A veces es el mismo modelo de negocio el que dicta si interesa más la fórmula de autónomo (empresario individual) o empresa (persona jurídica). Así, si ya de antemano sabes que vas a tener que contratar a empleados para sostener el negocio a franquiciar, lo interesarse en constituirse en sociedad, “siempre sociedad limitada”, es el consejo del letrado José Enrique Rodríguez Zarza, de Agaz Abogados y Consultores. Podría también darse el caso de que, en lugar de hacer contrataciones, optases por una relación mercantil con los trabajadores exigiéndoles igualmente a ellos que se diesen de alta como autónomos para ahorrarte, así, costes laborales y gastos fijos, una opción poco recomendable según Rodríguez Zarza. “Si la relación laboral va a ser estable, mejor no hacerlo así, porque pueden acabar en litigio de falsos autónomos, si luego resulta que trabaja más de 8 horas diarias”.
No obstante, la fórmula que siguen la mayor parte de los emprendedores al empezar un negocio, si el modelo lo permite, es comenzar como autónomo y, una vez que la empresa empieza a rodar y a generar beneficios, dar el salto a Sociedad Limitada. La recomendación de Agaz Abogados es constituirse en sociedad “cuando empiezan a tener entre 45.000-50.000 euros de beneficios anuales. Hay que tener en cuenta que los autónomos tributan por tramos, conforme al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), de manera que cuantos más beneficios tienen más pagan, y a la inversa. Sin embargo, cuando se constituye en sociedad, se someten a una fiscalidad fija conforme al régimen de sociedades, lo cual puede ser más rentable a partir de las cantidades indicadas”.
Cómo calcular el sueldo
Independientemente de la figura legal por la que optes finalmente, la idea que defienden los expertos es que te fijes un sueldo desde el principio. Además de ser una estrategia para motivarte, servirá como prueba de la confianza que depositas en ti mismo para sacar adelante el negocio.
En cuanto a la cantidad, según Rodríguez Zarza, el cálculo que deberás hacer previamente es, por este orden: pago del préstamo bancario (si lo tienes), pago a los proveedores, pago a los empleados y, conforme a lo que resulte, asignarte la cantidad, que podrás ir aumentándola conforme crecen los beneficios y se van cumpliendo objetivos. Aprovecha también el abogado para advertir de la conveniencia de abrir dos cuentas bancarias separadas, para no mezclar el negocio con los asuntos personales, como es el sueldo, y evitar tentaciones “de tirar de la caja y perder el control del negocio”.
Por su parte, Francisco Gómez, asesor de franquicias, afirma que, “si decides ponerte un sueldo, lo recomendable es que lo hagas conforme a lo estipulado en el convenio del ramo en el que operas”. Lo puedes consultar en una asesoría o revisar las tablas salariales de las distintas actividades económicas y, conforme a ello, asignarte el salario. “Lo que habría que hacer es aplicarte, como empresario, al menos el mismo sueldo que tendrías que pagar por un profesional que ejerciese tus mismas funciones”, dice Francisco Gómez.
También Javier Marín, gestor estratégico y analista financiero, comparte la opinión de que ponerse un sueldo desde el arranque del negocio es necesario. “Lo normal es que todos cobremos por nuestro trabajo. Lo contrario resulta muy frustrante y conduce al desánimo. Vigilando siempre que no se descapitalice la empresa, mi consejo es que se atribuya el sueldo equivalente que pagaría por un profesional. Si no se sabe cuál es, siempre queda la opción de consultarlo con la central franquiciadora paro que te faciliten un cálculo aproximativo”.
En cuanto a si el sueldo debería estipularse bajo el concepto de fijo o variable, lo sensato parece optar por el primero, aunque también podrías aplicar un programa de compensación más flexible, donde el variable conllevase la consecución de algún reto.