La pandemia ha dibujado un nuevo mapa económico y social delimitado por fenómenos que abren la puerta a oportunidades para unas agencias inmobiliarias que tienen que abordar, en paralelo, una serie de desafíos que definirán su futuro inmediato, como los que mostramos a continuación.
La alegría va por territorios
Jesús Duque, vicepresidente de Alfa Inmobiliaria, habla de una recuperación del mercado muy desigual. “Las operaciones y los precios suben en unos lugares y decrecen en otros. A partir de aquí, las compraventas se han disparado en aquellas regiones con mayor actividad empresarial como Madrid, Málaga, Valencia y Barcelona, mientras que Sevilla, Alicante y Murcia también han despegado, ciudades cada vez más atractivas para desarrollar el tipo de trabajo híbrido que se está imponiendo”.
El filón de la sostenibilidad
“La pandemia, las tendencias actuales de consumo o la actual crisis energética están llevando al consumidor a ser cada día más consciente de la importancia de la cuestión energética y sostenible en las viviendas”, reflexiona Duque. “Por otro lado, cada vez más los propietarios utilizan una buena certificación energética como elemento de competitividad a la hora de alquilar sus viviendas. Y si bien hemos avanzando mucho en muy poco tiempo, el nivel de eficiencia energética en España es aún muy mejorable”.
Lo excelente es rentable
“La gente busca más calidad y servicios en las viviendas”, asegura Alberto Murcia, director general de Realtyplus. “Cada vez importa menos la localización y sí sus características”.
Tendencias en cuarentena
Duque aclara que, con respecto a la búsqueda de vivienda en la periferia, se ha producido una cierta burbuja. “En realidad no son tantos los compradores que han cambiado definitivamente la vida en la gran ciudad por la vida rural o en una pequeña ciudad, entre otros motivos porque, si bien el trabajo se ha flexibilizado mucho, la mayor parte de las personas que puede teletrabajar –que no son todas–, debe acudir a la oficina uno o dos días entre semana”.
Desafíos para reforzar los pilares
Estima Javier Sierra, presidente de ReMax España, que uno de los principales retos de la actividad es ahondar en su profesionalización, “proceso en el que ya se lleva trabajando un tiempo, de ahí que mercado español sea bastante más profesional de lo que era hace veinte años”. En paralelo, señala la adaptación al entono digital, con la incorporación de nuevas tecnologías. “Esto es importante, pero va a ser algo progresivo. Y es que el sector inmobiliario se mueve despacio, es un mercado con mucha inercia, con lo que la capacidad para influir en él es pequeña”. Murcia señala, por su parte, cómo los clientes son cada vez son más exigentes y cuesta más conseguirlos. “A partir de aquí, tenemos que disponer de planes de fidelización”.
Vinculado con la necesidad de profesionalizar y rentabilizar los esfuerzos, «otro gran reto va a ser la fusión de marcas inmobiliarias”, explica Duque. “A pesar de contar con grandes cadenas con un alto nivel de especialización, el sector sigue estando muy atomizado. Mi previsión es que, al igual que en otros segmentos se están produciendo concentraciones de empresas, en el corto y medio plazo comenzaremos a ver las primeras fusiones o absorciones. Al final, el tamaño sí que importa”.
Como ya se apunta un poco más arriba, el avance en la digitalización también es crítico. “El coronavirus ha impuesto formas de trabajar mucho más modernas y eficaces que las que empleábamos hace sólo dos años. En este tiempo hemos cambiado todos los procesos de captación de una vivienda y de venta, introduciendo el ingrediente digital en muchos de los pasos que antes dábamos y asegurando al cliente una mayor trazabilidad en el proceso de venta. Algunas de las novedades aquí están relacionadas con la firma digital, el inbound marketing, el uso de chatbots o las visitas virtuales”.