José Ángel Arroyo tiene una experiencia como emprendedor que merece la pena repasar.
Todo comenzó en 2012, con la creación de un ecommerce de productos tecnológicos importados. Con 17 años fue seleccionado para formar parte del programa Think Big de Telefónica con el fin de desarrollar proyectos de emprendimiento. En 2017, con 23 años, fundó Creatit, agencia especializada en hacer crecer los negocios mediante estrategias digitales, y de forma paralela durante dos años (entre 2018 y 2020) fue Head of Digital Marketing en el ecommerce Blue Banana Brand.
Esta marca de ropa dirigida a un público joven enseguida supo diferenciarse de la competencia y desarrollar una marca sólida gracias, entre otras cosas, a una estrategia digital basada en redes sociales, en concreto Instagram. José Ángel Arroyo contribuyó a su despegue, mientras veía cómo el volumen de clientes de Creatit también se disparaba; un proyecto personal por el que, finalmente, apostó.
“Existen dos tipos de personas en el mundo del emprendimiento» —nos cuenta—: las que, desde el primer momento, sienten una llama interna que les dice qué camino seguir y las que aún buscan su norte. Creo que el entorno, la educación y nuestras vivencias juegan un papel crucial en esta definición”.
Por su experiencia, dice que siempre ha sentido una inclinación natural hacia la tecnología y la creatividad. “Desde joven, encontraba alegría en construir algo desde cero, en involucrarme en proyectos y en buscar oportunidades de negocio, ya fuera en el colegio o la universidad. Todo lo hacía impulsado por pasión, sin percatarme de que esos eran los primeros indicios del emprendedor que residía en mí”.
Por ello, piensa que “el espíritu emprendedor es algo con lo que se nace y aunque muchos aún no lo descubran, llevan dentro a un emprendedor esperando despertar“.
¿Qué rasgos de la personalidad dirías que caracterizan al emprendedor?
Desde mi perspectiva, existen rasgos esenciales que definen a un individuo, como la curiosidad, la proactividad y la creatividad. Personalmente, agrupo todas estas virtudes bajo el término «carácter emprendedor». Para mí, tener un carácter emprendedor va más allá de tener un negocio. No hace falta ser el founder para tener una mentalidad emprendedora. En realidad, cada uno de nosotros puede llevar ese espíritu de innovación y visión aportando en cualquier rol dentro de una empresa.
«La mentalidad emprendedora nos impulsa a no conformarnos con la mediocridad, a cuestionar el status quo y a liderar con ideas innovadoras. Lo que cuenta es el deseo de marcar la diferencia»
Recuerdo cómo mi mentalidad emprendedora me abrió puertas en el pasado. En lugar de buscar solo un trabajo, siempre buscaba un proyecto que me aportara mucho más que solo un salario. Quería aprender, crecer y contribuir al éxito de la empresa de manera significativa.
En cada tarea, veía una oportunidad para hacerlo mejor, para ser más eficiente, para encontrar soluciones creativas a los desafíos. No era solo un empleado; era un socio en el éxito de la empresa.
La mentalidad emprendedora nos impulsa a no conformarnos con la mediocridad, a cuestionar el status quo y a liderar con ideas innovadoras. Lo que cuenta es la pasión, la determinación y el deseo de marcar la diferencia.
En mi trayectoria, me inclino por proyectos que realmente enciendan mi pasión, que alimenten mi curiosidad y fomenten mi creatividad. Siempre abordo mis tareas con una mentalidad proactiva, tratando cada negocio como si fuese mío. Esto va más allá de las responsabilidades cotidianas; se trata de aportar ideas frescas que potencien el crecimiento del negocio a largo plazo.

Y ¿qué habilidades no le pueden faltar?
Un emprendedor, en mi opinión, debe estar equipado con una variedad de habilidades y capacidades para navegar con éxito en el mundo empresarial.
La habilidad de comunicarse eficazmente es esencial; ser capaz de transmitir tu visión y persuadir a otros para que se unan a tu causa es crucial.
Además, el liderazgo es una habilidad vital. Un buen emprendedor debe ser capaz de guiar a su equipo hacia objetivos comunes, inspirar confianza y fomentar un ambiente de trabajo positivo.
La empatía es otra cualidad fundamental. Comprender las necesidades y sentimientos de los demás, ya sean empleados, clientes o inversores, puede marcar la diferencia en la toma de decisiones y en la construcción de relaciones sólidas y duraderas.
