PYMES SOCIALMENTE RESPONSABLES
Euroquímica
Capital y trabajo, unidos por un proyecto
El caso de Euroquímica es llamativo porque desde su arranque, allá por 1962, el planteamiento fue realmente innovador: apostar por productos libres de plomo, ¡en la década de los 60!, y defender la necesaria unión y dependencia entre el capital y el trabajo, hasta el punto de que cuando sus fundadores, Joan Bufí y Joan Planas, vieron pronta su jubilación, lejos de transmitir la propiedad de la empresa a sus herederos, la cedieron a los trabajadores en proporción directa a su antigüedad y responsabilidades: “Somos la primera sociedad anónima laboral que no somos una sociedad laboral”, bromea Mª Carme Bufi i Planas, hija y sobrina de los fundadores y una de las accionistas de la compañía, “pero no por ser familia sino que por carambolas de la vida me encontraba trabajando en ella cuando se produjo el cambio.
Joan Bufí tenía unos principios sociales absolutamente pioneros. Siempre defendió que la tierra es para quien la trabaja y cuando la empresa llevaba 15 años de vida –y en su momento más próspero en facturación y beneficios–, decidió que debía ser para sus trabajadores. Así fue como desde 1977 la empresa pasó a ser autogestionada por los empleados. Pero no es una cooperativa. Cada accionista tiene sus participaciones y vota en función de ellas. Ahora la compañía ha crecido mucho y ha multiplicado enormemente su valor.
Formastur
Predicar con el ejemplo
Lo suyo se puede decir que es predicar con el ejemplo ya que llevan tiempo haciendo RSC y, a su vez, asesorando a las pymes para que lo hagan. Como prueba, han sido pioneros moviendo unas fichas que para las pymes de su entorno parecían imposibles. Así en 1999 se certificaron en calidad.
En 2005 alcanzaron el nivel 200+ del Modelo Europeo de Excelencia EFQM. En 2006 obtuvieron el premio Empresa Flexible en Asturias en la categoría de pequeña empresa, colaborando desde entonces anualmente con CVA en la organización de dichos premios, y obteniendo en el año 2010 la Mención de Honor en la Categoría de Pequeña Empresa del Premio Nacional. En 2007 se certificaron en medio ambiente, se sumaron al Pacto Mundial y se integraron el proyector Prisa para la RSC en la Pyme. En ese mismo año, obtuvieron además el certificado ISO 14001 y se adhirieron al reglamento EMAS (Sistema comunitario de gestión y auditoría medioambientales).
Dos años después alcanzaron el Sello de Excelencia Europea en el nivel 300+ y, recientemente, han certificado su Sistema de Gestión de Seguridad de la Información según la norma ISO 27001. “Ahora mismo estamos agrupando todo lo relacionado con la RSC a través de la ISO 26000, que de momento es meramente informativa, y la SGE 21, y reportamos a la red española del Pacto Mundial a través de la publicación de nuestros Informes de Progreso”, explica Jorge Vallina, director de Consultoría y Sostenibilidad de Formastur.
Es cierto que todas estas certificaciones y adhesiones requieren un tiempo extra de gestión, pero este aparente inconveniente puede traducirse positivamente en estar continuamente con las antenas puestas.
Proclinic
Fidelización y acción social
Esta pyme del sector sanitario que tiene sedes en Hospitalet de Llobregat, Zaragoza, Madrid, Valencia y Sevilla puede presumir de llevar apareciendo invariablemente en las listas del Best Place to Work desde el 2008. Y eso es gracias a una filosofía que, como señala Salvador Torres, responsable de RSC de la compañía, “permite crear un clima de confianza basado en que lo que hace la empresa es siempre pensando en los trabajadores y en la sociedad. Queremos que se sientan cómodos”.
En cuanto a la acción social, “tenemos programas para concienciar de que nuestro trabajo es algo más, que tiene un trascendencia”. Y eso lo canalizan en dos líneas: colaboración con ONG y el teaming. Ésto último consiste en que cada mes los trabajadores donan una cantidad que se descuenta automáticamente de su nómina y se destina a un proyecto. La compañía duplica la cantidad aportada por los trabajadores.