Hay algunos aspectos que invitan a los autónomos a hacer una reflexión de autocrítica.
Jero García, antes boxeador profesional y ahora, entre otras cosas más, autónomo al frente de dos escuelas de boxeo, se ha convertido en uno de los portavoces inesperados de los autónomos. Un colectivo que representan cerca de 3.5 millones de españoles y que, como le gusta recordar, traducidos a votos electorales, pueden multiplicarse por 8 millones “de votantes necesitados de cariño”.
Dice que ni su férrea adhesión al Atlético de Madrid, “que se supone que es algo que te prepara para la adversidad y te hace tolerante a la frustración”, le ha servido para evitar el golpe y la decepción. Tras tener que aplicar un ERTE a sus empleados y apelar a la solidaridad de su casero para aliviar el pago de los alquileres, se sitúa “en la parte de los maltratados por la crisis económica, los autónomos y pequeñas empresas…la última mierda que cagó Pilatos”, dice en el video con miles de reproducciones en su cuenta de twitter.
Diversificación y planificación
Cuando se le pregunta por posibles errores que pueden cometer los autónomos en la gestión de sus negocios, a Jero García le cuesta hacer autocrítica, pero acaba dando con la clave de algunos de ellos. Autónomo desde los 20 años, cuando se compró una furgoneta y se hizo repartidor, afirma: “Yo nunca he sido de poner todos los huevos en el mismo cesto”. Entrenador, actor en distintas series, coach en el programa televisivo Hermano Mayor, conferenciante, autor del libro ‘El El boxeo es vida, vive duro’, impulsor de su propia Fundación…reconoce que, de no ser por los ingresos adicionales procedentes de otras actividades paralelas al negocio, ahora no tendría un euro. “Menos mal que soy de la escuela del puño cerrado, como el logo de mi empresa, y esto me ha pillado con un pequeño colchón”. A su favor, juega también haber iniciado previamente el camino a la digitalización empresarial, algo que le permitirá retomar la formación y el entrenamiento a través del e-learning.
La diversificación y la capacidad para procurarse una libertad financiera durante un tiempo son dos valores que se desprenden de las declaraciones de García y que cualquier autónomo debería procurar. “Entiendo que la diversificación geográfica e industrial es fundamental para conseguir la sostenibilidad de un proyecto empresarial”, declara Luis Enrique Caballero, al frente de la consultora Leca Solutions, quien recomienda, además, planificar y cerrar proyectos a medio y largo plazo para no depender solo de la inmediatez del cobro.
Adiós a la ‘economía circular’
Este último es, precisamente, uno de los errores que, en opinión de David Basilio, director de operaciones de la consultora Linkers, cometen con frecuencia los autónomos que ejercen su actividad en la hostelería.
“La paradoja que se da es que somos un sector de pago inmediato y en el que menos caja tenemos siempre. El cobro al momento de la prestación de un servicio nos lleva a despreocuparnos y a reinvertir al día siguiente lo que ganamos, en lugar de intentar guardar algo para tener un remanente que nos asegure un mínimo de 2 o 3 meses de previsión para aguantar contingencias como la que se nos ha venido ahora”, dice.
En este sentido, la recomendación de este consultor en hostelería es acostumbrarse a ahorrar al mes “al menos un 5 o un 10% de lo que ingresamos. Y si vemos que no somos capaces de alcanzar ese porcentaje, igual es que ha llegado el momento de replantearse el modelo de negocio, analizar si es o no rentable y, si no lo es, cambiar de estrategia o cerrar. Tenemos que aprender a organizarnos, planificar el negocio al detalle y anticiparnos a los escenarios adversos en lugar de confiar tanto en la caja y en la estrategia circular. Igual fallamos en la cultura de empresa”.
Trabajar por vocación vale, pero con visión de negocio
Otro factor relevante, es que muchos autónomos optan por acogerse a este régimen laboral no tanto por una vocación emprendedora, como profesional lo que les lleva, en ocasiones, a descuidar el área de negocio. “Yo entiendo que trabajar por vocación forma parte de la felicidad humana. Personalmente, no me imagino trabajando en algo que no esté relacionado con el boxeo o con el deporte en general. Claro que igual ganaba más como coach o como conferenciante, pero el boxeo es mi pasión, lo que me hace feliz, aunque cobre menos. Yo llevo tatuado a la espalda eso de que no es más feliz quien más tiene sino quien menos desea, pero también me parece triste que tengas que resignarte a ser más pobre por trabajar en lo que te apasiona. Tendría que ser al contrario, porque se supone que aspiras a la cualificación, a ser el mejor en lo tuyo y, precisamente por eso, tendrías que estar mejor remunerado”, declara Jero García.
Esa pasión por el oficio que expresa García, la observa también Basilio en los profesionales de la hostelería. “No conozco a nadie que diga que se va a hacer cocinero para forrarse. Eso saben que lo consiguen solo los 4 o 5 que salen en televisión. La mayoría lo hacen por vocación, y aunque a veces se lamenten de lo dura que es la profesión, no los saques de ahí”.
Hasta aquí, una actitud más encomiable que crítica. El problema surge cuando ignoran la parte del negocio y se dan un batacazo como el que muchos sufren ahora. “Creo que han sido más del 30% de los autónomos los que se han visto forzados al cese de actividad por culpa de la pandemia -declara Xavier Capellades, CEO de Nomo– al margen de aquellos que han recurrido a las ayudas gubernamentales por ver reducida su actividad en un 75%. Muchos de ellos podrían haber salido más airosos de la situación si hubiesen tenido los deberes hechos. Me refiero, por ejemplo, a la digitalización de los pequeños comercios de barrio, algunos de los cuales están viendo una salida con la venta digital o de otros que están captando nuevos clientes a través del marketing online . Creo que esta crisis ha servido para que muchos se planteen la necesidad de optimizar un negocio y ser más eficiente apoyándose en el uso de nuevas herramientas tecnológicas que, hasta ahora, pensaban que no iban con ellos”.