En cuanto a capacidades, vivimos en una era digital, y es imperativo que un emprendedor tenga una comprensión sólida de este dominio. No necesariamente tienes que ser un experto, pero tener un conocimiento básico sobre cómo funciona el mundo digital puede ser un gran activo. Por supuesto, no todos los emprendedores serán expertos en todos los campos. Es aquí donde la colaboración y la complementariedad con socios o miembros del equipo pueden ser de gran ayuda, permitiendo que las fortalezas de uno compensen las debilidades del otro.
Emprender es un camino lleno de retos. ¿Cuáles destacas?
Emprender es como una montaña rusa o una escalera con retos a superar y cada una trae sus propios desafíos. Desde mi experiencia, uno tras otro, los desafíos parecen crecer en magnitud y complejidad, pero con cada superación, también crece tu resistencia y conocimientos.
Uno de los desafíos más grandes que encontré en los inicios es la adquisición de clientes. Cuando estás empezando, parece una montaña insuperable. Sin embargo, la clave no radica en buscar atajos o soluciones mágicas, sino en ofrecer un servicio o producto de excelencia. El esfuerzo por sobresalir en lo que haces es lo que crea ese efecto dominó: un cliente satisfecho lleva a otro y, eventualmente, genera una cascada de recomendaciones.
«La clave no radica en buscar atajos o soluciones mágicas, sino en ofrecer un servicio o producto de excelencia»
Otro desafío es la gestión y retención del talento. Encontrar individuos que compartan tu visión y estén dispuestos a embarcarse en el viaje contigo es esencial. Y una vez que los tengas, mantenerlos motivados y comprometidos es una tarea constante. Mi recomendación aquí es ser un líder inspirador, estar dispuesto a escuchar y, lo más importante, mostrar aprecio y reconocimiento por su esfuerzo y dedicación.
El tercer desafío, y no menos importante, es la gestión financiera. El flujo de caja puede ser un terreno pantanoso para muchos emprendedores. Aquí, la planificación y la prudencia son tus mejores aliados. Siempre ten un plan financiero claro, reserva un fondo de emergencia y busca asesoría cuando lo necesites.
Por tu experiencia, ¿qué recomiendas para superarlos?
Mi mayor consejo para superar estos y otros desafíos es la resiliencia. Emprender es un camino de altibajos, pero con determinación, pasión y un enfoque claro, puedes superar casi cualquier obstáculo que se presente.
Lo bueno de emprender es que también es muy gratificante…
El camino del emprendimiento está sembrado de desafíos, pero creo que solo ver el crecimiento de algo que has creado ya compensa todo lo demás. Para mí, lo más apasionante es ser testigo de la metamorfosis de una idea inicial en un negocio que funciona. Es como plantar una semilla y verla florecer en un árbol.
Imagínate ver cómo un sueño, una visión que solo estaba en tu mente, se materializa y se convierte en algo tangible, en algo que impacta positivamente en las vidas de las personas. Ver a los clientes beneficiarse de lo que ofreces, a tus empleados crecer profesional y personalmente y, al mismo tiempo, evolucionar tú como líder y ser humano, es una sensación indescriptible.
«Imagínate ver cómo un sueño, una visión que solo estaba en tu mente, se materializa y se convierte en algo tangible, en algo que impacta positivamente en las vidas de las personas»
Y, por si fuera poco, el aprendizaje constante es otro regalo. Cada día trae consigo una lección, pero en realidad, en el mundo del emprendimiento, cada momento es una oportunidad de aprendizaje. Se aprende de los éxitos, de los fracasos, de las decisiones difíciles y de las pequeñas victorias diarias. En resumen, el emprendimiento no es sólo un viaje de crecimiento para tu negocio, sino también un viaje de autodescubrimiento y evolución personal.
Desde 2017, estás volcado en la agencia Creatit. ¿Qué te llevó a crearla?
La chispa inicial para fundar Creatit fue, sin duda, mi trayectoria como emprendedor y las valiosas lecciones aprendidas a lo largo de los años.
A los 16, ya me sumergía en el mundo de las ventas online a través de plataformas como eBay y Etsy. Más adelante, lancé mi propio eCommerce de tecnología importada desde Asia, lo que me sumergió aún más en profundidad en el ámbito digital. Esta experiencia temprana me proporcionó una comprensión profunda de las dinámicas digitales y me permitió mantenerme a la vanguardia de las tendencias y avances tecnológicos.
