¿Cuál es el origen más remoto de Brunchit? “Entonces vivía en Barcelona, donde había un par de referentes de brunch, que revolucionaron el mercado entonces y a mí como consumidora; recuerdo las colas de gente para entrar, algo que antes no era habitual”.
En estas experiencias vitales ya empezó a asomar el pálpito emprendedor en Lydia Nieto, fundadora de esta marca que lidera el mercado del brunch. “Y en un viaje que hicimos a Asia, observamos, sobre todo en Bali, proyectos similares a los que ya conocía en Barcelona. Me sorprendió el concepto, lo chulo que estaba, lo bien que se comía, cómo se hacían los cafés de un modo diferente, los smoothies…”. ¿Y a qué se debía el fenómeno en ese país? “La respuesta es que muchos australianos estaban montando allí locales de brunch, una actividad, no olvidemos, que nació en Australia”.
La chispa prendió. “Yo quería desarrollar algo gastronómico y me pareció una fantástica propuesta intentar traer esta actividad desconocida a España. Regresé entonces a Málaga, a mi tierra, vi que no había absolutamente nada parecido y lo cierto es que quería ser un poco pionera”.
Esta inquietud se materializó en un primer local, en septiembre del 2015, en su ciudad natal. A los mandos, Nieto y su marido. Ninguno de ellos con experiencia en el sector. “Yo trabajaba entonces en la parte comercial de una startup tecnológica, pero siempre me ha apasionado la gastronomía, soy foodie, mientras que él venía del mundo de la empresa y había desarrollado varias startups. Al final, unimos fuerzas y, casando el know–how de ambos, surgió este proyecto de forma ordenada”.
Desde entonces, Brunchit se ha consolidado como la primera cadena de brunch de nuestro país, con una red de 21 locales (11 de ellos franquiciados), incluidos dos restaurantes en Oporto y uno en Gibraltar, y una facturación de 8,2 millones de euros en el 2024, lo que supone un crecimiento del 37%. “Para este año estaremos alrededor de los 12 millones”.
Brunchit: el foco y la calidad como guías
Nieto recuerda cómo desde el inicio tenían esa mentalidad de que el concepto estaba funcionando en unos pocos lugares, pero entusiasmando más que esos negocios más tradicionales a los que vas a desayunar, comer o cenar. «Evidentemente, te estás metiendo en un terreno nuevo y tienes que aportar mucho de innovación para convencer a ese público objetivo que crees que vas a atraer”. Para nuestra protagonista, la dificultad inicial no era tanto el proyecto en sí, “con el que estábamos convencidos, sino implantarlo de una forma ordenada”.
A partir de aquí, apostaron por poner “mucho el foco”, como subraya Nieto. “La reflexión es que éste es un concepto de brunch y en esa dirección lo tenemos que llevar; no nos vamos a desviar. Orden, claridad y foco en el concepto. Esto es lo que nos ha permitido tener un modelo escalable, porque nosotros nacimos con la idea de crecer; no somos hosteleros y, por tanto, no nos íbamos a quedar anclados en un local”.
EMPRENDEDORES: ¿Y qué aportaron de diferente e innovador en ese momento con Brunchit?
LYDIA NIETO: Al principio aportas 1.000×1.000 innovación, porque todo lo que estás ofreciendo es nuevo y diferente, en cuanto a espacio y nivel gastronómico.
A partir de aquí, vas creciendo y mejorando cada pequeño aspecto. Luego surge la competencia, algo buenísimo, ya que te hace crecer y darte cuenta de tus debilidades y fortalezas.
Ahora hay mucha competencia, que lo hace fenomenal, y esto te ayuda a autoanalizarte y a saber en qué te diferencias. En nuestro caso, nos diferenciamos en que llevamos un tiempo en este sector, cualitativamente damos lo mejor de lo mejor, nos ha costado la vida llegar a este punto, nuestra gente está muy bien formada y trabaja con unos determinados estándares.
Al final, ofrezco innovación, porque dedico y llevo mucho tiempo empleado en conocer los mercados y cómo evolucionan. Nunca me puedo enamorar de lo que tengo en este momento actual, porque hay muchísima gente que lo hace muy bien y, como te pares, te adelantan por la izquierda, por la derecha, por cualquier lado. Siempre hay que estar en constante búsqueda y no conformarse.
EMP: Profundice en alguno de los aspectos que los diferencia, como la calidad
L.N: La calidad es una búsqueda constante, casi obsesiva, de mejoras. En el ámbito del brunch, donde convergen la parte de bakery y de cafetería, se trata de tener lo mejor de cada parcela. Un ejemplo es que obradores de referencia, o el nuestro propio, elaboran la parte de panadería, al tener que cumplir ciertos estándares, mientras que el café de especialidad está seleccionado con mucho mimo; nuestra gente es barista, trabajamos con el fabricante de máquinas de café La Marzocco…
Es todo un universo de detalles que hacen que a tu mesa llega el estándar cualitativo que queremos. Y luego, claro, están los platos, hay un tema estético, de interacción con el cliente… Al final, existe un profundo estudio de cada cosa que ofrecemos al cliente en Brunchit.
EMP.: ¿Y respecto al plan de crecimiento?
L.N.: Seleccionamos de forma muy cuidadosa al franquiciado; de hecho, ahora tenemos parada la venta de franquicias, porque estamos centrados en buscar una flagship, en Madrid o Málaga, que sería la primera. Tenemos el foco mucho en esto, en el crecimiento interno a nivel de marca, y no queremos que se nos vaya en abrir nuevos locales.
En paralelo, pondremos también el foco en las ubicaciones –más prime– y en hacer un poco más artesanal aún la oferta; en este sentido, hay un proyecto muy importante para 2026 donde nos planteamos tostar nuestro propio café y que en nuestros locales se va como se realiza el proceso. Se trata de posicionarnos un poco más aún en el plano cualitativo, darle un empujón a este tema en todos los sentidos.