Sin luchar. Centrarte en los clientes o mercados más rentables, incluso si eso significa ceder una parte de tu cuota a la competencia, en áreas en las que no eres suficientemente fuerte. “Si tenemos una cartera con varios productos, podemos dejar a ese nuevo competidor aire para sobrevivir en uno de nuestros segmentos, pero hacerle una fuerte competencia en aquellos nichos o segmentos de productos que no queremos perder. Sacrificas una parte de tu mercado para proteger y competir más fuerte en las áreas clave de tu negocio. Por tanto, diseñas una competencia suave en un área para ser muy agresivo en otras”, insiste Felix Krohn.