A medida que pasaba el tiempo, amigos y cada vez más conocidos comenzaron a solicitarme consejos para optimizar sus estrategias de venta online y mejorar el retorno de inversión de sus campañas digitales. Esta demanda me llevó a definir y estructurar servicios, lo que finalmente terminó en la creación de Creatit. Desde el principio, tuve claro que no quería ser solo freelance y quedarme ahí, sino construir una entidad que trascendiera más allá de mi persona y que se convirtiera en un equipo sólido y dedicado.
Mientras daba vida a Creatit, seguía desempeñándome como Head of Digital en Blue Banana Brand. Durante ese tiempo, junto a un equipo reducido pero apasionado, trabajamos incansablemente para elevar la marca y potenciar su presencia digital. Fue en 2020, en medio de una pandemia mundial, cuando Creatit superó todas mis expectativas en términos de clientela, permitiéndome finalmente dedicar todo mi tiempo y esfuerzo a la agencia que había fundado con tanta ilusión.
Gracias a Creatit, estás muy en contacto con pymes, startups y emprendedores. ¿Hay espíritu emprendedor en España?
Sin duda alguna, y además cada vez más, me parece que España tiene un potencial enorme en ese sentido, muchas ciudades españolas están convirtiéndose en hubs de innovación y emprendimiento, acogiendo eventos, incubadoras y aceleradoras que fomentan la creación de startups.
En lo que destaca España es en la creatividad y la pasión con la que los emprendedores abordan sus proyectos. Hay una mezcla de tradición y modernidad en muchos de los negocios que surgen, y esto da como resultado soluciones únicas y productos que tienen un sello distintivo.
Sin embargo, como en todo, hay áreas de mejora. A veces, el entorno burocrático puede ser un obstáculo para los emprendedores. Además, aunque hemos avanzado mucho, todavía hay cierta falta de inversión en algunas áreas y la cultura del fracaso no está tan aceptada como en otros lugares, lo que puede hacer que algunos tengan miedo de arriesgar. Pero estoy convencido de que, con el tiempo y el esfuerzo conjunto, podremos superar estos desafíos y hacer de España un referente mundial en el ámbito del emprendimiento.
En nuestro país, ¿se fomenta y se apoya al emprendimiento? ¿Echas algo en falta?
Sí, se fomenta pero sobre todo desde el sector privado. En cuanto al apoyo gubernamental, creo que todavía hay un largo camino por recorrer. Aunque se han establecido algunos incentivos y programas para emprendedores, la burocracia y la fiscalidad pueden ser desafiantes para quienes están empezando. Sería esencial que desde las instituciones se ofrecieran más facilidades en cuanto a trámites y se propusieran incentivos fiscales para quienes deciden embarcarse en la aventura de emprender.
También echo en falta una red más amplia de mentores y profesionales experimentados dispuestos a guiar y asesorar a los nuevos emprendedores. Esta mentoría puede marcar la diferencia en las etapas iniciales de un negocio, y en otros países es una práctica más arraigada.
Otro ámbito en el que no se fomenta es desde la universidad por ejemplo o, incluso, desde los colegios. Si eres un deportista que destaca, inmediatamente te envían a un centro de alto rendimiento para que algún día seas de élite, lo cual está muy bien, ¿Pero por qué no pasa algo similar con el emprendimiento? De hecho muchas veces pasa lo contrario, si tienes un proyecto te dicen, “primero estudia, después ya se verá”. Y así siempre. Este es uno de los mayores problemas en cuanto a inculcar cultura del emprendimiento y esfuerzo en España bajo mi punto de vista.
«Si eres un deportista que destaca, inmediatamente te envían a un centro de alto rendimiento para que algún día seas de élite, lo cual está muy bien, ¿Pero por qué no pasa algo similar con el emprendimiento?»
Creo que es fundamental trabajar en la mentalidad colectiva, fomentando una actitud más abierta hacia el fracaso y entendiendo que este es una parte natural del proceso de emprender. Si logramos que la sociedad vea el fracaso como una experiencia de aprendizaje y no como un estigma, estaremos dando un gran paso hacia una cultura emprendedora más sólida y resiliente.
Para crecer en el mundo digital, ¿hace falta conocer el mercado tradicional?
No es necesario, pero sí pienso que ayuda. No es lo mismo comenzar un negocio 100% online que tener ya soporte físico y posteriormente digitalizar. Contar con la experiencia de conocer el mercado tradicional te hace entender mucho mejor al consumidor.
