Desánimo
Imma Santisteban, cofundadora y directora de Marketing en BePretty, recuerda la situación que vivió en 2013 cuando desembarcó en Chile para cofundar Fancybox, la plataforma que en 2015 se fusionaría con BePretty, líder en reservas de citas de belleza: “El momento más difícil vino cuando después de jornadas de trabajo interminables y meses de duro esfuerzo en los que, por fin, consigues los resultados esperados, se cae la entrada de inversión que tenías prevista y rompes caja. Ahí toca armarse de valor, sacar tu energía y la de todo el equipo, confiar en el proyecto y seguir remando sin saber si mañana vas a poder continuar la actividad. Viví esta situación a 11.000 km de mi casa, despertaba muchas mañanas agotada, pensando si tenía sentido seguir”.
Cómo superarlo. El desánimo se asocia con un cansancio vital que nos dificulta las tareas. Para combatirlo, utiliza técnicas de resiliencia. Como recuerda Joan Riera, profesor de ESADE y presidente de AD, “se trata de aumentar nuestra capacidad de sobreponernos a las barreras y nuestro grado de optimismo. En un astronauta importa más el grado de resiliencia que su capacidad técnica”. Técnicas como hacer un listado con los logros alcanzados, cambiar el planteamiento de los problemas (¿qué es lo peor que puede ocurrir…?) e invertir la perspectiva, ayudan a levantar el ánimo. Y cultiva las relaciones: “Es clave tener unos compañeros de viaje en los que confíes y en los que puedas apoyarte, fue mi caso con Marc Sorli y Gerard Olivé,” concluye Santisteban.
Ansiedad y estrés
“El peor momento que he vivido, hasta ahora, fue cuando llevábamos sólo un año de andadura y pasé varios meses con una ansiedad que era fruto de no saber, al menos en ese momento, gestionar el estrés. A pesar de que las horas de trabajo son siempre las mismas, todas las del reloj, hay momentos en los que te puedes sentir superado y sobrepasado”, recuerda Adrián Miranda Falces, CEO y cofundador de la plataforma de trabajos a domicilio Multihelpers. “Empezó a aparecerme un sarpullido por todo el cuerpo. Al principio pensé que era una alergia alimentaria, pero no había forma de dar con el alimento o la bebida que provocaban las ronchas. Fui al alergólogo y, tras descartar todo tipo de alergias me dijo que era estrés…”, explica Beatriz Cerrolaza, CEO y cofundadora de Alise Devices.
Cómo superarlo. Lo primero, aprende a desconectar. “Es importante pulsar de vez en cuando el botón delpauseque todos tenemos”, recuerda Miranda. Técnicas como la meditación, el mindfulness, la relajación, el yoga o un simple paseo que te ayude a desconectar y reencontrarte contigo mismo pueden ser suficientes. Lo segundo, actúa con pasión. “La principal manera de superarlo es disfrutando día a día de tu trabajo. Para mí, Multihelpers es una pasión. Me encanta lo que hago.” También es importante apoyarte en tu entorno. “Hablar más con mi pareja, mi hermano, mis padres o algún amigo sobre mi día a día me sirvió para seguir creciendo como profesional”, continúa Miranda. Por último, haz ejercicio. “El deporte me ayudó a obligar a mi cabeza a descansar. Cuando estás sudando y sufriendo por seguir el ritmo de la clase, dejas de pensar y te centras sólo en respirar y seguir el ritmo”, recuerda Cerrolaza.
Soledad
“La sensación de soledad es dura, junto con el desconocimiento de si lo estás haciendo bien y la certeza de que nadie lo puede hacer mejor que tú. Es una combinación extraña y difícil de navegar algunas veces”, explica Alexandra Maratchi, cofundadora de Homuork. Algo similar opina Carlos Iriarte, fundador de SportUp y de CiSport, “al ser el único socio me he sentido solo en demasiadas ocasiones. En mi caso, además, hubo una ruptura sentimental de por medio. Por lo tanto, cuando estaba mal, echaba en falta alguien que pudiera tirar del carro o un apoyo emocional”. “Cuando lancé Common Gal me emocioné con la idea de ser mi propio líder y de crear algo que los demás desean, pero no me planteé que fuera a ser un viaje tan solitario. Solo tú entiendes hacia dónde vas, qué retos debes superar y cuáles son tus objetivos, eres la responsable del éxito y del fracaso”, señala Irene Escribano, fundadora de esta firma de gorras para mujeres.
