítico con el sistema.

Incluso uno de los impulsores de Worldcoin explicaba en dicha red social que cuando conoció el proyecto pensó que “era una pesadilla orwelliana distópica”, pero cambió de opinión al conocerlo mejor.

“Worldcoin tiene una oportunidad única para establecer y escalar una nueva privacidad para internet (World ID), que permite que cualquier aplicación distinga fácilmente entre máquinas (bots) y humanos. Con la capacidad de distinguir fácilmente entre máquinas y humanos, podemos mejorar la experiencia de usuario de Internet, habilitar innumerables funciones y aplicaciones nuevas y ayudar a restaurar la confianza en las comunidades digitales, conversando a sabiendas con humanos reales en lugar de ejércitos de bots”.

De este modo, la WorldID basada en el escaneo del iris pretende ser un método de identificación digital válida para enviar autenticarnos ante la administración pública, votar o enviar dinero, por ejemplo.