Muchas veces estamos tan sumidos en los datos y en lo digital que no se piensa en que detrás de todo eso hay personas tomando decisiones en su vida cotidiana y que son sobreimpactadas cada vez más por publicidad de todo tipo diariamente.
Por tanto, tener un entendimiento del mercado tradicional nos aporta un panorama más amplio sobre cómo se comporta el cliente fuera de la pantalla, cuáles son sus necesidades y cómo se siente cuando entra en una tienda física, por ejemplo. Esta perspectiva holística nos permite crear estrategias digitales más empáticas y eficientes.
Además, el mercado tradicional sigue siendo una pieza clave en muchos sectores, y comprender sus dinámicas puede ser una ventaja competitiva al momento de diseñar campañas de marketing omnicanal o estrategias de integración entre lo online y lo offline.
Finalmente, hay que recordar que muchas empresas exitosas en el ámbito digital han logrado triunfar porque han sabido combinar lo mejor de ambos mundos, tomando las prácticas probadas del lado tradicional y adaptándolas al ecosistema digital, siempre con el consumidor en el centro de todas las decisiones.
¿Es importante desconectar para conectar?
Totalmente. Cuando comencé con mi negocio, me sumergí en él de una forma que nunca imaginé. Las mañanas eran un borrón, porque las noches se habían convertido en largas sesiones de trabajo. El sueño escaseaba y, aunque físicamente estaba presente, mentalmente estaba en otro lugar, constantemente pensando en mi empresa. Esa intensidad me llevó a experimentar episodios de ansiedad que no veía venir.
En medio de esto, empecé a notar que estaba dejando de lado a las personas más importantes para mí. Fue un golpe duro darme cuenta de esto, pero también fue un punto de inflexión. Me llevó a reflexionar y darme cuenta de algunas cosas vitales:
1. Aprender a decir no: No a más tareas, no a más responsabilidades, no a más compromisos. Pero, sobre todo, aprender a decirme ‘no’ a mí mismo cuando intentaba sobrepasarme.
2. Límites: Tuve que establecer límites claros entre mi vida laboral y personal. Darme cuenta de que el día tiene 24 horas y no todas deben estar dedicadas al trabajo fue liberador.
3. Mi empresa no es todo: Me apasiona lo que hago, pero no puede ser lo único en mi vida.
4. Buscar el equilibrio: La vida no es todo trabajo, ni todo juego. Encontrar ese balance entre el esfuerzo y el descanso, se convirtió en mi nueva meta.
En resumen, esa etapa difícil me enseñó la importancia de desconectar para realmente conectar. No solo con mi empresa y mis sueños, sino con la gente que quiero y conmigo mismo.
¿Cómo aconsejas llevar la agenda del emprendedor? ¿Qué debe priorizar?
A menudo sientes que todo es urgente. Pero con el tiempo, te das cuenta de que hay que establecer prioridades claras para no perderse en la vorágine del día a día. Basado en mi experiencia, te diría:
1. Clientes: Son el corazón de cualquier negocio. Dedica tiempo diario para atender a tus clientes actuales y también para atraer a nuevos. Escucha sus necesidades, resuelve sus problemas y mantente en constante comunicación. Una buena relación con el cliente no solo garantiza ventas actuales, sino también futuras referencias.
2. Equipo: Son el motor de tu empresa. Si no están motivados o no cuentan con las herramientas adecuadas, el negocio no avanza. Es fundamental reservar tiempo para reuniones de equipo, formaciones y, sobre todo, momentos informales donde se pueda fomentar la cohesión y el buen ambiente. Valora sus opiniones y sugerencias; muchas veces, ellos tienen una perspectiva que tú, como líder, podrías no ver.
Además de estas prioridades, también es crucial que te tomes tiempo para ti, algo que he empezado a hacer desde hace relativamente poco tiempo. Ahora reservo bloques de tiempo para reflexionar sobre la la empresa, para formarme y para descansar. El autocuidado no es un lujo, es una necesidad. Si estás agotado o estresado, no podrás liderar eficientemente.
En resumen, equilibro mi agenda dándole prioridad a los clientes y al equipo, pero sin olvidarme de mi y de los míos. La organización es fundamental, en mi caso intento automatizar y tener apps para todo.