Cómo superarlo. El primer consejo es el autoconocimiento. Para los tres, la clave está en conocerse a uno mismo, “comprender y gestionar tus emociones, identificar tus puntos fuertes y los débiles y las fugas de energía y darle un sentido a todo lo que estás haciendo”, insiste Iriarte. También ayuda hablar con otros profesionales y emprendedores que estén en la misma situación, así que haz networking: “Acude a lanzaderas, charlas o eventos para emprendedores, que están llenos de gente asustada aunque no quiera admitirlo. Y no tengas miedo de compartir tu idea porque puedes encontrar alguien que está en su propio viaje en soledad”, comenta Escribano. Y, sobre todo, encuentra el equilibrio entre tu vida personal y profesional: agéndate tiempos para estar con los tuyos.
Inmadurez/Inexperiencia
“La madurez personal también es un elemento relevante que acompaña al desarrollo de la empresa, y al revés”, explica Martachi. Algo en lo que coincide Iñaki Bartolomé, CEO de Ideable Solutions: “Un problema con el que los emprendedores nos encontramos al empezar, que será mayor cuanto más inexperto, es saber dónde dirigirte a buscar ayuda o asesoramiento. Se da mucho ahora el símil con la fiebre del oro y se usa para destacar que, como entonces, muy pocos encontraron oro y los que realmente se hicieron ricos fueron “los vendedores de palas”. En resumen, lo complicado es saber a quién acudir en los primeros pasos, porque hay mucho experto, coach, inversor, etcétera, que en el 99% de los casos no aportan nada, cobran mucho y pueden desviar al emprendedor. Es importante analizar la experiencia real de esos supuestos gurús o conocer cómo les ha ido a otros emprendedores”.
Cómo superarlo. Busca “consejeros” en tu entorno con recorrido que puedan suplir tus carencias emocionales y formativas. Todo el mundo tiene cerca profesionales con experiencia con los que intercambiar opinión y a quien pedir consejo. También te conviene delegar en aquellas áreas técnicas que desconozcas, no pretendas hacerlo tú todo. Es bueno asumir que hay facetas que otros pueden hacer mejor que tú y gastar un poco más en contratar esos profesionales o esos servicios externos. Y fórmate: recuerda que el emprendimiento exige una formación continua, tanto técnica como de liderazgo.
Vértigo
“El primer obstáculo emocional al que me tuve que enfrentar fue el vértigo inicial que me invadió al arrancar la aventura empresarial. Decidí dejarlo todo y dedicarme a tiempo completo a Alise, junto al miembro más joven del equipo de investigación (mi socio Carlos Carrasco), porque creíamos firmemente que el proyecto requería dedicación. Pero el cambio fue drástico. Abandonar el calor de la Universidad, con sus plazos más pausados y dilatables y el sueldo garantizado, y tener que buscar financiación para montar una línea de fabricación y para nuestros sueldos fue muy radical, porque seguíamos comiendo todos los días y cada mes era como empezar de cero. La sensación de vértigo fue grande los primeros meses, pero no llegó a paralizarme”, recuerda Cerrolaza. Algo similar le ocurrió a Christopher Pommering, fundador de Our Dream School: “Hace año y medio, después de 14 años dedicado al mundo del capital riesgo, decidí lanzarme a un mundo nuevo, el de la educación, y además creando un modelo completamente disruptivo. Me ha dado vértigo. Como es nuevo, no hay antecedentes”.
Cómo superarlo. “Aprender a relativizar los tiempos y gestionar las esperas es crucial, pero eso te lo da el conocimiento profundo de tu mercado: los tiempos de tu sector son los que son y no vas a poder cambiarlos. O los aceptas o te devorarán”, recomienda Cerrolaza. Para Pommering, la forma de afrontar el vértigo pasa por apoyarse en una red de especialistas, “he puesto alrededor mío una gran red de colaboradores y pensadores del mundo del aprendizaje y gente importante estratégica que te ofrecen una red de soporte”.
Preocupación
Pre-ocupación u ocuparse con anticipación de algo. Ésa es la clave de este obstáculo emocional que está en la base de muchos otros problemas, como el estrés, la impaciencia, la frustración… Es tremendamente habitual entre los emprendedores porque tienen que tener los ojos y la mente puesta en mil aspectos del negocio, pero es importante gestionarlo adecuadamente para que no se convierta en un problema. Como le ocurrió a Carlota Mateos, cofundadora de Rusticae y de PlenEat: “Hace unos años tuve un burn out tremendo, donde me vi totalmente superada. Me costó, pero al final llegué a ser muy consciente de cuánto estrés acumulaba anticipando escenarios negativos y de cómo esa dinámica perversa me drenaba las energías presentes”.
Cómo superarlo. “Con el bajón que tuve aprendí que no sirve de nada anticiparse y que lo primero que debes aceptar es la importancia del Aquí y el Ahora. Y, en segundo lugar, aprendí a gestionarme la carga de trabajo. Todo eso me ha servido para que mi vida sea mucho mejor y más sosegada y no es porque haya menos lío, es simplemente que esa nueva manera de estar en el mundo atrae otro tipo de energía y de dinámica muchísimo más poderosas”, concluye Mateos.
Pánico
El pánico puede ser un obstáculo emocional importante, es similar al vértigo, pero es más irracional. Para Riera, “cuando estás sometido a mucha presión, puedes entrar en un colapso que te puede llevar a tomar decisiones desesperadas”. Beatriz Cerrolaza lo recuerda muy bien: “Una vez cerrada la primera ronda de inversión, cuando vi todo el dinero que teníamos en el banco, sentí un pánico enorme ante la posibilidad de equivocarme.
Comprendía que mucha gente había confiado en mí y me aterraba la idea de defraudarles. Empezamos a aparecer en medios de comunicación, establecimos los primeros contactos importantes y, justo entonces, cuando teníamos más éxito del que habíamos imaginado, yo sentía una carga enorme sobre mí. Recuerdo que una vez, durante una videoconferencia, noté una angustia enorme en el pecho. Llevaba ya unos meses soñando que continuaba con el trabajo y por las mañanas no sabía que era verdad y qué lo que había soñado…”.
Cómo superarlo. “Hubo un ante y un después tras cerrar el primer acuerdo importante. Cuando me di cuenta de que podía hacerlo, dejé de temer por mi futuro profesional. Emprender sin miedo es el único camino posible para alcanzar el éxito”. El pánico está relacionado con el miedo tóxico, el que nos impide dormir, nos agarrota y nos hiperexcita. Para frenarlo, pues, es necesario un poco de serenidad, un circuitbreak (puede ser algo tan sencillo como contar hasta diez antes de tomar una decisión) y descansar.
Miedo al cambio y a salir del área de confort
“Salir de la zona de confort fue muy difícil. No tenía una tradición emprendedora en la familia, lo que obviamente pesa en la decisión. En esa situación necesitas apoyos psicológicos y si en tu círculo hay miedo a emprender… Tenía un buen sueldo, un puesto de trabajo estable y una situación económica y afectiva buenas. El salto lo cambia absolutamente todo”, rememora Borja Vázquez, cofundador de Scalpers. Algo similar le ocurrió a Escribano: “La zona de confort es un gran peligro para los emprendedores, es un oasis de comodidad que te impide crecer y avanzar. Cuando Common Gal se convirtió en una realidad, me sentía capacitada para hacer todo lo necesario para que prosperase, pero, a la hora de la verdad, no estaba preparada. De pronto, eres responsable de 10 áreas de negocio diferentes y tienes que enfrentarte a nuevos retos cada día, a aprender cosas diferentes constantemente y a adquirir habilidades inesperadas”.