«El autocuidado no es un lujo, es una necesidad. Si estás agotado o estresado, no podrás liderar eficientemente»
Cometer errores es casi inevitable, pero ¿dirías que, además, son necesarios?
Totalmente. Aunque nadie busca cometer errores de manera intencionada, en retrospectiva, puedo decir que algunos de mis errores más grandes han sido mis maestros más valiosos. Cada error trae consigo una lección.
Al inicio, un fallo puede parecer un retroceso o incluso un fracaso. Pero, si te detienes a analizarlo, te das cuenta de que te brinda una perspectiva única, te enseña qué no funciona y te empuja a buscar soluciones innovadoras. Además, te humaniza. Al cometer errores, te vuelves más empático con los fallos de otros y aprendes a liderar con más comprensión.
Los errores también fomentan la resiliencia. Cada vez que te caes y te levantas, desarrollas una resistencia y una determinación más fuertes para enfrentar desafíos futuros.
Así que, sí, aunque duela en el momento, los errores son necesarios. Son una parte integral del viaje emprendedor, y sin ellos, quizás nunca llegaríamos a nuestra mejor versión como líderes y como personas.
Tres cuestiones rápidas:
- Un consejo a emprendedores: Nunca dejes de aprender. El mundo cambia rápido y lo que funcionó ayer puede que no funcione mañana. Mantente adaptable y curioso.
- Una herramienta imprescindible de trabajo: Notion y trello. Me ayudan a mantenerme organizado, priorizar tareas y colaborar con mi equipo de manera efectiva.
- Un lema: “La mejor manera de predecir tu futuro es crearlo”. Es un mensaje de empoderamiento que destaca la importancia de la determinación y el esfuerzo en la construcción de nuestro futuro.
Como resumen, ¿cuáles son para ti los ingredientes esenciales que conforman el ADN del emprendedor?
El ADN del emprendedor, en mi opinión, se compone de varios ingredientes cruciales:
– Espíritu de innovación y visión: No se trata solo de realizar tareas, sino de aportar con una perspectiva fresca y visionaria en cualquier rol dentro de una empresa.
– Buscar más allá del dinero: Un emprendedor no busca solo el dinero, sino un proyecto donde pueda aprender, crecer y contribuir de manera significativa al éxito de la empresa.
– Eficiencia y soluciones creativas: Enfrentar cada tarea como una oportunidad para mejorar, ser más eficiente y encontrar soluciones creativas a los desafíos.
– No conformarse con la mediocridad: La mentalidad emprendedora impulsa a cuestionar el status quo y a no conformarse, llevando siempre ideas innovadoras al frente.
– Pasión, determinación y deseo de marcar la diferencia: No importa el rol que desempeñes, lo que verdaderamente cuenta es la pasión y el impulso para hacer un cambio positivo y significativo.
Estos elementos reflejan no solo la esencia de ser emprendedor, sino también la mentalidad que debe adoptar cualquier persona que desee aportar valor en su ámbito laboral.
¿Qué planes profesionales tienes de cara al futuro?
De cara al futuro, tengo varios planes en mente, eso sí, todos centrados en escalar la agencia apoyándonos en nuestros cuatro pilares fundamentales:
Soluciones: Busco constantemente la innovación en las soluciones que ofrecemos. La idea es anticiparnos a las necesidades del mercado y estar siempre un paso adelante, adaptando y mejorando nuestros servicios. Esto nos permitirá no solo mantener a nuestros clientes actuales satisfechos, sino también atraer a nuevos con propuestas frescas y vanguardistas.
Equipo: Creo firmemente que el éxito de cualquier empresa se basa en su equipo. Por eso, mi objetivo es seguir invirtiendo en formación y desarrollo para nuestro equipo. Quiero un equipo sólido, unido, y con una formación constante que nos permita enfrentar cualquier desafío.
Partners: La colaboración es clave. Estoy en búsqueda constante de alianzas estratégicas con partners que complementen y potencien nuestros servicios o soluciones. Esto no solo amplía nuestra oferta, sino que también nos permite acceder a expertise y recursos que quizá internamente no poseemos.
Clientes: Son el núcleo de nuestro negocio. Mi visión es fortalecer las relaciones actuales y establecer conexiones más profundas con ellos, entendiendo sus metas y desafíos a fondo.
En resumen, estos pilares son la guía para el crecimiento y consolidación de la agencia. A través de ellos, espero no solo escalar en términos de tamaño y alcance, sino también en impacto y relevancia en el mercado.