Cómo superarlo. “Es importante establecerte metas, objetivos profesionales y personales. Por ejemplo: si no tienes experiencia en ventas y te aterroriza, ¿por qué no contar tu pitch cada día a una persona diferente? Este tipo de propósitos te harán alcanzar resultados inesperados y, sobre todo, asumir que, aunque el proceso no es fácil, la recompensa es más que satisfactoria”, aconseja Escribano. Todo ello sin olvidar, como aconseja Fernández Jaria, que la clave puede radicar precisamente “en buscar tu nueva área de confort. Cuando haces algo que realmente se alinea con tus valores, estás en la zona de confort”. De manera que busca aquello nuevo que te haga sentir bien.
Incertidumbre y aversión al riesgo
Una de las emociones que más angustia genera es la sensación de incertidumbre. Los estudios científicos demuestran que en el cerebro se activan hasta 24 zonas más frente a una situación incierta que frente a una situación de resultado claramente negativo. Y en la vida del emprendedor, la incertidumbre es una constante, como reconoce Daniel Cerqueiro, fundador de Phottic y director de Marketing de Enxendra: “Cuando monté mi primer proyecto, Galinus Taller de Novos Medios, venía de la Universidad y emprender fue cambiar radicalmente esas condiciones. Esa sensación de falta de control me sigue acompañando a día de hoy, pero fue al principio donde más me afectó al ánimo”. “Nuestros grandes obstáculos emocionales empezaron cuando arrancamos con las primeras contrataciones, te sientas delante de la gestoría y te expone los gastos reales de contratar a una persona. Conforme vas creciendo en equipo, esa responsabilidad aumenta y siempre es un peso importante en vistas a asumir riesgos”, recuerda Pedro Lozano, fundador de Imascono, empresa de realidad aumentada.
Cómo superarlo. “Los emprendedores, por regla general, generamos una pasión especial que puede con la incertidumbre y que saca de nosotros aspectos que en otros casos no surgen o están adormecidos, como la creación, la innovación, el pensamiento diferente, las sinergias, las relaciones, la empatía y la simpatía”, explica Borja Bonilla, fundador de Foodtruckya.com y de Tu Broker Digital. Riera propone también establecer metas intermedias, “para reducir la volatilidad.”
Intolerancia al error
“En este proceso profesional y emocional hay que asumir el error como una variable lógica que sólo debe ayudarte a mejorar. Y trasladar este razonamiento a un equipo que, como tú, se encuentra creciendo y mejorando”, recuerda José Antonio Martínez Aguilar, CEO de Making Science. La incapacidad para aceptar el error es uno de los frenos mentales que más afecta al emprendedor, especialmente a los tecnológicos, según Riera, “porque son muy perfeccionistas y son incapaces de lanzar proyectos a medio hacer. Eso les resta velocidad”. Detrás de esta incapacidad también está el llamado ‘sesgo de la pérdida’, que empuja a muchos empresarios a mantener líneas de negocio ruinosas incapaces de aceptar el error y la pérdida acumulada. Este obstáculo también puede hacer que te obceques en tu idea y seas incapaz de evolucionar o, en palabras de Alejandra Mardones, CEO en España de Grupo Alto, “estar tan inmerso en tu proyecto que eres incapaz de salirte y ver qué cosas puedes mejorar”.
Cómo superarlo. Cuando se trata de lanzamientos e innovaciones, la manera de sobreponerse a la intolerancia al error es aceptando la metodologíalean startupy el MPV, mínimo producto/versión viable, que no suponga un descalabro económico importante. Cuando se trata de asumir cierres, no está de más la técnica que aplicó Jorge García, cofundador y CEO de ImproveChange.org, cuando tuvo que cerrar una plataforma de crowdfunding: negociar con uno mismo: “Apliqué cuatro puntos: primero, diseccioné el problema de la no viabilidad económica. Segundo, aprendí a desenamorarme de una idea, diferenciando lo que me gusta de lo que es viable. Tercero, descubrí aprendizajes para seguir ayudando bajo otros modelos. Y, cuarto, introduje nuevos criterios en siguientes decisiones”.
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